Capítulo 49: Esta Vez...

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−¡Aún no creo que te vayas a casar con mi hermano!

Sonreí con nervios. Me sentía muy ansiosa y nerviosa, y es que no solo era porque me iba a casar con el mismo Michael Jackson, sino que frente a mí estaba Janet. Sí, Janet Jackson.
Al día siguiente de haber hecho el amor con él, a Michael se le ocurrió traer a su familia, sin faltar a mis dos únicos padres. Fue tanta la emoción de Michael de haberle dicho que si quería ser su esposa, que olvidó por completo que yo no los conocía del todo, excepto a los padres de Michael. Me pidió una disculpa, yo solo le di un beso y decidí ya no darle importancia a todo eso. Han pasado casi tres meses desde que me pidió que me casara con él. Después de haber terminado el espectáculo de la primera parte que dio en Staples Center, llegó a casa y yo me encontraba con sus padres y los mios, sin faltar a los chicos. Esa misma noche, después de la cena se arrodilló frente a mí ante todos y puso un anillo en mi dedo anular, sin faltar la pregunta. Yo acepté por segunda vez.

La prensa se puso como loca, y los fans también. Y no pudieron faltar los rumores de siempre, que yo me iba a casar con él por dinero y tantas estupideces. No sé quién supo que estaba embarazada, así que eso también los puso como locos a la prensa.

Ahora me encontraba en una de las tiendas de vestidos de novia mas caro de Londres. Janet se había encargado de acompañarme para comprarme el vestido, mi mamá también y también Katherine.

−¿Estás nerviosa? −. Me preguntó con una sonrisa muy idéntica a la de mi amor.

−En realidad sí −. Solté unas risillas.

−¡Bah! −, hizo un gesto −, no sabes lo feliz que has puesto a mi hermano, futura cuñada.

−Lo sé... −. Le dediqué una sonrisa.

Mamá se encontraba llorando cuando salí de los vestidores junto con un vestido de novia. Me acerqué a ella para tratar de traquilizarla.

−Hey, mamá... No llores.

−Mi hija... −, se limpió las lágrimas −, no te preocupes por mí −, me sonrió −, vamos, vete a ver en el espejo que luces hermosa.

Me enderezé y camine hacia donde estaban tres espejos frente a mí, de un lado diferente. Me subí en un banquito y todo el vestido hizo su magia. Era verdad, me veía hermosa, y eso me hacia sentir bien. El escote era en forma de V, el vestido me hacia resaltar mis curvas que no eran tan evidentes, no era tan esponjado aquel vestido. Llevaría velo.

−¡Ese te queda perfecto!

−Tienes razón, Janet. ¿Que opinas, hija?−. Preguntó Katherine.

Seguía mirándome en el espejo.

−Elijo este vestido −. Dije con una sonrisa.

[...]

No podía soportar ésta emocion. Casi no logré dormir la noche anterior porque solo faltaban pocas horas para casarme con él. Los rayos se asomaron en la ventana, así que me puse de pie y me di un baño. Me tardé como 20 minutos y salí envuelta en una toalla, segundos después llegó Janet mostrándome una sonrisa.

−Veo que estás ansiosa de casarte, futura cuñada.

Reí y solo moví mi cabeza. Me senté en la silla y acto seguido llegó unas estilistas a lo que tenían que hacer con mi cabello. A la mitad de mi peinado llegó mamá, entró a la habitación y sólo de dispuso a observar como me estaban peinando aquellas dos chavas.

Después de una hora del peinado, comenzaron a maquillarme. Una hora después las estilistas se retiraron. Mi mamá y Janet me ayudaron a ponerme el vestido. Todoas bajamos a la sala, la persona que estaba presente era mi papá. Al verme abrió los ojos con sorpresa y se acercó a mí con una sonrisa.

−Nunca pensé verte así con un vestido de novia, hija −, me sonrió aún más −, quiero decirte que te ves hermosa.

−Gracias papá.

Agarró mi mano y salimos de la casa de mis padres. Me subí a la limusina y este arrancó hacia mi boda.

Entonces varias imágenes aparecieron en mi mente, cuándo lo vi por primera vez cómo Joseph, que a partir de allí no iba a estar sola, me escuchaba y como siempre me decía que no era Michael quien me acompañaba en las tardes y que me dejaba en casa. También cuándo se fue porque... para ser sincera... Creo que él se había dado cuenta que yo ya me había enamorado de él. Cuando volvió y me pidió perdón, y lo perdoné. Cuándo supe que Joseph en realidad era Michael, seguía vivo, había fingido su muerte. Y todo lo que sucedió meses atrás.

Todo pasó tan rápido que me encontraba poniendo un pie en el pasto. Mi papá tomó mi brazo y caminamos hasta llegar antes de empezar a caminar hacia al altar. Sus ojos me miraron y yo le sonreí. Una canción lenta comenzó a sonar, entonces moví mis pies para dar pequeños pasos junto con mi papá. Yo no podia dejar de verlo, ni él a mí. Sus típicos rizos sobre su frente y su coleta desordenada me hacian suspirar. Su sonrisa me demostraba cuánto deseaba esto. Al estar frente a él, mi papá tomó mi mano y la juntó con la mano de Michael. Se retiró dándome un beso y se sentó a lado de mi mamá. Comenzamos a escuchar las palabras del sacerdote. Sentía de nuevo esas mariposas en el estómago que llegué a sentirlas cuando él estaba conmigo.

Los minutos se me hacían eternos. Entonces llegó él momento, nos pusimos los anillos de boda y repitimos las palabras que nos decia el sacerdote.

−Michael, puedes besar a la novia.

Michael alzó mi velo de mi rostro, tomó mis dos mejillas y se acercó a mis labios para darme un beso lleno de amor y deseo. Todo lo que estaba a mi alrededor, excepto él, desapareció por varios segundos.
Los aplausos nos interrumpieron, Michael soltó unas risillas y juntando su frente me susurró con ese angelical voz desde que tengo memoria:

−Gracias por estar conmigo durante 5 Horas En En El Paraiso. Esta vez... Será para siempre, amor.

Cinco Horas En El Paraíso #MoonwalKingAwards2017 (Michael Jackson Y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora