PODRÉ SOPORTARLO

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Narra Kara:

Este sería sin duda un gran día: en la noche cenaríamos delicioso y entre amigos, por el cumpleaños de Alex; Karen era mi prima y me entendía a la perfección, y Barry esta de regreso. 

—Entonces... ¿Te gusta Barry Allen?—dijo Karen.
—¿Qué? ¿De dónde sacas esas ideas? No.
—Kara, vi como lo mirabas, y como el te miraba a tí.
—No, para nada. Mejor comamos algo.
—¿Te invito a un helado?—dijo Karen.
—Hecho.

Aterrizamos, me cambié y fuimos a la heladería.

—¿Y tú que me dices de Carter? ¿Te gusta?
—No, lo conocí hace dos horas, ni que fuera amor a primera vista.
—Desearía no enamorarme tan rápido como tú.
—Es un don prima, un regalo de Rao—dijo entre risas.
—Cambiemos de tema, ¿cómo van los preparativos?
—De maravilla. J'onn retendrá un rato a Alex para que no llegué temprano, Winn llevará la pizza y las bebidas, tú comprarás el pastel, Barry dijo que tal vez lleve vino—dijo Karen de manera picaresca.
—¿Barry?¿El sabe?¿Cómo?¿James y Clark irán?
—No, James y Clark planean su boda.

De repente, el teléfono de Karen sonó. Admito que me impresionó mucho ya que es raro que le lleguen mensajes que no sean míos o de Alex.

—¿Quién es?
—Winn. Pregunta que de que ingrediente la pizza, le diremos que de pepperoni.
—¿Por qué pepperoni? 
—Porque a todos nos gusta—dijo ella mirando arriba, en todo de burla.—Incluyendo a Barry.
—Claro, ya lo sabía—dije poniendo en blanco mis ojos, ella me miro de manera picaresca.—Debemos volver a CatCo.
—Genial, pasaré toda la tarde con Winn y Carter mientras ellos hablan de videojuegos, ¡estoy súper emocionada!—dijo Karen de manera sarcástica.
—De hecho, posiblemente tengas un trabajo.
—¿Qué?¿Por qué?¡No recuerdo haber ido a una entrevista de trabajo!—dijo alterada.
—Ganarás un salario inicial de $400. Es mucho para alguien de tu edad.
—¿Me estás sobornando?—dijo analizándome.
—Yo no, Cat sí. Cree que tú le gustas a Carter, y que a tí te gusta él.
—¿Yo enamorada? ¿Eso es posible?—dijo sarcástica.
—Lo sé, pero al menos me ayudarás con la economía. Digo, ya que dices que eres casi una adulta.
—Ya no me gusto esto de ser casi adulta—dijo haciendo un puchero. Reí ante su comentario.
 
Abandonamos la heladería y fuimos caminando a CatCo. Al llegar, nos encontramos con Cat, quien nos llamó a su oficina.

—¡Kee-rah qué sorpresa, trajiste a la pequeña Karen!—dijo Cat con un tono demasiado cariñoso para ser de ella, esto esta raro.
—Sí, así es.
—Señora Grant, qué honor—dijo Karen mientras extendía su mano. —Siempre he querido conocerla y...
—Muy bien, eres igual de emotiva que tú prima—dijo con una expresión de desagrado. —Hay que dejar a un lado todas estas formalidades. Estoy pensando en asignarte un reportaje. ¿Qué tal sobre la explosión de la planta de gas del Smalville Hotel?
—¿Para ahora? Digo, ya casi se acaba el día, y teníamos planes familiares—dijo Karen mirándome, casi pidiendo ayuda.
—Karen tiene razón. Hoy haremos una celebración para Alex.
—¡Ay, por favor! ¿Creen que soy un ogro? Son las 4:00 pm tú turno termina a las 4:30 pm, es para mañana obviamente—dijo Cat. —No piensen que soy de esas jefas explotadoras.
—No se preocupe, señora Grant. Mañana al mediodía, después de estudiar, iré al hotel—dijo Karen.
—Es cierto, ella estudia en la mañana, y algunos días en la tarde.
—Ew. Olvidaba que estudiabas—dijo con desprecio. —No seré culpable de acabar con tú futuro—dijo Cat.
—No entiendo—dijo Karen.
—Te estoy despidiendo, linda. Pero, creo que eres una persona con un gran potencial, tienes un gran ejemplo—dijo mirandome, sonreí. —¿Qué opinas de tomar un curso de periodismo? Yo sería tú tutora—dijo Cat. Realmente me sorprendió.
—Claro, me encantaría tomar clases con usted—dijo Karen.
—No son sólo conmigo—dijo Cat mientras se quitaba las gafas.—Mi hijo, Carter, también estará con nosotras—dijo Cat mientras me miraba complacida.
—Está bien. ¿Cuándo empiezo?—dijo Karen.
—Mañana, a las 3:30 pm—dijo Cat. —Puedes irte, linda. Tu prima y yo debemos resolver algo—Karen asintió y se fue de la oficina. Sabía que lo hacía para ganar la apuesta, pero me sorprende la manera en la que lo hace.
—¿En serio está haciendo esto por una apuesta?—pregunté un poco molesta.
—No, Kara. Lo hago por mi hijo. Puedo ver en sus ojos un brillo que antes no tenía.
—Señora Grant, es ridículo pensar en eso. Apenas se conocieron hoy.
—Cuando seas madre, Kee-rah, me entenderás—dijo colocándose las gafas. —Renunciemos a esta absurda apuesta...
—La apuesta no importa, pero si usted cree que así puede ayudar a Carter, podré soportarlo.
—Gracias, Kara—dijo Cat.
—Cuando quiera, debo irme.

Salí de la oficina de Cat.

Las últimas hijas de Krypton: Comienzos. [P.1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora