Lo terrible en cuanto a Dios, es que no se sabe nunca si es un truco del diablo.
Francia en la actualidad
El Padre Chifflet, dejo de reír miró de soslayo el arma con la que habia dado fin a la vida de abdel, sonrió y la dejó caer al enmaderado suelo de la embarcación.
Ésta botó en dos ocasiones, hasta que quedó estática en un lateral de la misma.
En un gesto involuntario Chifflet, se quedó mirando el rostro de la bella dama perfecto en sus facciones y rodeado de preciosas pecas.
Era lo mas hermoso que había visto en mucho tiempo, una parte de él , hubiera querido besarla.
Siguió mirando con sus intensos ojos azules sin vida, desconectando poco a poco del mundo real.
Perdido en sus pensamientos el Sacerdote, daba gracias porque su destino, abrazado a la suerte le había mantenido a duras penas con vida.
-¡Parece que nos vamos a entender muy bien!
Chifflet sobresaltado por la voz de la dama, le sacó de sus pensamientos que le tenían transportado a miles de kilómetros.
- Por favor Chacal haga las presentaciones. Le dijo la dama.
Chacal hizo un gesto reverente y presentó al Sacerdote.
- Señorita (El tono mexinaco que empleaba exasperaba al cura). Este hombre es D. Gabriel Chifflet. Compañero carcelario de La SANTÉ.
Cuidado con él pendejo, debajo de ese aspecto de actor de segunda fila jajajaja, hay un criminal en potencia. Y ahora la guinda, de profesión: ¡tachan,tachan! SACERDOTE.
Y usted Caballero tiene delante a una ex- comandante, del ejercito libanes Arleth Laforet. ¡Se me olvidaba!, está en busca y captura por el mismo Jean Kahwaji y tambien tiene problemas con la inteligencia Palestina.
¿Por qué sera? Mi dulce impostora.
Robó armas, esquilmo su armamento
, para venderselo a los Israelitas.
Comprometiendo la paz en el Libano.
De origen Belga y muy ardiente ay!!ay!! ay!! Que traviesa.
Volvió a gritar el mexicano.
En la única verdad que penso el cura, de toda aquella verborrea mexicana, era la luz de la luna reflejando la silueta sinuante de Arleth.
Ésta, se volvió y miró con una sonrisa de ensueño a su presentador.
Su melena pelirroja bailo en su giro quedo desansando, en sus perfectos hombros.
Carraspeo un par de veces, y poco preocupada por desvelar tan frivolamentr su identidad, dijo:
- Soy la única que puede gobernar mi país porque conozco Europa porque quiero el progreso. Por eso muchos me quieren muerta; pero quien asesine a una mujer se quemará en el infierno.
Chifflet aplaudió divertido, y
Reflexionó en un tono suave.
-Resulta irónico pero lo mismo pasa en el mundo de las tinieblas aunque crees que puedes evitar el mal, toma más fuerza en la medida en que los cristianos no libramos la batalla contra nosotros mismos, la humanidad muere por nada y gana Satanás y sus huestes. Pero esa guerra no la libramos en nuestras fuerzas ni con prácticas extrañas como gritar duro “Fuera, fuera” en los incultos, o en su caso, bella señorita, dotando de armas al mundo inmovilizado por la ira.
Curiosamente el mundo de Yave.
-El mal, lo tengo aquí delante de mis ojos. Levanto el susurro de voz y Gritó
-¡Ahora debo liberarme yo!!
¡¡Lo veo claro!!
Son pruebas divinas.
-¿Crees Satanás que no me doy cuenta de lo que haces?
Se perfectamente lo que quieres.
No pecare!!
Más!!
En ese momento Chifllet, se dejó caer de espaldas por un lateral de la embarcación y se dejó morir en el estómago de las aguas negras del Sena.
Fue tragado por ellas.
Cerró los ojos, empezó en su mente una letania ininteligible en su pensamiento.
En ella, vio a sus padres jóvenes y a su hermana Susan. El amor que había en su familia lo recreaba una y otra vez. Pero Díos le despojó de todo.
¿Comment est-ce possible?
Mi adorado Dios.
Dios, quizás te diga un día que dejé de quererte, aunque siga queriéndote más allá de la muerte; y acaso no comprendas en esa despedida, que aunque el amor nos une, nos separa la vida.
Espero acertar ahora.
Sus convulsiones eran evidentes, sus ojos se abrieron, y se vio rodeado de almas. Las puras y las no puras, pero todas ellas le sujetaban y mecian en la aguas.
Le respetaban en su decisión, quizá no tan incoherente.
Casi todas eran niños. ¡Casi todas!
En su éxtasis de muerte, Chifflet escuchaba en lejania, cantos gregoriano de los siglos pasados. Las luces de la ciudad rebotadas en el agua fueron su última imagen.
Cerró los ojos....
Oscuridad, el oscuro. El silencio interferido por los débiles latidos de su corazón....Tum, Tum! tum tum .tum...t..m!!.Cada vez mas débiles
Abrí la boca para encharcar mis pulmones y terminar la agonía.
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Recibí el beso mas suave y tierno que nadie pudiera imaginar.
