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Las dos horas pasaron demasiado lentas para gusto de todos, pero ya al fin, las rejas dejaron de ser un impedimento para que Anne abrazara a su hijo con amor, y Trisha hiciera lo mismo, mientras Doniya solo los rodeaba, dándole un leve golpe en el brazo a su hermano.



-Eso es por preocuparnos. –Dijo, riendo.

-Lo siento mucho. –Murmuraba el Malik, aún prendido de los brazos de su madre.



Parecía un niño pequeño que acababa de ser salvado de uno de los peores castigos de su vida, y de hecho, eso era; porque por la forma tan impulsiva como pensaba las cosas, lo normal era creer que a pesar de estar a punto de cumplir ya dieciocho años, madurar no estaba entre sus opciones, aparentemente.



Harry ya se había cansado de llorar, sus ojos estaban rojos e hinchados, lo peor era que a pesar de la opinión de su madre sobre que debería de dormir primero antes de ver a Louis, salió corriendo apenas ella le dijo el lugar donde se encontraba. Dijo que en el camino comería algo de café y nada había pasado, intentaría no llorar cuando vea a Louis, aunque para los presentes, eso era imposible.



-No tiene remedio. –Murmuró Anne, sentándose en una de las bancas del lugar.

-Estará bien. –Dijo Doniya. –Y Lou saldrá bien de esto, no se preocupe, señora.



Ella se sentó a su lado, dándole leves golpecitos en la espalda, al parecer Gemma no había podido ir ya que estaba de viaje; y para Doniya no importaba que problemas hubieran existido antes, de hecho, al parecer a Trisha tampoco le importaba demasiado el pasado.



-¿Estás listo? –Le susurró su madre, separándose del abrazo.

-¿Listo? ¿Para qué? –Preguntó Zayn, fingiendo no saberlo.

-Para el regalo de tu vida que te está esperando afuera.

-Sí, bueno, mamá, yo… sobre eso…

-Ya, ya. –Sonrió. –No tienes que decirme nada, soy tu madre, te conozco como si te hubiera dado a luz.

-¿No lo hiciste?

-Sabes a lo que me refiero. –Rió.



Se acercaron para darse un último abrazo, y Zayn pudo escuchar con claridad como ella se susurraba “No importa nada, estoy muy orgullosa de ti”. Después de eso sentía ganas de llorar, pero no por la misma razón de antes, sino, porque ahora las cosas serían diferentes, lucharía por ganarse su confianza de nuevo.





*





Se estaba aburriendo de esperar, en serio, estar hora y media sin hacer nada era muy cansado. Se apoyo en la pared más cercana, observando todo el panorama que ya estaba fastidiado de observar. Pero eso no era lo importante, así tuviera que hacerlo por cinco horas más, no importaba, esperaría a Zayn.



-¿Y sí no quiere verme? –Se preguntó, buscando dejar atrás el aburrimiento.



Se acurruco un poco más, empezaba a hacer algo de frío, pero más que eso, estaba el sentimiento de conocer tanto a Zayn como para saber que quizás hasta se le ocurriría salirse por otra puerta o de lo contrario por alguna ventana, todo con el fin de no verlo.



No odiaba nada de Zayn, eso era verdad, le gustaba su forma de ser y como era tan obstinado para la mayoría de cosas, pero quizás, eso era parte del encanto que lo traía loco. ¡Bueno! Se dijo, mentalmente –Si no planea salir por aquí, igual conozco donde vive. –Pensó.



No fue hasta unos segundos después que sintió unos brazos rodearlo por la espalda, ni siquiera se asustó; de tantos abrazos que ya se habían dado, esos delgados pero formados brazos los conocía a la perfección. Sintió una emoción única y muchas ganas de voltear para besarlo, pero se contuvo.



-…Sería un idiota. –Escuchó ese murmullo, muy cerca de su oído.

-¿Qué?

-Si no quisiera verte, sería un completo idiota.

-Ya lo eres.

-¿Pero soy tu idiota, no?

-Y de nadie más.



Sin ganas de contenerse más, Liam se dio la vuelta para atrapar los labios del Malik en un beso lleno de amor, pasión, cariño. Sentía como si no los hubiera tocado en años, cuando apenas había sido unos cuantos días y eso, solo una noche.



-Ambos somos idiotas, no estoy hecho para ti, ¿Por qué no puedo entenderlo y apartarme para siempre?



Murmuró Zayn, ya cuando se habían alejado, aún tenían sus frentes pegadas, deseando volver a besarse, pero algo lo impedía, tenían que hablar, lamentablemente.



-Eres mío, Malik. No me importa si estás hecho para mí o no, te amo y jamás te dejaré ir.

-¿Jamás?

-Jamás.

-Eso es bueno, ya no quiero irme a ningún lado.



Jaló por la camisa al Payne, atrapando sus labios de nuevo, no le importaba que toda persona que pasara los viera, eso no era importante, si Trisha ya lo sabía lo de menos era que se enterara alguien más.

