Capítulo 34: No Habría Razón De Estarlo

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Katherine, Joseph y toda la familia Jackson vendrían con nosotros a un campo privado que Michael había reservado, también mis padres vendrían. Me puse una ropa cómoda, me recogí mi cabello y me puse perfume y solo me maquille ligeramente. Bajé con los niños y nos subimos a la camioneta donde Michael nos esperaba. Llegamos al campo, la mañana estaba hermosa, el solo brillaba, los pájaros estaban presentes, y ahí se estaban toda la familia Jackson y mis padres.

Los saludé a cada uno de ellos, desayunamos y nos pusimos a jugar golf. Yo solo estaba sentada platicando con Janet, sabía que si hablaba con ella era como si la hubiera conocido desde hace tiempo, simplemente... era hermana de Michael.

-_____.

Miré a Michael.

-Dime.- le sonreí sin dientes.

-Ven, te enseñaré como se juega.

Abrí los ojos y me solté a reír.

-¿Hablas en serio?

-Si, ven.- me tomó de la mano con suavidad.

Agarré el palo de golf, Michael se puso detrás de mí mientras me decía como usarlo. Mi corazón latía con fuerza, apenas si podía respirar, su fragancia llegaba a mis fosas nasales, hacia que me derritiera, sus manos con las mías, realmente no sabía como describir lo que sentía en ese momento, el cosquilleo llegaba y realmente me molestaba sentir eso por que me hacía sentir nerviosa.

-Inténtalo.

Asentí con la cabeza. Respiré una y otra vez y lancé la bola blanco, para mi suerte cayó justo en el hoyo lo que hizo que yo sonriera.

-Nada mal.- comentó Michael.

Todos aplaudieron.

-¿Puedo intentarlo de nuevo?

-Claro.- me respondió.

Volví a agarrar el palo como me había dicho Michael, me concentré por un par de segundos y lo lancé. De nuevo había caído en el hoyo y sonreí de nuevo.

-¿Viste?- le pregunté. El asintió con la cabeza. París y los demás chicos trataron de hacerlo, yo les ayudé y fue divertido. Comimos comida griega, todo fue entre platica, risas, anécdotas, y muchas cosas.

Me levanté de la silla y fui al baño a hacer mis necesidades. Salí y vi a Michael de espaldas con el teléfono hablando con alguien.

-En poco tiempo le diré, no te preocupes.

Me sorprendí al escuchar la respuesta.

-Solo estaremos tú, mis hijos y yo.

Una estaca me atravesó al corazón.

-Te amo. Tengo que irme.

Michael colgó, hice el intento por caminar rápido antes de que me viera.

-_____.

Giré la cabeza.

-¿Que?

Hice una sonrisa falsa sobre mi rostro, tratando de ocultar el dolor que tenía en ese momento.

-¿Te la estas pasando bien?- me sonrió.

-Si, muy bien.

-¿Que tienes?- su sonrisa se apagó.

-Nada.

-Estas... rara...- buscaba mi mirada pero yo me negaba por completo.

-No es nada, vamos.- agarré su mano y salimos afuera junto con la familia.
Rápido reaccioné, respiré hondo y me puse a hacer la platica con la familia, tratando de olvidar lo que había pasado.

(...)

Llegamos a la mansión, era de noche, los chicos me desearon buenas noches y se fueron a dormir. Fui a la habitación a ponerme la pijama y prendí la televisión. Hasta que alguien tocó la puerta.

Rápido me limpié las lágrimas.

-¡Aguarda!

Fui al baño y me lavé la cara, respiré hondo y abrí la puerta.

-Hola.- dijo.

-Hola.- me hice un lado para que pasara.

Se sentó en el sillón y se limitó a verme. Me senté a su lado. Por sorpresa tomó mi mano.

-¿Segura que estas bien?

Lo miré y asentí con la cabeza.

-_____, ¿estabas llorando de nuevo?- preguntó demasiado preocupado. Abrí los ojos sorprendida. Rayos.

-No.

-No me mientas.- se acercó más a mí.

-No te estoy mintiendo.

-Yo se que nunca tuviste amigas, Lisbeth nunca fue tu amiga, así que te lo pido por favor que me digas el motivo de esas lágrimas.

No sabía que decirle en ese momento.

-Un hombre.

El me miró sorprendido.

-¿Un hombre? ¿Quien?

-Chris.- respondí de golpe.

-¿Chris Tucker?

Asentí con la cabeza mientras me maldecía silenciosamente.

-¿Te gusta?- su tono de voz fue... molesto.

-Si... ¿Por que, Michael?

-No, solo... es que no entiendo por qué te gusta él.- dijo entre dientes mientras se reía.

-¿Estas celoso, Michael?

Paró de reír.

-¿Por que habría de estarlo?- esta vez lo dijo serio.

-Tú dime.- ya comenzaba a desesperarme.

-No estoy celoso, y no habría razón de estarlo, solo me sorprendi.

De nuevo ese dolor llegó a mi corazón.

-Tienes razón.- en ese momento tenía ganas de llorar. -Tengo sueño, quiero dormir ahora.- me levanté y me dirigí a la puerta y lo abrí. -Buenas noches, Michael.

Michael se levantó y se dirigió a la puerta, antes me miró. -Buenas noches.- se retiró, cerré la puerta, apagué la luz y me metí a la cama.

Esta vez no pude aguantar las ganas de llorar, mis lágrimas salían y rodaban mis mejillas.

¿Como pudo haber dicho eso? ¿como es que tuvo el valor de decírmelo de esa manera? ¿como es que ahora me estaba poniendo a llorar cuando había dicho que no lo iba a volver a hacer?

-No llores, dijiste que no volverías a llorar.- me decía entre susurros. -Solo espera a que logres enamorarlo.- sentía como el corazón me dolía. - Cuesta trabajo, pero solo espera a hacerlo, ya no llores más ______.

Cinco Horas En El Paraíso #MoonwalKingAwards2017 (Michael Jackson Y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora