P.O.V Jayden.
El niñato que es el repartidor ve cómo la puerta se cierra en sus narices tras darle el cambio a Savannah, quien se da la vuelta a mirarme. Tiene las mejillas sonrojadas.
- Vaya, eso sí que es darle una lección a alguien - comento, mientras cojo algunas cajas que lleva amontonadas. Cuando entro de nuevo al salón, a todos se les ilumina la cara.
- ¡Aleluya! ¡Qué hambre! - grita Emily.
Todos empezamos a comer, entre risas y bromas. No puedo evitar echarle un ojo a Savannah, quien se encuentra hablando con su hermano, este le rodea los hombros mientras se ríen. Ha estado muy callada durante la comida, y ha evitado mirarme, de eso estoy seguro. Me tomo unos segundos para admirarla. Cabello rubio, ojos grandes de color miel, labios carnosos y muy apetecibles, nariz un tanto chata... Hermosa, he de reconocer. De pronto, como si sintiese mi mirada sus ojos se encuentran con los míos, y se sonroja. Detrás de todo el genio que tiene es una chica tímida.
Rompo el contacto y fijo mi mirada en mi último trozo de pizza de cuatro quesos. Después oigo que me llaman.
- JayJay, mañana tenemos la fiesta de Kevin. ¿Qué tal si vamos todos juntos? Ahora terminada la gira quiero despejarme y gastar energías en fiestas.
- ¡Sí, vamos! - grita una amiga de Savannah, de ojos azules y pelo rubio, con toda la apariencia de una Barbie.
Yo sigo comiendo mi pizza lentamente. Cuando termino me recuesto en el sillón y saco mi móvil. Chequeo mis notificaciones, leo mensajes y fotos de fans dedicadas a mí o a la banda en general y no puedo evitar sonreír. Veo que un mensaje de Brianna llega y lo abro.
"Vente esta noche" leo. No me vendrá mal desahogarme, así que recojo lo que he ensuciado, voy al servicio y vuelvo para despedirme de los chicos y las chicas.
- Me voy, he quedado esta noche - les digo.
- Uuuuuh, pero qué noche tan prometedora te espera, amigo - grita Connor, riéndose. Los demás le siguen y yo con ellos.
Me despido de ellos y salgo de la casa. Me monto en mi moto y, cuando estoy a punto de arrancarla, una voz me lo impide. Paro la moto y me quito el casco.
Puedo ver a Savannah delante de la puerta con algo en su mano.
- Se te olvidaba la chaqueta - dice en un susurro. Asiento y la cojo, haciendo que nuestras manos se toquen por un segundo lleno de electricidad. Ella aleja la suya tan pronto como puede.
- Gracias.
- De nada. Eh... que te lo pases... ¿bien? - dice colorada. Siento ganas de reír, pero no lo hago. Asiento y me marcho, con una risilla escapando de mi boca sin poder evitarlo -. Idiota... - escucho que murmulla. Cierra la puerta tras de sí y yo arranco la moto y me adentro en las calles que a estas horas se encuentran desoladas.
Diez minutos más tarde me encuentro en frente de la casa de Brianna, digamos que somos amigos con derechos, siempre y cuando nunca diga nada. Nos conocimos hace varios años por nuestros padres, y ambos estamos bien tal y como estamos. Sabemos en qué punto estamos nosotros, a pesar de que hace un tiempo yo comencé a sentir algo por ella. Me rechazó, y tras un tiempo sin vernos la superé, sabiendo que eso había sido un momento de confusión y ahora nos vemos cuando nos apetece.
Cuando es ya de madrugada decido que es hora de irme. Busco mis pantalones y mi camiseta, bajo las escaleras en silencio para no despertarla y salgo de la casa tan rápido como puedo, mirando si hay algún curioso cerca.
Al llegar a casa lo primero que hago es ducharme, me despejo mientras el agua cae sobre mí. He disfrutado muchísimo la gira, joder, quién me iba a decir que llegaría hasta donde estoy. He aprendido infinitas cosas pero también ha sido muy cansado. Toda la tensión que se vive detrás del escenario, antes del concierto, la presión de a veces tener que hacer u organizar las cosas a contrarreloj, el compromiso... Pero no puedo estar más agradecido de poder vivir de mi sueño.
Salgo de la ducha mucho más relajado y ato la toalla a la cintura. Me intento peinar el pelo hacia un lado para que se seque mejor y más rápido y voy a la cocina con paso despreocupado. Saco del armario de pared una caja de cereales, abro la nevera y cojo la leche, la echo en un bol y tiro el brick vacío al reciclaje. Desayuno tranquilamente, viendo algunos vídeos del último concierto y respondiendo a fans.
