Untitled Part 89 Querido Diario

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Mi sueño se ha hecho cada día más extraño, despierto en medio de la madrugada llena de sudor, de horribles pesadillas, visualizo rostros que jamás he conocido, lugares, situaciones, todo es demasiado extraño, me siento agobiada. 

La sentencia del juez ha llegado esta mañana en un sobre, señalan como fecha final e improrrogable de mi ejecución el día 01 de febrero, falta mucho y a la vez tampoco.

He logrado dejar todos mis asuntos legales concluídos, ciertamente creo que dejar el futuro de mi hija y de mis nietas es lo mínimo que pude hacer, después de todo siempre fui la peor madre del mundo. 

Bastan instantes para destruir toda una vida, es increíble, lloro de pensar cómo habría sido de distinta mi felicidad si ese día yo no hubiera matado a Sergio, algunas veces todavía recuerdo el calor de su sangre en mis manos, no sé como no fui capaz de escucharlo, de quitarle la vida, soy un mountro, o solamente vine al mundo maldita.  

He encontrado todos los documentos que necesito dejar en orden, y he dejado de tomar los antidepresivos que me tiene el médico, quiero estar tan lúcida como pueda, he sacado todo lo viejo,  solamente conservo las pertenencias indispensables, he limpiado mi dormitorio como jamás lo había hecho, no sé si es resignación a que pronto me iré, o tranquilidad de que ya es tiempo.

Solamente sé con certeza que no moriré el día señalado, siete veces perdón he pedido, pero con eso no arreglo mis culpas, he ido a la iglesia a confesarme y escuchado misa este domingo, no lo hacia desde que mi pobre papá me llevaba,  a su tumba llevé flores, y con toda mi alma volví a llorar su pérdida. 

Al lugar de reposo de mi gran amor volví, sobre mis rodillas perdón le pedí y su alma atrapada en este mundo donde su sangre en la tierra se derramó liberé, ahora me espera, pero no sé si podré alcanzarte amor mio, tu seguramente al cielo habeis ido yo a una eternidad de infierno estoy condenada. 

Siete velas blancas prendí y el alma de mi nana Victoria llené de paz y quietud, una más que a las paredes de esta vieja casa se había quedado prendada.  No importa cuántas modificaciones le hicieron, no importa que la reconstruyeran desde los cimientos, las viejas almas seguían aquí. 

Todo se siente distinto ahora,  como si la luz hubiese entrado de pronto y las sombras llorosas se disiparon para siempre. 

A Angel Izaguirre también pedí perdón, desde el fondo de mi alma, una misa en la iglesia de la Recolección, durante siete domingos seguidos, no estaré aquí para cuando terminen pero donde se encuentre espero poder llenar su descanso del amor de Dios.

Ya no me queda mucho, solamente hablar con mi hija, necesito que sepa cuanto la amo, que no era mi intención dañarle la vida, pero que soy mala, ahora ya no estaré aquí, volveré a verla en la eternidad, vagar por el mundo me espera, acompañar a ese ente, ese ser que existe antes que nosotros mismos, es el trato…

A Diego le tengo una gran sorpresa, quizá sea mi última maldad, o lo que se merece, no sabe que se quedará sin nada, tal como vino así mismo se irá, no importa cuanto maldiga mi nombre, lo que quiera hacer, se tendrá que quedar con las manos vacias.

Cometí un error tan grande, quizá mi hija hubiese sido tan feliz con el joven Guillermo, jamás lo sabré, sin haberlo tocado, pero mi sangre corre por las manos,  espero que el ritual de la gitana haya servido para brindarle luz, y pueda irse a un eterno descanso,  lamenté tanto su muerte, todo por unas

EL ALMA QUE ACOMPAÑA A LA MUERTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora