Capítulo 27

5.7K 296 3
                                    

Narra ____:

Sábado. La mañana se estaba convirtiendo en un calor infernal y sudar a cada segundo no era lo mío, me frustraba terminar de bañarme y terminar sudando nuevamente. Tomo un frío y rápido baño y me vistohttp://www.polyvore.com/sin_título_42/set?id=75710649 . Mi madre me llama desde abajo, seguramente queriendo ir a la casa de Karen y avisarme que no estaría durante toda la tarde; eso se estaba volviendo en algo constante. 
Bajo a toda velocidad como si de un perro se tratase; mi madre se ríe de mí y avisa lo que pensé hace segundos atrás. Se despide de mí con un beso en la mejilla y la veo desaparecer por la puerta. Doy un suspiro con cansancio y voy hacia la cocina, para al menos preparar algo que pudiera satisfacer mi poca hambre que tenía esta mañana. 
¿Qué pasó ayer con Zayn? ¿Y con Liam? Bueno, digamos que me considero una gran idiota por haberle dicho no al pelinegro y optar por seguir enamorada del otro idiota de Liam. Al parecer no estaba enojado, pero sabía perfectamente cómo se siente ser rechazado por alguien más.

Se escuchan tres toques en la puerta principal. Dejo los materiales a un lado de la mesada y corro hacia ella, pensando que sería mi madre… Grave error. Me mira con una leve sonrisa, pero que mostraba muchísima ternura. Lo miro determinadamente, preguntándome como estaría aguantando este calor con aquella camisa larga. 

—¿Puedo pasar? —asiento con una sonrisa y me corro a un lado. Él se sienta en el largo sofá, al parecer, incómodo. Carraspeo nerviosa y me dirijo hacia la cocina, para preparar algo de pollo—. Entonces… ¿Zayn es tu novio? —aparece de la nada a mi lado, sobresaltándome—.
—Eh… no lo creo… ¿por qué? —lo miro de reojo, para notar una pequeña pizca de felicidad en sus ojos—.
—Curiosidad… creí que siendo tu mejor amigo no me contabas todo…—asiento desilusionada—.

Había dejado de prestarle atención, al menos por unos pocos segundos hasta que sentí su cuerpo detrás de mí, rodeando mi cintura con sus brazos y su mentón apoyado en mi hombro izquierdo, algo que lograría explotar dentro de mi cuerpo el corazón que ahora se encontraba latiendo a mil y una fuerzas.
Su lenta respiración chocaba con mi cuello; ¿trataba de darme un paro cardíaco? Hace años atrás habría hecho lo mismo, pero no causaría estas sensaciones que estoy sintiendo en estos precisos momentos. 

—¿Recuerdas nuestro primer beso? —nerviosamente, trago saliva. ¿Cómo él podría acordarse de eso? Éramos pequeños, yo tenía cinco y él seis, muy jóvenes para saber que era exactamente el amor, o que tan importante era el primer beso. Ambos nos encontrábamos en el patio de mi casa, correteándonos por cualquier lado; en un momento me había tropezado con una roca y como era algo sensible en aquellos momentos, una caída a mis cinco años era como estar cerca de la muerte. Liam al estar tan concentrado en atraparme, no se había dado cuenta sobre la roca y había caído encima de mí, logrando que nuestros labios se juntaran por equivocación. Los dos reímos al haber hecho eso, creímos que de grandes no afectaría tanto aquel momento, pero al cumplir mis catorce años, y él sus quince, nos habíamos mirado y hablado con tanta vergüenza que ni siquiera podíamos pasar cinco segundos juntos, fue algo bastante gracioso—. 
—Eh… Liam, tengo que cocinar…—el intento de separarme de él fue en vano, sus brazos me apegaron más a su pecho y sus labios a mi oído—.
—Te invito a Nando’s, ¿qué dices? 
—Liam…
—Te estoy salvando de preparar el almuerzo para dos, así que debes aceptar mi propuesta—doy un suspiro y termino aceptando su “propuesta”. Tomo mi bolso con las cosas esenciales para una mujer y voy con el castaño, quien ya está esperándome afuera—.

El camino se vuelve silencioso. Sé cómo Liam odia los silencios, y más si son incómodos de mi parte. Su mirada se había vuelto seria, fría y sin muestras de tener una pizca de sentimientos. Prefiero quedarme callada y seguir caminando, él mismo tendrá sus razones del porqué esta así.

—Bienvenidos a Nando’s, ¿qué van a pedir?
—Especial dos y cinco, por favor—responde, entregándole el dinero. No era raro que él pida la orden rápidamente, acostumbrábamos a venir a estas horas y comer como si no lo hubiéramos hecho hace una semana—.
—La mesa diez está desocupada, en unos minutos se los llevaremos—agradecemos los dos al mismo tiempo y nos vamos a la mesa indicada por aquella joven—.

—¿Pasa algo? —pregunto entrecerrando los ojos—.
—No, ¿Por qué? —apoya sus brazos en la mesa, acercando su rostro al mío. ¿Pero que…?—.
—Nada...—pongo mi espalda con el respaldo de la silla y desvío la mirada con los brazos cruzados—.

Los segundos pasan y él no dice nada, al igual que yo. Su mirada sigue estando fija en mí y la mía en el suelo. Un chico se nos acerca y nos deja las órdenes que hemos, bueno, Liam ha pedido. Antes de irse, me da un coqueto guiño, poniendo extrañamente raro al castaño. Pone su silla a mi lado y empieza a comer con furor, destrozando la hamburguesa. 

—Eh… ¿Liam? —suelta su comida y se limpia los labios. Susurra una maldición y lo que siento después son sus labios pegados a los míos, moviéndose a un compás de la música del lugar.

"22 intentos y siempre fuiste Tú" LiamPayneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora