“Vamos a intentarlo”
Fueron las palabras de Zayn ante la confusión de Liam, después de todos esos besos que se dieron y como los minutos pasaron volando en su pequeño mundo. El celular del Malik timbró, era su mamá, y así, ambos se despidieron, dejando en claro que irían juntos a clases a la mañana siguiente.
Esa noche no pudo dormir, no por pesadillas o cosas malas, solo que le parecía increíble lo que estaba pasando, no podía creerlo. Aún con solo relamer sus labios sentía con claridad los de Liam sobre estos, sí, quizás estaba siendo demasiado paranoico con el tema, pero no había estado así de feliz en mucho tiempo.
*
Trisha se levantó algo tarde ese día, pero bueno, no era nada de qué preocuparse. Bajó las escaleras de su casa, caminando hacía la cocina y lo que vieron sus ojos fue la mayor sorpresa que pudo tener en años.
-¿Zayn? –Dijo, asombrada.
-Buenos días, mamá.
El pelinegro se acercó y le dio un beso en la mejilla para luego regresar a la estufa y seguir con lo que estaba haciendo.
-¿Estás… cocinando? –Preguntó, incrédula. No, debía estar soñando.
-Sí, me levanté temprano y como no despertabas, yo me encargaré de hacer el desayuno hoy, no te preocupes.
-Bueno.
Ella se mantuvo mirando a su hijo freír los huevos y calentar el agua, no podía ser cierto, la única vez que Zayn cocinaba era cuando era el día de la madre, y ni siquiera contaba como cocinar, pero verlo así, sin un motivo en especial. Ese no era su hijo.
Cuando sus hermanas se despertaron, también se le quedaron viendo extraño. ¡Era inevitable! Tener a su hermano tan de buen humor esa mañana debía de tener un motivo oculto ¿Les pediría algo? ¿Moriría al día siguiente? Pero debía de traerse algo.
-En serio, hijo ¿No quieres contarnos nada? –Preguntó Trisha por milésima vez, viendo al Malik tomar su desayuno rápidamente.
-No. ¿Por?
-Por nada, solo es curiosidad.
-Seguro que hoy el mundo se acaba. –Murmuró Doniya.
Pero Zayn solo la ignoró, estaba demasiado nervioso por saber cómo estaría Liam cuando llegara.
Por suerte no tuvo que esperar demasiado, porque luego de unos minutos más, el timbre sonó. Se despidió de todas rápidamente y abrió la puerta, encontrándose con Liam, sonriéndole.
-Buenos días. –Saludó.
-Buenos días. –
Cerró la puerta tras él y soltó un suspiro. Era raro, ahora no tenía idea de cómo llamar a Liam, es decir, podía decirle amigo, mejor amigo, ¿O algo más? Se supone que lo intentarían ¿Eso significa que eran novios?
*
-Mi mamá y mis hermanas creen que estoy actuando raro. ¿Tú qué crees?
Caminaban de hacía el instituto, no hablaban mucho, de hecho, quizás menos que normalmente. Zayn veía de re-ojo a Liam y sonreía al ver su nerviosismo, era tan tierno. No era que no se lo esperase, ese castaño podía ser la persona más tímida del mundo, y más ahora que había algo de tensión.
-¿Raro? No creo.
El ojimiel sacó su botella de agua de su mochila, tomando un poco. Zayn se estaba divirtiendo con esa situación, de hecho, aprovechó que eran los únicos en esa pequeña calle para jugarle una broma al castaño.
-Oye Liam.
-Dime.
-¿Quieres que nos besemos?
Vio como el Payne casi escupe toda el agua que tenía en su boca, y se atragantaba con ella para no hacerlo, dándose leves golpes en el pecho para calmarse. Zayn se empezó a reír como si no hubiera un mañana.
Liam era tan, tan tierno.
-¡Zayn!
Lo regañó, pero eso no significó que el Malik dejara de carcajearse, muy por el contrario, ahora también se burlaba del rubor del rostro de Liam.
-Eso fue tan divertido.
-Para mí no lo fue. –Bufó.
-Bueno, bueno. Pero igual, aún no me respondes.
Se acercó lo suficiente al más alto como para que sus narices se chocaran, le encantaba poder hacer eso sin temor a ser rechazado, y reírse de las tímidas miradas que Liam le mandaba, era tan divertido.
-¿Quieres que nos besemos?
Sintió como sus labios eran atrapados por los de Liam, dejándose llevar por esa cálida sensación, se acercó aún más. No podía pensar en nada, ni en nadie. No era importante donde estaba o siquiera quién podía verlos, todo lo que realmente le interesaba era que esos labios le pertenecían, a él y solo a él.
Se separaron con suavidad, sonriendo levemente.
-Eres un idiota, Zayn.
-Lo sé. Pero te gusta este idiota ¿No?
-Lamentablemente.
Rieron y ya después de aliviar un poco la tensión, continuaron caminando hacía el instituto.