-¡Zayn Jawadd Malik!

...


Al fin, después de mucho correr, llegó hasta la otra comisaría, esa tenía mucha más seguridad, porque aunque los presos estuvieran ahí solo de pasada antes de ser transferidos a la prisión designada, los mayores de edad solían comportarse peor que los menores, esa era la causa por la cual los separaban.



Entró con cuidado, fingiendo tener más de dieciocho años, fue fácil, su tamaño le ayudaba y no le pidieron ningún documento de identidad, valla lugar, pensó.



Cuando entró en la zona donde mantenían a los presos, muchos lo veían con mala cara, y uno que otro se burlaba de él, aunque eso no le importaba en lo más mínimo. Su hermosa vista color zafiro solo buscaba los ojos color cielo de Louis.



Se asustó un poco cuando vio a Josh y a sus amigos dentro de una celda, con dos guardias respaldando el lugar, buscó con la mirada al Tomlinson y al fin, casi en una de las últimas celdas, ahí estaba. Se apresuró un poco, y lanzándose contra aquellos fierros helados, le gritó su nombre, ya que al parecer Louis no se había dado cuenta de que él estaba ahí.



-¡Lou! –Dijo, intentando evitar llorar tan pronto.



El Tomlinson levantó la mirada, observando aquellos hermosos ojos que ahora estaban algo más vidriosos que de costumbre. Se levantó de su lugar y se acercó a los barrotes, casi corrió, por no decir que lo hizo ya que era una muy corta distancia.



-¡Hazz! ¡Por Dios! No puedo creer que estés libre. –Le sonreía, mostrando lo emocionado que estaba.

-Y yo no puedo creer que sigas ahí adentro. –Susurró Harry, olvidándose de la felicidad y recordando el hecho de que el caso de Louis era muy diferente al suyo.

-Sí, bueno… sabíamos que esto sucedería ¿No? Lo mejor será que le digas a Anne que no se preocupe, Hazz, esto podría empeorar su salud.

-Lo sé, pero ¡No todo está perdido! La madre de Zayn dijo que se están encargando de tu caso, verás que pronto estarás fuera.



Louis le sonrió con ternura, quería creer en las palabras del chico de rizos frente a sus ojos, pero se le hacía imposible. Las leyes normalmente eran buenas con los menores de edad, según se supone que porque pueden mejorar y los trabajos comunitarios los hacen reflexionar; pero con los mayores… todo era distinto.



Tomó la mejilla de Harry, con cuidado, y este se acercó más, dejándose acariciar por esa tibia mano, cerró los ojos, imaginando que lo tenía en frente, pero sin esas grandes barras oxidadas que tanto podían significar.



-Yo estoy feliz con que tú estés fuera. –Murmuró.

-Me metería de nuevo solo para estar contigo. –Contestó el Styles, sin dudarlo.

-No digas idioteces, que ni se te ocurra ¿Entendiste?

-No te escucho.

-¡Harry!

-¡Saldrás de aquí! Y está discusión no tendrá remedio, ¿Por qué peleamos?

-¡Primero prométeme que no lo harás!

-No te lo voy a prometer, Louis.

-¡ARG! –Gruñó el Tomlinson.



Se apartó un poco, dando vueltas por aquella celda que de momento era solo suya. ¿Qué haría? ¿Por qué tenía que ser Harry tan terco? ¡Era un niño encaprichado! Tomó aire, calmándose y volviendo a acercarse al ojiverde.



-Bien, no hay nada que pueda hacer, supongo.

-Genial. –Rió Harry.





*





-Zayn… yo… ¡No se que decir sobre eso! –Casi Gritó Liam, despeinándose un poco los cabellos.



Caminaban de regreso a la casa del Malik, solo iban para que se bañe, se cambie de ropa y después comerían algo, Zayn estaba muriendo de hambre y deseaba comerse hasta la mano de Liam si fuera posible.



-Yo tampoco. –Rió Zayn, aún algo avergonzado. –Mi mamá dijo que se encargaría, pero supongo que cuando estemos a solas tendré una larga charla con mi papá.

-¿Crees que eso esté bien? Quizás debería hablar con él. –Le dijo el Payne.



Zayn solo rió un poco más, y tomo la mano de Liam, dándole un leve mordisco. El castaño no hizo más que quejarse, mirándolo con un pequeño buchero.



-¿Y eso? –Preguntó.

-Tengo hambre. –Contestó Zayn. –Olvida el tema de mi papá, sea como sea que esto acabe, tú ya sacrificaste demasiado por mí, te debo demasiado.

-No tienes porque. –Sonrió Liam. –Te amo, espero lo recuerdes siempre.

-Espero que tu también, te amo Payne.



Sí, quizás ahora las cosas regresarían a la normalidad. O tal vez no.

...

Mi Chico Malo - Ziam.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora