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Si, no comprendía de donde había salido la tontería de decirle a Liam que se quedara a dormir. Es decir, a dos meses de amistad ni una sola vez lo había hecho, sin embargo, ahora lo dijo y Liam acababa de aceptar ¿Era eso normal?



Dos amigos durmiendo juntos, una noche de un sábado. Debía ser normal, ellos viendo películas de terror hasta tarde, comiendo dulces y después durmiendo en el lugar que cayeran, ya sea la cama o el suelo, cosas de amigos, entonces ¿Por qué estaba tan nervioso?



Nervios. Ansiedad. Frustración. Confusión.



-Mamá, ya llegué. –Dijo, intentando no hacer mucho escándalo, eran como las ocho y un poco más. Pero conociéndolos, todos estaban sentados viendo la película que pasarían ese sábado, una que sus hermanas esperaban muy ansiosas.

-¡Zayn Malik!



Escuchó un grito desde la cocina y claramente pudo ver lo que venía. Su madre se acercó. Zayn notó que tenía su celular en la mano, seguro se la había pasado llamándolo, pero como él lo dejo arriba, ahora se lo sacaría en cara.



-Dijiste que solo caminarías, te fuiste hace mucho tiempo y lo peor es que no llevaste tu celular.



Liam escuchaba atentamente, parecía que Trisha no lo veía, porque se concentraba en Zayn y no en el hecho de que él esté parado justo detrás del Malik. Pero al menos, ahora comprendía porque no le contestó a los mensajes.



No había problema con el contenido de los textos que le envió, todas eran bromas o chistes que encontró en la red. Quizás la madre de Zayn ni los había leído.



-Lo siento, demoré más de lo que suponía. –Murmuró muy vagamente, buscando no mirarla a los ojos, no, mentirle a la cara jamás. –Y, lo más importante, me encontré con Liam caminando hacía su casa así que ¿Se puede quedar a dormir?

-¿Liam?



Ella observó al fin a aquel castaño que estaba justo tras Zayn. Soltó un suspiro, avergonzada, llevándose una mano a la boca.



-Lo siento, cariño, no debiste de haber visto esto. –Le dijo, refiriéndose al sermón que le acababa de soltar a su hijo.

-No se preocupe. –Sonrío él.

-Pero no entiendo, yo te hacía ya en tu casa, hace como media hora que tocaste la puerta ¿Te entretuviste con algo?



Liam solo asentó con la cabeza, mirar a Zayn no sería una opción en ese momento, ya que sin siquiera hacerlo, sentía como este le estaba regalando una mirada molesta. De los diez minutos que dijo, a los treinta, había una gran diferencia.



-¿Puede quedarse? –Insistió Zayn, mirando a su madre.

-Claro, pero ¿Ya lo saben tus padres, Liam?

-No, pero les avisaré ahora mismo.

-En ese caso, bienvenido a casa.



Trisha solo le regaló una cálida sonrisa y tras entregarle el celular a su hijo, se dirigió a la sala a al fin ver la película, con toda esa preocupación, no estaba prestándole ni la más mínima atención a la televisión.





*





-Así que ¿Diez minutos?



Fue lo primero que dijo Zayn una vez entraron a su habitación. Liam solo sonrió, intentando no mostrar lo nervioso que estaba, pero no era su culpa, ni se le había cruzado por la cabeza el tiempo así que solo dijo un número y ya.



-Lo siento, creo que fue más.

-¿Tienes algo que decirme, Liam?



No quería ser tan duro con él. Pero le parecía sorprendente que el Payne se haya quedado treinta minutos en el frío solo porque deseaba que hablaran. No, ahí debía de haber algo más escondido, algo que Liam no quería decirle.



El castaño rió. -¿No se te escapa nada, verdad?



-Mayormente, no. –Sonrío Zayn.

-Bueno, no es nada malo. Solo… deseaba verte, es todo.



Sintió como su corazón volvió a dar un salto, eso no era bueno, no, tenía que controlarse. Aguantar esas estúpidas ganas de abrazar a Liam y de decirle lo mucho que lo extrañaba también. Decirle cuanto lo necesitaba en ese momento, que con solo escucharlo le ayudaría demasiado, pero no, Liam no tenía que entrar en sus antiguos problemas.



-Pues aquí estoy. –Contestó, Liam rió y él, inevitablemente hizo lo mismo.



Al fin las cosas se habían calmado entre ellos, y podría decirse que ya estaban actuando como normalmente lo hacían, aunque diferentes cosas pasaban por la cabeza de cada uno.





*





Eran alrededor de las once y media, Liam ya les había avisado a sus padres, por suerte, ellos no pusieron muchos “Peros” y accedieron rápidamente.



Ahí estaban ellos, jugando un videojuego de carreras de autos. Zayn iba perdiendo, y Liam no le daba ni la más mínima oportunidad para dejarlo ganar.



-Eres muy competitivo. –Dijo el Malik.

-Bueno, solo pídelo y te dejo ganar.

-No quiero que me dejes ganar.

-Entonces no más comentarios.



Seguían molestándose, quizás al fin todo regresaría a la normalidad.



-Liam… déjame ganar.

-Claro.

Mi Chico Malo - Ziam.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora