Capítulo 26

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Leed por favor. Sólo unos segundillos.
He vuelto al fin! Volví del viaje y he tenido algunos problemas familiares. Además os debo confesar que estoy un poco perdida con la historia. Tengo muchas ideas y no sé cómo encajarlas. Espero que os esté gustando, pero cualquier sugerencia o cualquier crítica constructiva de verdad que la apreciaría. Siempre desde el respeto, por favor. Siento enrollarme,así que sin más dilación os dejo con el capítulo.

P.O.V Savannah (siete días después)

Hace una semana que no veo ni oigo nada de Jayden. Una semana en la que he intentado mantenerme lo más ocupada posible. Me encargué de preparar todo junto con mi madre para la comida de Navidad, preparamos la comida mientras mi madre me hablaba de algunas renovaciones que quería hacer en la academia, crear un taller para los más pequeños... Y yo escuchaba pacientemente, sin querer pensar en lo mal que me he estado sintiéndolo. No en el sentido físico, ya que he intentado cuidarme lo mejor posible a pesar del poco apetito que tengo; sino en el emocional. 

Todas las revistas y programas no paran de hablar de nuestra ruptura, haciendo hipótesis erróneas sobre lo que ha pasado en realidad. Mis redes sociales se han llenado de comentario de odio y algunos que otros buenos y de apoyo. Que si soy una cazapartner que ya ha obtenido lo que he querido y lo he dejado poniéndole los cuernos, o que por fin Jayden se ha dado cuenta de quién soy de verdad y me ha dejado. Otros dicen que es un montaje nuestro para conseguir que hablen más de nosotros y más fama.

Intento hacer oídos sordos y ojos ciegos, ignoro a los paparazzis que no me dejan tranquila cuando voy a hacer algo tan simple como ir al supermercado, e intento calmar el dolor bailando. Desde que salí de su casa como alma que lleva el diablo, no he parado de bailar. Incluso mi madre me ha dado una llave para un aula específica que casi nadie usa y la mayor parte del tiempo está vacía.

Ahora, mi madre habla sobre los regalos que les quiere hacer a mi padre y a mi hermano, que están fuera comprando regalos y yo escucho y sigo cortando la verdura.

- Entonces, he pensado que sería una buena idea comprarle esa colección de vinilos que tanto le gusta, pero ¿y si no elijo bien? - su ceño se frunce, reflejando su indecisión. 

- Puedes hablar con algún chico de la banda - propongo. La visión del salón de Jayden con una larga colección de vinilos llega a mi mente. 

- ¿A cuál de ellos? - pregunta, un poco temerosa de hablar de los chicos de la banda.

- Jayden tiene una colección lo bastante grande como para saber que entiende de vinilos - respondo, manteniendo mi voz neutral.

Se queda en silencio más rato del que puedo soportar así que la miro y ella a mí también. Deja el cuchillo sobre la encimera y se acerca.

- Cariño, creo que deberíamos hablar. No te he querido presionar, pero he visto cómo no has parado de bailar, tus pies heridos y tus ojeras. No puedes seguir así. Ahora lo ves como el fin del mundo, o cerca, pero el tiempo te hará ver de otra forma o quizá atenuará el dolor. Hablar es bueno, así que cuando quieras hablar, tienes a quién acudir. 

Sus ojos me miran con el amor que una madre da y no puedo evitar llorar. Me tapo la cara con las manos y mi madre se quita el delantal para después abrazarme y susurrarme que todo va a estar bien.

Una vez que estoy más calmada, nos sentamos en le sofá y hablamos. Le cuento lo que en realidad ha pasado, el constante acoso de la gente por las redes sociales y por las calles, de la angustia que siento cada vez que se acerca alguien a preguntar. Y le cuento también que echo de menos a Jayden, la necesidad que tengo a veces de llamarle. 

El sonido de la cerradura de la puerta de entrada nos interrumpe y yo me tenso. No quiero que mi hermano me vea así. Estoy segura de que ha hablado con Jayden y, aunque no me ha juzgado ni ha querido preguntar, no he hablado mucho con él. Sé que eso puede incriminarme más, pero he estado tan encerrada en mí misma, concentrándome en olvidar e ignorar que al final resulta que he hecho lo contrario. 

- Ve a tu habitación y llama a tus squad - bromea -. y pasad la tarde junto si ellos pueden. Ven a las ocho para la cena, que estará todo preparado. 

Asiento y me dirijo a mi habitación. Llamo a Emma, a Emily y a Will y les pregunto si podemos quedar, que los necesito y ellos no dudan en poner hora. Me pongo unos leggins negros térmicos, una camiseta gris de manga larga y una sudadera encima negra, mis botas marrones y una bufanda a juego. Cojo mis llaves, mi móvil y un poco de dinero y salgo de mi casa, decidida a desahogarme y empezar bien el año. Con dolor, pero con tranquilidad.

P.O.V Jayden (ocho días después, uno después del POV de Savannah)

Sigo tocando la melodía que acabo de terminar de componer con la guitarra para acostumbrarme a ella. Hago algunos cambios aquí y allá mientras tarareo con mi voz otra melodía que la acompañe, esta vez con piano. 

No he parado de componer desde que se fue dando un portazo, desde que fui un imbécil con ella, porque a pesar de que se besara con ese chico al que he estado buscando, no debí haberme comportado como un adolescente que no sabe controlar ni lo que hace o dice. Tengo 21 años y todavía me queda por aprender mucho del mundo, pero respecto a ella... todo se vuelve más exagerado. Mis sentimientos, mis pensamientos. Todo influye de manera más fuerte en mí y cuando vi aquellas fotos en la revista enloquecí, y por mucho que me niegue, en ese momento en el que la tuve delante mía quise que ella sufriera el daño que yo estaba sufriendo, teniendo esa foto en mi cabeza.

El sonido del timbre me despierta de mi ensimismamiento. Dejo la guitarra sobre la funda y ordeno rápidamente las partituras. 

Miro por la mirilla y veo que es Kyle. Me pongo tenso, sin saber muy bien cómo reaccionar. Le abro la puerta y ahí está él, con su ceño fruncido y los brazos cruzados. 

- Quiero saber qué ha pasado para que mi hermana esté tan ausente y se pase casi las 24 horas bailando sin parar. La conozco y sé que tienes que ver en esto. No te estoy juzgando, pero tienes que explicarme.

Asiento, y me aparto a un lado para dejarle un hueco para que pasase al interior de la casa.

Tanto Kyle como yo estamos tensos, y se nota en el ambiente. Él toma asiento en el sofa y yo decido hacerlo en el sillón de cuero que da al ventanal.

- ¿Quieres algo de beber? -  ofrezco, mientras me echo un vaso de agua.

- No, gracias.

Una vez he ordenado mis pensamientos para explicarme lo mejor que puedo empiezo a relatar lo ocurrido y él se mantiene con la mirada en un punto fijo sobre la mesa de café y a veces aprieta los puños o frunce el ceño.

Cuando termino me mira directamente a los ojos, y aunque es mi amigo, la mirada llena de furia me acojona un poco. Lo reconozco.

- Me parece increíble que te creas lo que esas ratas dicen. Una imagen vale más que mil palabras como tú has dicho, sí.  Pero no una foto que puede haber sido trucada o malinterpretada. Conozco a Savannah y creía que tú también lo hacías como para saber que sería incapaz de esto. Puede ser que ella también obrara mal huyendo, pero no tenías derecho a insultarla. Sé que tienes problemas para contener tu ira o enfado, pero ella no y quizá es eso lo que me contiene de darte un buen puñetazo. Tenéis que hablar, porque los dos lo habéis hecho mal.

Me quedo sin saber que decir y sólo asiento, y él decide irse. Estoy tan sumido en mis pensamientos que no le detengo para decirle nada, y al final creo que es lo mejor.

El hecho de que tenga problemas de control de la ira no puede excusarme de insultarla como lo hice, y me jode que Kyle me haya tenido que abrir los ojos. No puedo dejar que esto quede así, igual que Savannah me dejó explicarme y vino después incluso para hablar yo debía hacerlo. Necesito verla, pedirle perdón y dejarla que se explique.

No me lo pienso más y voy a mi vestidor para coger lo primero que pillo, coger las llaves de la moto, dinero y correr hacia mi moto.

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He vuelto!! Sé que son tres semanas pero llegúe super cansada del viaje y he necesitado tiempo para escribir.

They Don't Know About UsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora