●CINCO●

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Ella POV

Llegué a mi habitación y sentí la puerta cerrarse. Escuché pasos detrás de mí acercándose, luego sentí unos brazos rodearme por la cintura y ya me imaginé de quién se trataba.

- ¿Qué pasa cachorrito?- Me estaba a punto de dar la vuelta pero él no me dejó.

- ¿Quieres ponerme celoso, princesa?- Me susurró al oído, para luego rosarlo con sus labios.

- N-No, claro que no.- Tartamudeé y luego me di la vuelta para mirar su sonrisa.

- No te creo.

- ¿Por qué tendría que ponerte celoso?- Le dije calmada y él sonrió.

- Porque mueres por mí.- Se rio con superioridad.

- No.

- Sí.

- No.

- Sí.

- No.

- No.

- Sí.

-Tú sabes que me amas, Ella.

-No, ¿sabes? Tengo que hacer algunas cosas... Así que adiós.-Mentí.

- ¿A sí? ¿Y a dónde vas?

- No te importa cariño.

- ¿Cariño?- Dijo ilusionado, sonrió y me reí.

- ¿Sabes? Mejor dicho "idiota". Así que si me permites...No, ¿sabes? Mejor vamos a jugar.- Le sonreí, traje una pelota, se la lancé, aproveché que se distrajo y me fui.

Estaba corriendo y sentí que me alzaron ¿¡Me dirigían a la laguna!?

- No, Alex te lo suplico.

- No, por dejarme.

- Pe-Pero por favor, te prometo no dejarte nunca más.- No pude evitar reírme.

- Muy tarde princesa.- Me metió al agua junto a él y me sentía extraña.

Estaba inmóvil, sentía una sensación de tristeza. Un rato de esos escuché la voz de mi padre que decía: "Ella, princesa te extraño y te quiero, nos vamos a ver pronto, lo siento por dejarlas solas todo este tiempo". Empecé a hiperventilarme, y a llorar, no pude estar de pie ningún momento más y Alex me sujetó antes caer.

Alex POV

Escuché una voz muy familiar en el viento, pero no logré escuchar lo que decía. Cuando vi a Ella, empezó a respirar con dificultad y a llorar. Un rato de esos se estaba a punto de caer, pero la sujeté en mis brazos.

- ¿¡Qué pasa Ella!? ¿¡Estás bien!? ¿Necesitas algo?- Empecé a tocarle la frente para ver si no se había enfermado.

- N-No sé lo que sucedió Alex. - Se notaba que estaba pálida y triste.

- Ella, dime lo que sucedió por favor. - Seguía rogándole, hasta que recordé de que esa laguna no era una cualquiera, esta laguna mandaba mensajes de tus seres queridos que ya no están contigo.- Ella, el que te habló fue tu padre, ¿verdad?- Ella simplemente asintió y empezó a llorar más de lo que estaba. Me acerqué a ella y la abracé.

Me sentía muy mal por todo esto, todo fue mi culpa, no debí haberla llevado, yo tengo que cuidarla, no hacer que se sienta triste.

- Gracias Alex por traerme.- Me sonrío y se secó una lágrima.

- ¿Por qué gracias? Si te hice llorar, soy un completo idiota.- Me di la vuelta dándole la espalda.

- No Alex, estas lágrimas son de alegría, no sabes como he deseado poder escuchar de nuevo la voz de mi padre. Lo extraño y mucho, tú me otorgaste mi mayor deseo, gracias en serio.- Me abrazó por la espalda.

Me abrazó por un rato más y me di la vuelta para mirar sus ojos azules. Estos ojos me daban tranquilidad y confianza. Me sonrío y yo la acerqué más a mí. La agarré de la cintura y ella enrolló sus brazos alrededor de mi cuello. Ese momento era perfecto para besarla. Su sonrisa me decía que todo iba a estar bien con ella. La acerqué más a mí, sí, eso se podía. Sentía su corazón latir rápidamente junto al mío. Estaba a punto de juntar nuestros labios, pero escuchamos la voz de Jack y ¿Elizabeth? Atrás nuestro ¡Porqué justo ahora!

