Capítulo 42: Felicidad

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Han pasado dos días desde que hablé con mi papá, tres días que he visto a Michael por última vez. Realmente me costaba trabajo creer que Michael me había dicho todo eso, me preocupaba como estaban los niños en ese momento.

Al salir de una tienda crucé la calle y me paré sobre la esquina de la calle, el semáforo estaba en rojo. Alguien rozó mi brazo, giré la cabeza y eran tres muchachos. Me sonrieron con malicia, el semáforo cambió por verde, rápidamente caminé y casi casi iba corriendo, di la vuelta y llegué a un atajo. Bien... no había salida. Me quedé atrapada. Me di la vuelta para ver si seguían ahí.

Los tres muchachos se acercaron a mí.

-Miren que tenemos aquí.

-Aquí hay carne fresca.

El miedo se hizo presente en mí.

-Déjenme paz.- dije.

-¡Uuuuuuh! No sabia que hablaba.

El pelirrojo tocó mi cabello, le di una patada en su entre pierna. Los dos me agarraron de los brazos. Abrieron mi chamarra.

-Pero si es perfecta, hoy ha sido una noche de suerte.- dijo el pelirrojo.

Cerré los ojos e intenté soltarme de ellos, pero sus fuerzas me lo impedían.

-¡Hey!

Los tres se detuvieron.

-¿Que hacen? ¡Váyanse!

Se fueron corriendo.

Caí al suelo y me quejé. Escuché los pasos acercarse.

-¿Estas bien?- preguntó una vez que se había puesto de cuclillas.

-Si, estoy bien.- con su ayuda me puse de pie. -Muchas gracias.

-De nada.- dijo amablemente.

Nos dimos de la mano y empecé a alejarme.

-¡Espera!- gritó a mis espaldas, di la vuelta.

-¿Que sucede?

Me tomó de los hombros, me quitó el antifaz con rapidez.

-¡______! Pero ¿Que haces aquí a esta hora?

-¿Quien eres?- se quitó los lentes. -¡Chris!- lo abrace.

-¿Que haces aquí está hora?

Me alejé de él.

-Fui a comprar una botella de agua, iba de regreso al hotel.

Negó con la cabeza.

-¿A estas horas?

Yo alcé los hombros.

-¿Sabías que si no hubiera visto algo sospechoso contigo te hubieran hecho algo?

-Quería caminar.

-¿No tienes guardaespaldas?

Negué con la cabeza.

-Vamonos.

Nos alejamos, una vez que lo hicimos nos subimos a la limusina.

-Michael me contó.

Giré la cabeza para verlo.

-¿Que te contó?

-Lo suficiente.- respondió.

Suspiré pesadamente. Hubo un largo silencio hasta que llegamos al hotel, nos bajamos, me puse el antifaz y él sus lentes negros, subimos en el elevador y llegamos a la puerta de la habitación, abrí la puerta y ambos pasamos, tomamos asiento en el sillón que habitaba en la habitación.

Cinco Horas En El Paraíso #MoonwalKingAwards2017 (Michael Jackson Y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora