ATENCIÓN: leed mi nota al final del capítulo, es importante pues digo cómo serán las actualizaciones de los próximos capítulos de las dos semanas que vienen.
P.O.V Jayden
- ¿Qué? - Savannah se queda estática en el sitio, con los ojos casi saliéndose de sus cuencas.
Unos segundos de silencio transcurren. Mi mente borracha asume que Savannah no sabe qué decir, y yo estoy fuera de mí y no sólo por el alcohol.
No tengo ganas de hablar del tema, pero sé que si no lo hago terminaré mal con Savannah, y es lo último que quiero.
Sin esperarlo, Savannah da dos zancadas recorriendo el espacio entre nosotros y pone sus brazos alrededor de mi cintura y me abraza. Me toma por sorpresa, pero automáticamente pongo mis brazos alrededor suya también. Huele malditamente bien y tenerla así de cerca me calma.
- ¿Estás bien? - el hecho de que no pregunte qué más ha pasado y en su lugar se preocupe por cómo estoy hace que la abrace más fuerte.
- Ahora que estás conmigo, mucho mejor - respondo, porque es verdad. No sé que tiene que cuando estoy con ella todo parece encajar, me tranquiliza.
- ¿Quieres hablar? - pregunta, cautelosa.
- Sí, pero no cuando estoy borracho. Pero sí quiero decirte que lo siento. Joder no he venido, es tu día y...
- Sí, lo sé, pero hablaremos más tarde. Vete a tu casa, duerme y quedaremos para hablar - dice, con voz determinante. Aún así puedo ver la tristeza en sus ojos que ella parece tratar de ocultar mirando a cualquier parte de mí menos a mis ojos.
Eso me hace sentir imbécil, y es que probablemente eso es lo que soy.
- ¿Puedes venir esta noche, cuando termines? - casi le ruego. Finalmente me mira a mis ojos y me parte en dos ver la decepción también en sus ojos. Baja la mirada a sus dedos que juegan con el bajo de su camiseta.
- Vale - afirma.
Me quedo un rato mirándola. Hoy está especialmente hermosa. Me acerco a ella, y la obligo a mirarme alzándole un poco la barbilla.
- Te quiero - y voy a besarla, pero ella se adelanta y besa mi mejilla para después darse la vuelta e irse como alma que lleva el diablo.
El rechazo no es lo que me lleva a darle un puñetazo a la pared, sino la ira, la furia y la decepción conmigo mismo por haberle fallado.
Gruño ante el dolor que sé que no tardaría en llegar, y sacudo mi mano. Cojo mis llaves de la encimera de mármol del baño de los chicos, me pongo las gafas de sol y salgo lo más discretamente posible del estudio.
La borrachera se me ha bajado un poco, pero conduzco más lento de lo que normalmente voy. Llego a mi casa treinta minutos después por el tráfico y nada más llegar, me voy a la ducha. Cuando salgo me siento algo mejor y tengo la tentación de llamar a Savannah para volver a pedirle perdón y asegurarme de que viniese pero decido dejarla tranquila y no arruinar más su día.
Me preparo un café y veo la tele, aunque sin prestarle mucha atención. Mi móvil empieza a vibrar sobre la encimera de la cocina y me levanto rápidamente para ver si es Savannah. Nada más ver el nombre iluminado en la pantalla y su foto me tenso, e intento calmar la rabia que quiere apoderarse de mi sistema de nuevo.
Le doy a ignorar la llamada de mi madre y vuelvo a sentarme en el sofá y me termino el café. El reloj marca las nueve y decido echarme un rato, hasta que Savannah venga.
Si es que viene - me recuerda mi mente.
Me quedo dormido casi en el mismo momento en que pongo mi cabeza en el brazo de sofá.
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They Don't Know About Us
Romance¿Qué pasa cuando el chico malo no es del todo malo y la chica buena no es del todo buena? "Ellos no saben cuánto te quiero, cúanto te deseo y te necesito. Ellos no saben nada sobre nosotros".