Anne no sabía cómo darles esa mala noticia a su hijo y a Louis. Había ido todo el camino practicando para no soltar lágrimas, pero apenas los vio, ahí, tan esperanzados, todo aquello que ensayo se fue y se nubló, no sabía por dónde empezar.
-Mamá, ya, ¡Dinos! Louis saldrá libre ¿Verdad?
Susurró Hazza, aunque más era cómo una súplica, la verdad, desde que ella los observaba con aquellos ojos rojos y llenos de tristeza, lo seguro era que no traía ninguna buena noticia.
-Hazz, deja que hable. –Murmuró Louis, intentando mantenerse fuerte, aunque también contenía mucho sus lágrimas.
No le importaba vivir encerrado por unos meses o quizás años, el problema era que conociendo a Harry haría cualquier estupidez para estar a su lado, sí, porque ese estúpido Styles decía muchas tonterías pero, lo conocía mejor que a nadie, y su discusión de antes era real, lo sabía.
-Chicos, yo… lo siento tanto. –Anne, sin poder aguantarlo más, dejó escapar de nuevo esas finas gotas que resbalaban por sus mejillas. Se acercó más, dejándose abrazar por su hijo y sollozando en su hombro.
*
-Sí, entiendo. Tranquilo Lou, solo preocuparte por Harry ¿Bien? Intentaré ayudar… ¿Cómo que “Cómo”? ¡Ya veré!… No, no robaré un banco, imbécil… Vale, cuídalo y asegúrate de que no haga ninguna estupidez.
Zayn terminó de hablar con Louis, al parecer había tomado el celular de Harry cuando este no lo había notado y lo estaba llamando desde este. Liam aún se encontraba con él. No llevaban mucho tiempo ahí, de hecho, desde que le confesó lo de su padre, Zayn se la había pasado acariciándole la mejilla, besándola, abrazándolo, mimándolo de una u otra manera, buscando ayudarle a aliviar aquel dolor.
-¿Qué pasó? –Preguntó el castaño, obviamente preocupado. El semblante de Zayn había cambiado completamente.
-Louis dice que no podrá salir pronto de ese lugar. –Murmuró, bajando la cabeza.
-¿Por qué?
-La familia de Harry habló con los jueces, y dicen que mientras intentan recuperar todo lo que Josh y los demás robaron, Louis no puede salir ni con libertad condicional.
-¡Pero eso es injusto! –Soltó Liam, indignado. –Ustedes no hicieron nada malo.
-Lo sé. Tranquilo.
El Malik le sonrió con ternura, apoyándose suavemente en su hombro, Liam le dio un cálido abrazo, sabía que Zayn lo necesitaba en ese momento.
-Pero entonces ¿Por qué Louis dijo que no robes un banco? –Preguntó, murmurándole dulcemente en el oído.
-Louis solo puede salir sí… pagan su libertad bajo fianza o eso, ya sabes, libertad condicional, la verdad no lo entendí bien, pero solo sé que… es demasiado dinero.
Zayn cerró sus ojos, aspirando el aroma de Liam, intentando que eso lograra calmarlo un poco. ¿Por qué? ¿Por qué después de tanto aún tenían que seguir sufriendo? Peor aún, todo era su culpa; él convenció a Harry y a Louis a ayudarle ese día, si no fuera por eso, ellos ahora podrían estar totalmente libres y tranquilos, viviendo su vida con total calma. Sin embargo, los jaló con ellos.
Y por encima de eso, estaba Liam, ¡Por su maldita culpa ahora su padre estaba avergonzado de su hijo! Y aunque el Payne le dijera que no le importaba mucho, que no se preocupara, lo notaba, observaba aquella mirada decaída en los ojos del castaño. Y la conocía a la perfección, porque era exactamente la misma mirada que le lanzó su padre la primera vez que descubrieron que él había cometido un crimen.
¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué?
Todo sería más fácil si dejara de lastimar a las personas que más le importan en la vida, todo lograría ser perfecto si… si él…
*
-¿Ya te cansaste de llorar?
-¡Claro que no!
Harry pegaba su cabeza contra esas odiosas barras. El novio de Anne se la había llevado para que descanse, ella al parecer también se encontraba muy mal y por más que entre los tres quisieron convencer al ojiverde de irse con ella, él prefirió quedarse al lado de Louis.
-¿Ahora?
-¡Louis!
Escuchó que le gritó, aún entre lágrimas. Aquello hizo que una pequeña sonrisita se dibujara en su rostro y le diera un suave beso en sus hermosos rizos. Harry levantó la mirada, dejando a la vista sus ojos húmedos y rojos, además de algo hinchados.
-Te vez horrible. –Bromeó Louis.
-Eso no me ayuda mucho, idiota. –Harry dibujó un puchero, parando un poco aquellas lágrimas.
Louis tomó el rostro del Styles con una de sus manos y le dio un suave beso a estos, aprovechando de que por fin los habían dejado solos. Sentía los labios del pequeño húmedos, de seguro muchas lágrimas habían terminado ahí, pero eso no importaba, sentirlo corresponderle era la mejor de las sensaciones que podían existir.
-Te amo. –Murmuró. -¿Eso ayuda?
-Un poco. –