- ¡Hey, tortolitos! ¿¡Interrumpimos algo!?- Nos gritó Jack, ¿tomado de la mano con Elizabeth?

- No Jack, simplemente el momento en el que al fin iba a besarla, pero nada más, tranquilo.- Dije con sarcasmo y riendo.

- Lo sentimos, pero sólo queríamos saber si no querían hacer una cita doble.- Dijo Elizabeth, dejándome muy confundido ¿Jack y Elizabeth en una cita? ¿¡Pero qué rayos!? ¿No que habían terminado? ¡Que alguien me explique!

- Mmmm...- Vi a Ella rascándose la nuca y poniéndose colorada.

Al parecer se puso nerviosa así que... Decidí molestarla.- ¿Acaso no quieres ir con tu novio a una cita princesa? ¿Te incómoda estar a lado mío? Yo no muerdo.- Vi cómo se puso: como un tomate y la abracé.

- N-No estoy nerviosa cariño.- Se acercó a mí y me besó muy cerca de los labios. Maldita, me dejo más que nervioso.- Todos pueden jugar a esto cachorrito.- Me susurró en él oído.

- ¿Entonces esto es una guerra princesa?- Le susurre también en el oído.

- Eso tenlo por seguro.

- ¿Entonces si quieren?- Nos preguntó Elizabeth.

- Si.- Dijimos los dos al unisonido.

- Entonces nos vemos en la noche...Adiós. - Al decir eso Jake, se fue junto a Elizabeth. Siempre fueron una linda pareja, hasta que Jake la cago siéndole infiel.

- Listo para esta guerra cachorrito.- Me sonrío de lado.

- Siempre estuve listo princesa.

- ¿Vamos?- Me jaló del brazo.

- ¿A donde?- Pregunte con una sonrisa.

- Al país de nunca jamás.- Empezó a aplaudir y a saltar.

- ¿Esto es sarcasmo verdad?- Levántate una de mis cejas y me reí por su cara.

- No es verdad ¿No me digas que no hay?- Lo dijo sorprendida, casi me la creo, pero caí en cuenta de que es sarcástica. - Ja ja ja claro que es mentira cachorrito. Vamos a ir a comer y luego a alistarnos.

- Entonces vamos.- La cargue en mis hombros y empecé a correr.

- Eso caballito arre, arre.- ¿Esto es broma?

- ¿En serio? - Lo dije serio aunque me causaba gracia.

- ¿Que?- Lo dijo con una risa y con vos inocente.

- Primero soy perro, luego cachorrito y ahora, ¿caballito? ¿Me vas a decir de todo ahora?

- Sip.-Me dio un beso en la mejilla y seguimos.

Dios esta chica, ¿qué me está haciendo? Nunca en toda mi vida he sentido esto por nadie.

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Al llegar a nuestra habitación Ella se metió al baño para cambiarse. Iba a amar esta guerra, esta era mi oportunidad para enamorarla. Me puse una camisa blanca, con un jean negro y mis zapatillas negras. Cuando estaba a punto de sentarme para esperar a Ella, la puerta del baño se abrió dejando que la vea con un vestido negro, cubierto con un encaje del mismo color, la parte de arriba tenía una forma de un corazón y era ajustado hasta la cintura, pero luego era suelto, le llegaba un poco más arriba de las rodillas. Tenía unos tacos negros y su pelo estaba suelto haciendo que se vea como una cascada.

- Que hermosa te ves princesa.- Le bese la mano.

- Tu tampoco estás mal cachorrito.- Hizo una mueca con sus labios y rio levemente.

- ¿Vamos? Nos están esperando.- Estiré mi brazo para que lo enrollara con el suyo.

- Vamos.- Me sonrió, enrollo su brazo con el mío y salimos por la puerta.

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Bueno hasta aquí llego este capitulo.

En multimedia se puede ver a Elizabeth.

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