Capítulo 10: Que Tonto

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Pasaron tres  semanas desde aquel día del desayuno con mi papá.

Las cosas habían cambiado últimamente. Mamá parecía andar con alguien, papá se iba a casar con Berenice dentro de dos semanas. Ahora en las mañanas Joseph me traía a la escuela, me decía que no era cómodo andar en camión, así que él se ofreció llevarme a la escuela, y también nos veíamos en la tarde y estabamos en el desván haciendo muchas cosas y platicabamos de temas interesantes. Así que las cosas habían ido un poco mejor.

Esta semana que venía empezaban mis exámenes de la quinta evaluación, así que me tenía que esforzar mucho.

El profesor de educación física nos indicó que corrieramos alrededor del patio, así que nos pusimos en marcha. Mi corazón latía mil veces por hora, me dolía un poco las costillas, pero aun así lo hacía, Daniella y sus amigas venían atrás de mí, con esa sonrisa burlona, me dio algo de miedo y me adelanté un poco más, pero no lo conseguía, parecían alcanzarme. De pronto se pusieron al lado de mí.

−Disfrútalo.− dijo Daniella mientras se reía con las demás. No logré entender a que se referían pero decidí no tomarle mucha importancia. Sin más me aventaron hacia un enorme charco que había a lado del patio y caí.

−¡Auch!− todos mis compañeros vinieron hacia a mí, el profesor se arrodilló y me tomó de las muñecas. −¿Que sucedió?− miré a las que me amenazaban con no decirle la verdad al profesor. Pero total... ellas habían tenido la culpa. −Ellas...− las señalé con el dedo. −Daniella, Abigail, y Julia me aventaron.− el profesor me ayudó a ponerme de pie. −Ustedes, reportense con su orientadora.− con sus caras de estúpidas se fueron a orientación. −Llamaré a tu mamá, no estás muy bien, creo que te fracturaste esta mano.− señaló mi mano izquierda. −No llame a mi mamá, llame a este numero que le anotare , por favor.− el profesor asintió con la cabeza, subimos hasta llegar a la dirección, me dio una hoja de papel y empecé a anotar el número con dificultad, se la entregué al profesor y este comenzó a llamar a aquella persona con la quería estar en ese momento.

−No contesta.− dicho esto me acordé que el no hablaba con nadie más que conmigo.

−Mejor le marco yo. − saqué el teléfono, puse el contacto y sonó.

−¿Bueno?

−Joseph, soy yo.

−¿Que pasó? ¿Estás bien?

−No... ¿puedes venir por mí? Creo que me fracture la muñeca.

−Llego en 10 minutos. No me demoro.

−Está bien.− colgué. −Vendrá.− el profesor asintió con la cabeza.

Justamente en diez minutos llegó, pero no se lo creerán... tenía un bigote falso y una barba falsa, y unos lentes de sol.

−_____.- me vio, y yo me levanté.

−¿Y usted es su...?

Ambos nos volteamos a ver mi profesor. ¡Rayos! No lo había pensado.

−Su tío.− respondió Joseph.

−Es mi tío, es mi padrino.− esta vez respondí yo.

−Bien, señor...

−Señor Scruse.

¿Scruse? No podía ser verdad. ¡No!

−Su ahijada parece que tiene fracturada su muñeca izquierda, le recomiendo que no venga esta semana, tendrá que consultarselo con la mamá de _____.

−Gracias. Vamos.− agarró mi mochila y bajamos en las escaleras hasta llegar en la salida. Vi la camioneta y me subí.

−¿Que fue lo te pasó?

Cinco Horas En El Paraíso #MoonwalKingAwards2017 (Michael Jackson Y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora