CAPITULO XXXIX BIENVENIDA

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Las semanas se han agolpado en meses, y caminan tan rápido como el viento, hoy veo el mes comenzar y mañana desaparecer, mis hijas están enormes, y a pocos meses de cumplir su primer año de vida, las cosas han cambiado demasiado en tan corto lapso.

Diego, Camilo y el Licenciado Izaguirre se asociaron para solicitar un préstamo al banco, desde hace seis meses iniciaron los trabajos en el viñedo,  la hacienda resurgió de las cenizas, reconstruyeron la casa desde sus cimientos con una imagen moderna y muy diferente, ahora la hacienda y la empresa decidimos de común acuerdo llevaría el nombre de “Hacienda y Vinícola España” 

El trabajo se encuentra muy avanzado, y en pocos meses veremos la primera cosecha de uva, creo vienen tiempos magníficos, la casa realmente está quedando hermosa, y en cuanto todo se encuentre terminado nos mudaremos definitivamente.

Las niñas crecen a pasos agigantados, apenas puedo reconocer a las dos recién nacidas que me entregaron en el Hospital y que ahora son bellas muñecas de cabellos rizados, ojos miel profundos, y sonrisa pícara, Diego dice ya comenzó a buscar un buen rifle para espantar a los pretendientes, yo solamente quiero verlas crecer, se sientan amadas, y especialmente en un hogar, no pasarán por lo que yo, no las alejaré de mi para no ocuparme de su educación.

Camilo está muy entusiasmado con ser de nuevo el administrador, creo que extrañaba la hacienda, el campo, y creo que en cierta forma siente volvió a subida normal; me acostumbrado incluso a ver ir y venir a Guillermo, ahora sé que fue lo mejor, no podría vivir sin Diego, es el amor de mi vida y no cambiaría lo que tenemos por nada de lo que pudo haber sucedido.  

Mi mamá, cada día la veo más pérdida,  inconforme y sumida en sus cavilaciones, nunca sé lo que está pensando, lo que quiere o lo que le gustaría, algunas veces al mirarla con los ojos perdidos en el vacío, siento mucho miedo, me hace recordar los cuadros horribles de rabietas, locura y desenfrenada ira que vi en mi vida, y por lo que agradezco haber sido alejada de mi hogar, y no me alegra en lo más mínimo pensar que llegue a tener nuevamente una de esas crisis emocionales y que alguna de mis hijas resulte lastimada.  Se ha vuelto tan retraída que hasta la fecha no nos ha dicho nada de lo que el especialista le diagnóstico, solamente por Diego sé las posibilidades de lo que pueda estar padeciendo, a pesar de los daños, de sus maltratos, es mi mamá, la quiero y no le procuro mal alguno, ahora que soy madre la comprendo más que nunca que no podría odiarla. 

Diego, bueno, supongo por tanto trabajo que ha invertido, los riesgos y todo eso debe estar muy agotado emocionalmente, ha comenzado a hacerse distante conmigo, más frio, tan sólo debe ser cansancio, aparto de mi mente los miedos y las inseguridades, pero extraño mucho su cariño, la cercanía y la confianza que siempre teníamos, seguramente esto va a pasar, es parte del matrimonio.

Yo en lo personal creo debo estar agradecida, tengo muchas cosas lindas en mi vida, la maternidad me ha cambiado radicalmente, me tiene muy contenta volver a la hacienda, es la tierra donde nací, y que tuve que desprenderme por mi mamá, sin embargo me siento arraigada en esencia y alma, ya he comenzado a empacar todo en casa, y aunque no tengo prisa, siento que no termino nunca, decidimos bautizar a las niñas en la hacienda, consideramos sería mucho más fácil, y planeamos que su bautizo sea la bendición para inaugurar nuestro nuevo hogar.

EL ALMA QUE ACOMPAÑA A LA MUERTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora