"22 intentos y siempre fuiste Tú" LiamPayne

Capítulo 39: (Antepenúltimo capítulo)

Narra Liam:

No dudaba en decir esto, no dudaba de mis sentimientos, no dudaba nada más excepto de la reacción que tendría _____ al saber esto, rogaba mil y una vez que no se lo tomara a mal, me habría dado cuenta tarde, pero ella era lo único que más deseaba en estos momentos. A pesar de que hayamos faltado a las clases de hoy y de seguro tendríamos algún tipo de castigo, pero esto era mucho más importante. La había llevado a Starbucks, pues es su lugar favorito para tomar algo después del instituto. 

Aún tenía el ceño fruncido, esperando a que empezara a hablar, pero los nervios eran mayores y yo no era capaz de ser coherente cuando estaba nervioso. 

—¿Qué pedirás? Yo creo que jugo de naranja con un pedazo de torta de chocolate. —capto la atención de un mesero cuando alzo mi mano. Él se acerca y saca su libreta del bolsillo de su delantal blanco.- Yo quiero la orden sesenta y cinco. Mi amiga quiere la setenta. —constaba de un capuchino de dulce de leche con algo de galletas.

—En unos minutos se los traigo.

—Dime. —pide desesperada—.

—¿Qué? —sonrío, a la vez que juego con nerviosismo con mis dedos—.

—No te hagas el tonto y dime antes de que explote de nervios. —me río leve a la vez que entrelazo una de sus manos que estaba encima de la mesa.

—No aquí, quiero que sea un lugar algo más… especial.

Después de eso, _____ no rogó más y callo durante los minutos que estuvimos allí. Eran la una de la tarde, por lo que las clases deben haber terminado. Me levanto para pagar la cuenta y sin decirle nada, la jalo de la mano y empiezo a llevarla al lugar que mi padre le había propuesto matrimonio a mamá. Tanto como para él y para toda la familia, aquel lugar era especial y serviría para cualquier ocasión, según mi abuelo ya difunto, ese lugar traía suerte, más de lo que podría esperar. 

—Eh… ¿Liam? ¿En dónde estamos? 

No respondo. Sigo caminando derecho hasta llegar a un puente, puesto sobre un lago lleno de diferentes peces, este lugar era hermoso. 

—¿Te has dado cuenta? —niega con la cabeza, mientras entrelazo ambas manos de los dos—. Estamos en el mismo lugar, en el mismo puente en el que papá le pidió la mano a mi madre. —sus ojos se abren de sorpresa. Su boca se abre ligeramente, haciéndome desear besarla durante toda la vida que tenía por delante.

—¿Por qué me traes a este lugar?

—Bueno… principalmente quiero pedirte disculpas por haberme comportado como un tremendo idiota al principio. No me había dado cuenta de lo mal que te caía Rita y que no querías ayudarme en esto, pero yo te obligué y…

—No se a que quieres llegar con esto, Liam. No deberías preocuparte, solo fue una ayuda por ser mi mejor amigo.

—No, _____. Yo no me sentiría cómodo ayudándote con un chico que no me agrada, y menos cuando me gustas. —su boca parece llegar al suelo, mientras sus ojos parecen salirse de sus órbitas—. ______, me eh dado cuenta tarde, demasiado tarde, no sé si demasiado tarde para que me des una oportunidad. —no responde. Sigue sorprendida. — Y no, linda, no estoy tratando de usarte para darle celos a Rita, porque se que ella no es para mí, no ahora. Tú, _____, tú eres la que estaba buscando realmente, eres la indicada, eres la que crea mariposas dentro de mi estómago día y noche. Ni siquiera puedo dejar de pensar en ti. —me acerco a ella, dejando nuestras frentes pegadas, entrelazando nuestras respiraciones—.

—¿De qué hablas?

No hubo necesidad de volver a hablar. La acerco por la cintura, y choco nuestros labios con suavidad, moviéndolos al compás de un vals sin música. Definitivamente estaba enamorado de mi mejor amiga. 

—Liam…—susurra durante el beso. 

—Sal conmigo. Se mi novia. —abro mis ojos lentamente, notando una pequeña sonrisa en su rostro.

—Yo…

—Por favor…

Parecieron horas de silencio de su parte, pero valió la pena esperar.

—Sí, si quiero, Liam. —la beso nuevamente, lleno de felicidad.

—Te amo