XXXIII BAJO ADVERTENCIA NO HAY ENGAÑO

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Minerva corría como loca de un lado para el otro, poniendo platos, limpiando, gritando a las muchachas de la casa para que todo estuviera perfecto, por un telegrama que su nuevo amigo el Doctor Arriaga había recibido de Diego por el nacimiento de las gemelas, detalle que omitió a la joven abuela para que tuviera la sorpresa cuando les viera llegar.

-          Ya debes tranquilizarte,  conoces a tu hija, ella no está por cosas muy exuberantes, los más seguro es que su mejor sorpresa será verte aquí , aunque no lo creas te quiere mucho

-          No estoy segura, no tiene motivos para eso, tiene más razones para odiarme, le hice tanto daño, y la trate mal, posiblemente ni una madrastra lo habría hecho.

-          Ya no debes seguir martirizándote, lo que pasó, ya pasó, si tanto es tu sentimiento de culpa por lo mal que actuaste, debes reivindicarte ahora, esta es tu mejor oportunidad para estrechar lazos con ella, es una joven nombre.

-          Eso seguramente no lo heredo de mí, debió ser a su papá

-          Cómo era él?

-          Bueno que te puedo decir, era muy guapo, me volvió loca con sus bellos ojos desde que lo conocí, parecían dos almendras jaja, además era ese tipo de hombre que con su voz y actuar se podían llamar seductores naturales

-          Aún piensas en él verdad

-          No tanto como eso, pero fue un amor frustrado con malos entendidos,  mentiras, rencores, y finalmente, con la muerte de él.

-          A que se dedicaba

-          Nunca lo supe bien, no me hablaba de su pasado, o de sus actividades, era cerrado como una ostra,  lo único que supe es que llegó desde España, con un barco pesquero, era un joven buscando fortuna en la tierra nueva, y vino interesado en los ya extintos viñedos de mi papá.

-          Tu papá era el dueño del famoso viñedo de la hacienda San José?

-          Si no te lo había dicho?

-          No, bueno es algo que no digo mucho,

-          El Coronel Rolando Arriola cierto

-          Si, aunque no era mi papá, me amó como su hija, pero no lo era, jamás he sabido quien era el, solamente sé que era casado, que engaño a mi mamá y la dejó cuando ya estaba embarazada de mi

-          Lo lamento, perdona no debí preguntar eso

-          Descuida, no es importante

-          Cuéntame algo, ya conoces desde hace mucho a Diego?

EL ALMA QUE ACOMPAÑA A LA MUERTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora