Capítulo 25

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Intento calmarme cuando aparco el coche en el andén de la carretera, rezando porque la policía no me pille.

No estoy enfada, estoy que echo humo. En vez de haberme dejado ayudarle corre a un bar, se emborracha y se besa con ¿Britanny? ¿Br...? Demonios, como se llame. Puede que su mente ciega de alcohol le jugara una mala pasada, pero no hace que el dolor que siento disminuya. La decepción y la rabia de que sus labios hayan conectado con otros no se van.

Decido conducir hasta llegar a un parque que parece pertenecer a una residencia abierta, busco un banco un poco apartado y me siento, mirando distraídamente una flor espachurrada en el suelo. Y la comparo conmigo, porque mi corazón y mi mente están así.

Sabía muy bien desde el principio que estar con Jayden no iba a ser fácil, pero lo acepté. Y ahora estamos en un punto en el que algo dentro de mí sabe que no se acabará, porque yo siento demasiado por él y porque para mí el hecho de que estuviese muy borracho me consuela. Algo. Un ínfima parte.

Estoy tan absorta de lo que pasa a mi alrededor que no me doy cuenta cuando alguien se sienta a mi lado hasta que siento unos toques en mi hombro.

Miro hacia ese lado y me encuentro con un par de ojos negros, que me miran con simpatía. No obstante, hay algo en su mirada que no me gusta.

No juzgues antes de conocer, Savannah.

- Hey, ¿estás bien? - el chico de ojos negros no aparta su mirada de mí,  a pesar de que me toma unos segundos responder.

- Sí.

- Pues no lo parece. Toma - me ofrece un pañuelo, que yo tomo y me limpio las lágrimas.

- Gracias...

- Paul - se presenta.

- Gracias, Paul.

- Y... Dime, ¿qué hace una chica tan bonita por aquí, sola y llorando? - vuelvo a percibir algo extraño en su mirada. Me esfuerzo por ignorar eso y me encojo de hombros.

- El amor a veces apesta - respondo, escueta.

Él asiente, como si entendiera de lo que hablo. Seguimos hablando por unos minutos, y de alguna manera me entretiene y me hace olvidar lo que me tiene así.

De repente, lo noto muy cerca de mí. Me incomoda y, cuando quiero echarme un poco más al lado para poner distancia, él gira mi cabeza.

- ¿Sabes? Si te hace sufrir, no vale la pena -  y así, de sopetón, une sus labios con los míos.

Me quedo paralizada, mi mente parece no saber procesar lo que sucede y mis músculos no hacen nada.

Recuerdo el beso entre la chica B (o por esa letra creo que empieza su nombre) y Jayden y por un segundo pasa por mi cabeza la idea de seguir el beso. Pero no es así como funcionan las cosas.

Le empujo poniendo mis manos por debajo de sus hombros, y nuestros labios ya no están en contacto.

- No sé quién demonios te crees, pero porque esté peleada con él no te da derecho a hacer algo así -  casi le grito.

Su mirada cambia, y sonríe de una manera que me dan escalofríos.

Me froto los labios con el dorso de mi mano, sintiendo asco y arrepentimiento por no haberme alejado de primeras.

Con paso acelerado, cruzo el parque y llego hasta mi coche. Un dolor repentino empieza a martillear contra mis sienes, y decido volver a casa.

Me toma más de media hora llegar a casa, y no he podido dejar de escuchar la lista de canciones de TNH en las que Jayden tiene solos. Y no sólo de voz, también de la melodía de sus partes de guitarra.

They Don't Know About UsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora