XXXVI EL VIENTO SIENTE MIEDO

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-          Buen día mi amor, tan bella como siempre, la maternidad te ha sentado de maravilla, buen día Minerva, te veo mucho mejor

-          Gracias Diego, me siento mejor de hecho, 

-          Me alegra, hoy pondré el telegrama a mi colega de la Capital el Doctor Juan García, es especialista, y me gustaría tener su opinión.

-          Te lo agradezco mucho,  consideras será pronto?

-          Posiblemente, descuida, me encargaré de ese asunto

-          Gracias

-          Mi amor, he estado pensando en algo, si estás de acuerdo, creo debo empezar las diligencias para bautizar a las niñas,

-          Si yo también lo había pensado, pero no quería te cansarás mucho en eso, pensé lo mejor era te repusieras completamente,  te sintieras estable para comenzar con eso

-          No te preocupes Diego, yo la puedo ayudar,  no estuve presente en el de mi hija, perdóname Leonor, pero quisiera colaborar tanto como sea posible en el de las nenas, si  a los dos les parece por su puesto

-          Claro, por mi parte no hay inconveniente Minerva, siempre y cuando no te excedas hasta que sepamos la opinión del especialista

-          Si mamá no quisiera te enfermes por ayudarme, después de todo hay tiempo, podemos hacer todo despacio

-          Está bien, lo haremos despacio, además me gustaría tener algo en que sentirme útil,

-          Entiendo mamá pero es por tu salud.

-          De acuerdo.

-          Me voy a la clínica mi amor, tengo programada una cirugía y muchos pacientes, regreso para la hora de la comida, cuídate mucho

-          Te deseo todo salga bien, cuídate por favor

++++++

-          Disculpen la tardanza, pero vino el párroco de la Recolección, y eso me tomó tiempo

-          No se preocupe padre entendemos, bueno, Leonor cierto? dime en qué puedo ayudarte?

EL ALMA QUE ACOMPAÑA A LA MUERTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora