—¿Estás molesta? —volteo mi cabeza, para que deje de hablarme. La clase de biología había comenzado hace dos minutos y él no dejaba de molestarme—. _____, yo debería estar molesto y tú deberías estar consolándome. Rita me ha…
—Ya lo sé, Liam—suspiro y miro a la profesora que está ocupada en escribir—. Te ha hecho mierda y ahora quieres que te ayude—bufo con pesadez—.
—_____, si en realidad no quieres ayudarme con Rita, deberías haber sido sincera con la primera—se cruza de brazos y mira al frente—.
No respondo y sigo anotando los apuntes, que según la profesora, será importante para el examen de la próxima semana. Las miradas que Liam, constantemente me da, realmente me pone incómoda. Es como si fuera un total desconocido, quien quiere asesinarte o algo por el estilo.
“¿Todo bien?” —el mensaje de Louis me interrumpe, y lo respondo discretamente—
“¿Quieres realmente saberlo? Payne está sentado conmigo”
“Tiempo sin hablarte _____”—el mensaje de Harry interrumpe mis mensajes con Louis. Oigo a Liam gruñir por lo bajo.
“No sé nada de ti chico rulos”
“Lamento haber desaparecido. Mi padre me ha llevado de viaje y créeme, esto no me agrada” —me río por dentro—.
“Espero que vuelvas pronto”
“Claro que lo haré linda :)”
“¿Payne? Gracias a ti, me sacaron de clases por reírme” —frunzo el ceño—
“¿Mi culpa? ¿Qué tiene de gracioso eso? Eres un idiota”
“Te veo después de clase”
Luego de eso presté atención, o al menos eso intenté.
.-
Revoleo los ojos molesta y lo fulmino con la mirada. Él rodeaba por el piso, riéndose como si nada importara, como si reír mejoraría todo.
—¿Podrías ya dejar de reírte? —me cruzo de brazos, por fin logrando que se levantara y se sentara a mi lado. Él me había esperado fuera de clases, por lo que decidí quedarme dentro del aula—.
—Es que _____, es obvio que Liam quiere recuperarte
—¿Es por eso que te ríes? —entrecierro los ojos—.
—No lo sé, solo quiero reír—revoleo nuevamente mis ojos y suspiro—. ¿Cómo vas con Zayn? —me encojo de hombros—.
—Supongo que bien, mejor que con Liam, podría decir—me da leves golpes en la espalda y se levanta—.
—Ya vengo—antes de preguntar a donde iría, era tarde. Él ya no se encontraba conmigo—.
Jugaba con mi pequeña goma partida a la mitad. Recordaba cómo se había roto, con cada detalle de aquel día.
Liam y yo hablábamos animadamente; el profesor aún no llegaba y el curso estaba hecho un desastre. Normalmente, cuando él no llega, nosotros somos los únicos en quedarnos sentados, hasta que es hora de prestar atención.
Un chico alto, fortachón y serio, se acercó a nuestra mesa. Su mirada no se dirigía hacia Liam, quien lo miraba fijamente al verlo acercarse a mí, sin intenciones de establecer una conversación, al parecer.
Al estar lo suficientemente cerca, su rostro se acerca, hasta que se detiene al sentir un objeto golpear su mejilla. Noté que era mi goma, la que había tirado y roto. Desde ese entonces, recordar esa escena, me hacía carcajear fuertemente.
Pensándolo bien. El castaño siempre había estado para mí, como yo para él, protegiéndonos uno al otro. ¿Dejar que mis celos se interpongan en su vida? ¿En la vida de mi mejor amigo?
¿Dejar que esté con Rita para que me mate por dentro?
Había dejado de pensar cuando opté por correr hacia fuera, dejando todo atrás y mirar a mi alrededor para buscar a Payne.
Mi respiración se había agitado apenas con unos pequeños pasos; admito que no soy genial en esto de “gimnasia”.
Al final del pasillo lo vi. Solo. Él caminaba a mi dirección, y su rostro no era para nada bueno. ¿Rita otra vez?
Sin pensar más, corrí hacia Liam y me tiré a sus brazos, los cuales seguían a sus costados por la sorpresa. Susurraba repetidas veces el típico “lo siento” en su oído, hasta que me alejo de su cuerpo, acercando su rostro al mío. Sus ojos estaban cerrados, haciendo que mi corazón latiera fuertemente.
Sus manos seguían en mi cintura, y sus labios se acercaban cada vez más. El choque entre ambos labios, fue lo último que recordaba. Luego de eso, mi mente se puso en blanco. Sin nada que pensar, o de que imaginar.
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"22 intentos y siempre fuiste Tú" LiamPayne
FanfictionLa mayoría de las personas se rinden al primer intento. Otros, se rinden al segundo. Liam James Payne es la excepción. Con tan solo diecinueve años se había enamorado de verdad, según él. Aquella chica con curvas, de cabello dorado y ojos azules, ha...