Un mensaje de Kyle llama mi atención y lo abro.
"Mi madre está impaciente por veros. Quiere organizar una cena con vosotros. Le he dicho que estáis cansados porque acabáis de venir de gira pero no para de insistir. ¿Podéis?"
Me río. La señora White es un encanto, pero también muy cabezona. No la conozco mucho, solo de un par de veces que hemos coincidido en casa de Kyle, pero es una buena mujer. Puedo imaginarme a Kyle y a su madre discutiendo por el tema y la cara de ambos.
"Claro, tío. Seguro que nadie pone una queja para ir a cenar con ella"
"Pues nos vemos el domingo"
Apago el móvil y lavo los platos. Miro la hora, las doce menos cuarto. Mi móvil suena y me apresuro a cogerlo.
- Jayden.
- Hijo, ¿hasta a mí me saludas así? - escucho la voz molesta de mi madre.
- Oh, mamá, lo siento. No había mirado quién llamaba. ¿Qué pasa?
- Tu hermana vendrá de Hawaii mañana. Te aviso con tiempo y que no se te olvide, hijo. Tiene muchas ganas de verte - dice mamá ilusionada por saber que se aproxima una reunión familiar. De esas en las que luce normalmente nueva receta o hace nuestros platos y postres favoritos.
- Allí estaré - afirmo, recogiendo lo que he ensuciado y colocando todo en su sitio.
Seguimos hablando por unos minutos y quedamos en vernos mañana. Me despido y vuelvo a dejar el móvil donde estaba.
Subo a mi estudio de música y cojo mi guitarra. Me siento en mi cama y empiezo a tocar unos acordes aleatorios. Cierro los ojos y dejo que mis dedos recorran el mástil, probando distintos acordes, creando una suave melodía. Me imagino tocándola en un escenario, con las luces apagadas y el estadio en silencio. Me sigue la segunda guitarra tocando otra melodía parecida y a continuación se escuchan leves golpes de la batería marcando el ritmo.
Memorizo todos los acordes, las notas y los tiempos para después coger mi libreta de composición y apuntarlo todo. Es tan sólo una maqueta, pero siento que esa canción llevará a algo grande.
La repito una y otra vez, cambiando algunas cosas y acostumbrando mis dedos a ella. Cuando veo que no me da tiempo casi a llegar si tardo más, me visto con una camiseta negra, unos vaqueros rasgados en la rodilla y mis botas moteras, me cuelgo la cadena de mi abuela y me la pongo debajo de la camiseta, cubriéndola con su tela y cojo mi chupa de cuero. Me echo colonia y me despeino un poco el pelo ya seco. Cojo mi móvil, la cartera y mis llaves de la encimera de la cocina y salgo disparado por la puerta.
El viaje a casa de Connor es corto, pues no vivo muy lejos de él, solo a unos diez minutos. Doblo la esquina de una calle y aparco delante de su casa. Me bajo de la moto y me engancho el casco en el brazo.
Jenna, la novia de Jase, me abre la puerta y me invita a pasar. Jenna es una gran chica, que sabe manejar los cambios de humor que tiene Connor por su depresión, y me gusta para él porque le ayuda y le comprende mejor que nadie. Fue ella quien le animó para ir de gira, cuando Connor pensaba que no podría hacerlo.
Todos los chicos ya han llegado así que nos sentamos a la mesa y empezamos a comer. Y así trascurre mi tarde, entre risas y entre familia. Finalizando la cena, decido compartir la maqueta que antes en la mañana se me había ocurrido. Ellos se quedan sorprendidos, pues aunque suelo componer, esta canción es especial, y hay algo dentro de mí que ha hecho bonita la canción, llena de sentimientos algo encontrados, algo que no sé qué es. O debería decir alguien...
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Huolaaaa! Muchas gracias por las que coméntas, no sabéis lo que me motiva a seguir escribiendo. Siento no subir tan seguido como desearía, pero los estudios me absorben, ejeje.
Os quiero un montón, gracias por leerme.
Nos leemos pronto.
~lachicadelluvia~
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They Don't Know About Us
Romance¿Qué pasa cuando el chico malo no es del todo malo y la chica buena no es del todo buena? "Ellos no saben cuánto te quiero, cúanto te deseo y te necesito. Ellos no saben nada sobre nosotros".