CAPITULO XIX DAMA NOCTURNA

60 6 5
                                    


Avergonzado el Diablo sintió cuan espantosa es la bondad"

. - Cita de "El Paraíso perdido" hecha por T-Bird en "The Crow".

Francia hace 5 años.

Fabrice, envuelto en la masa humana del festival, se fué alejando de su compañero de viaje Gabriel.

Entre empujones terminó en la mayor marabunta del carnaval en plena plaza.
Éste por unos instantes, se dejó llevar por el folklore de Dunkerke.

Miró su reloj marcaban las 21:45 h.
Se alejó poco a poco de la algarabía, hasta que quedó en una calle transitada por poca gente, está daba al paseo marítimo.

Por un momento se habia olvidado para que estaba allí.
No tenía ni idea a lo que se enfrentaba. ¡ingenuo!

En un banco de madera vio sentada a una mujer bien arreglada, llevaba sombrero calado, se podía vislumbrar que era bastante morena pues el pelo, aunque recogido le sobresalía algo.

Parecía, que pudiera tener unos 35 años de edad. Desde luego, era de alta alcurnia simplemente por la pose femenina y su postura elegante. Su figura esbelta allí sentada en el banco, junto al mar podía inspirar a poetas y pintores impresionistas.

A Fabrice, le pareció bien preguntarla por la dirección que buscaba.

Aunque era raro, en aquella ciudad, nadie parecía estar al margen de la fiesta del carnaval envuelto por el ruido de los tambores y coloreado por los disfraces. Exceptuando a el pobre Gabriel y a el mismo.

Esta señora parecía estar solamente disfrutando de el paisaje del mar única y exclusivamente.

¡Como si el mundo se hubiera parado solo para ella!

- Buenas noches señora, disculpe la interrupción, quería preguntarle por una dirección, ¿si me pudiera ayudar?

La mujer ni siquiera le miro al camuflado  Fabrice.

- Disculpeme no pretendo asustarla. Insistió de nuevo el joven cura

- la señora se rió,en un tono casi inaudible.

En ese momento me di cuenta de que me había metido en el supuesto mundo que predije.
No había ningun ruido alrrededor. Las olas del mar habian desaparecido.
Parecía que estaba en un simple estanque gigante.
El agua brava, era ahora mansa.

- Sabe usted, respondió la señora, he contado 10 segundos de destello de color blanco.

- ¿ Cómo? Pregunto Fabrice
- El Faro. Le dijo la señora.
- Perdone ¿el que? Respondió Fabrice con inquietud.

- Parece que, continuó hablando la señora. Su luz nos lleva al mismo Dios. ¿No le parece?

En esos momentos se giró, y se  quedo frente a frente del cura.
Sus cristalinos, parecían estar envueltos en una nube cada uno.
Le daba un aspecto siniestro.
Ojos que no veian la magnitud del oceano, ni las 25 millas marítimas alumbradas por el faro, ni a mi.

- Discúlpeme, a lo mejor soy algo indiscreto. Usted, es invidente, ¿como puede saber que el faro destella una luz blanca durante diez segundos?

- Es verdad soy ciega, pero veo con mi corazón. Y se que usted es bondadoso,
y algo tiene que ver con La luz divina.
Pero también me dice que no es inteligente.
¿Sabe?

Deje de de hablar tanto con Dios, ¡seguro, que no le escucha!

Tampoco haga demasiado caso al diablo, pues este mezclará verdades con mentiras para confundirle.

LA POSESIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora