Capítulo 34: "El esperado Sí"

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El dolor era insoportable y las lágrimas constantes. ¿Seguir luchando por él? ¿Por alguien que ni siquiera toma enserio mis sentimientos? Esto era inútil, todo esto era simplemente inútil. Y creer que algo entre nosotros dos podría suceder algo. Muy idiota. ¿Qué pensaría él cuando me vio correr hacia fuera del instituto, tratando de alejarme de aquello?

—¡Cooper! ¡Detente! —no lo hago, sigo corriendo a toda velocidad.- ¡______! —las gotas de agua hacen contacto con mis mejillas, y no era precisamente lágrimas. Estaba lloviendo—. Joder ______, ¡odio que me hagas correr! —dice al detenerme por el brazo. Ambas respiraciones estaban agitadas por correr solo cuatro cuadras—. Idiota…—susurra y me jala hacia su pecho, para poder sollozar y no parar ni por un segundo. Mis manos toman con fuerzas el cuello de su polera, mientras él con brazos alrededor en mi cintura me abrazaban sin compasión—.
—Es un idiota, yo soy idiota.
—No, no lo eres. El único idiota es él.

Me niego a pensar que el único idiota era él, yo tuve el error de enamorarme de alguien que desde un principio nunca echaría un ojo sobre mí. Escucho un grito llamándonos, deseaba con todo el alma que no fuera Liam.

—Súbanse rápido—volteo sobre los talones, notando a Eleanor manejar el auto de Louis. Él me empuja leve hacia el asiento de atrás, donde se encontraban cobijas de diferentes colores y marcas—. ¿Qué es lo qué estaban haciendo ahí parados en medio de la lluvia? ¡Han pasado corriendo en frente del auto! —Eleanor estaba enojada. Los dos sabíamos cuanto odiaba esperar—.
—Eli…—le susurra Louis, ya con la manta alrededor de nuestros cuerpos. Ella nos ve a través del espejo retrovisor, notando en que situación me encontraba—.
—Oh, _____, lo siento, ¿qué te ha pasado? Espero que esas lágrimas sean de alegría, o sean gotas de la lluvia.

Muerdo mi labio inferior, sollozando de nuevo, pero aún peor. Louis me estrecha más—si es que se podía— a sus brazos, brindándome calor y amor incondicional. ¿Por qué habría de llorar de esta manera? ¿Por qué por Liam cuando debería seguir adelante…. Con Zayn. Suelto un suspiro. Evitaría algún tipo de conexión con él, al menos hasta que deje de sentir esta punzada en el corazón cada vez que los vea juntos en el instituto. 

—Liam empezó a salir con Rita, hoy le ha dado el esperado si—responde Louis. Soy incapaz de decirlo con mis propias palabras—.
—¡¿Qué?! ¿Bromeas? ¿De cómo? ¿Cómo lo ha conseguido? ¡Argh! Quiero golpearlo en las pelotas
—Fue mi culpa. —susurra Tomlinson. Frunzo el ceño, al igual que Eleanor—.
—¿De qué hablas? —la novia de mi amigo se detiene en frente de mi casa. Gira su cabeza hacia nosotros, mirando a Louis fijamente—.
—Le di una idea para que la invite a salir—sentía de todo. Quería irme de ahí—.
—¿Qué coño has hecho ahora, Tomlinson? 
—Creí que iba a ser mejor, ya sabes, _____ seguiría adelante y dejaría de sufrir por él. ¡Lo hice por tu bien! —sin dedicarles una mirada a alguno de los dos, bajo del auto sin el interés de que estaba lloviendo, y me estaba volviendo a mojar. Atraparía un resfriado, de eso estaba segura. 

Escucho a Eleanor llamarme desde dentro del auto, pero lo ignoro por completo. Entro a casa sin la mínima preocupación de que podrían verme de esta manera. Corro escaleras arriba, reteniendo mis ganas de soltar los gemidos y sollozos de dolor en medio del pasillo, posiblemente mi madre estaba durmiendo la siesta y despertarla sería mucho escándalo. Cierro la puerta de mi pieza con cuidado y no dudo en tirarme directo a la cama, empapando la almohada por completo. 
Liam primero. Después me entero que ha sido Louis la fuente de todo esto. Gracias a él, Rita ha dado el sí que eh deseado nunca escuchar. Liam debe estar contento, gritando a más no poder en su habitación, olvidándome por completo. Genial. Sería mejor que lo dejara así.
Era ridículo encontrarme llorando de esta manera por un chico—no encontraría a alguien igual o parecido a él. Liam era perfecto— maldición. Era imposible no pensar en él. 
Tocan mi puerta tres veces, algo que se me hace completamente extraño. Mi madre jamás tocaba la puerta, no desde que tengo memoria. Retiro las últimas lágrimas que tengo en mis mejillas y la abro sorprendida. Me quedo estática. Sin poder respirar o sentir los bombeos de mi corazón.

—¡¿Qué haces así _____?! ¡Te vas a enfermar! —sin poder retenerlo o decir algo, entra a mi habitación, jalándome hacia el baño—. Dios santo, ¿debo cuidarte como un papá? —se detiene en frente de mí, notando mis ojos rojos—. ¿Has llorado? ¿Por qué has llorado? ¿Te ha pasado algo? ¿Por qué no me dijiste que te traiga a casa? ¿Te trataron de violar? 

Niego con la cabeza, nuevamente soltando lágrimas con brusquedad. Él no pregunta más. Solo me abraza con fuerzas, lleno de preocupación. Si tan solo supiera que lloraba por él…

"22 intentos y siempre fuiste Tú" LiamPayneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora