CAPITULO XXIII EXTREMAUCIÓN

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Dos pasos del diablo: primero engaña, y después de engañar intenta retener en el pecado
cometido.

(SANTO TOMÁS

Francia hace 5 años

La rueda trasera empujada por el monocilindrico motor de la clasica BMW R-32, dejo en la atmósfera un olor a goma quemada y una nube de polvo que nos ayudó a desaparecer visualmente de aquel lugar con tintes muy mezclados.

En esos momentos, ambos curas habían ganado un pequeño asalto al mal.

El viento les rozaba la cara con fuerza según iba Fabrice acelerando a "Berta" y aunque magullado, Gabriel ya tenía una estrecha relación con el dolor.
Llegó a vivir con el, sin queja.

"Pero eso queridos lectores, ya lo sabíais".

No obstante; le preocupaba más, los caprichos del destino que se hubieran desatado como un penitencia más que dolorosa.

Gabriel, sentía como su vida se iba diluyendo como un azucarillo en un café.

La recurrente pregunta que sostenia le iba a hacer estallar el cerebro.

¡¡ El payaso!! ¿Era su hermana?

Algo dentro de él, le hizo descartar la idea.

Fue mas intuitivo que razonable.
Pero persistía, una y otra vez imaginaba a su "hermana" defendiéndole.
Era el regalo de haber desaparecido toda una vida.

Fabrice levantó la voz por encima del motor rugiente de Berta.

-¿Ha visto padre? Nos ha salvado el pellejo, ha sido un balon de oxigeno. A continuación más exaltado continuó
_¡¡Si, ha sido ella, la he reconocido!!

- ¿Quien.......?

Respondió Gabriel casi sin darse cuenta, fue en automático su respuesta, pues seguía sumido en la tortura de sus propios pensamientos.

- ¡¡La dama, la dama del Lago!! Es mi protectora. ¡Era ella!
La bella Dama elegante que encontré a orillas del mar.


Mi alma Inmaculada.

- ¡El payaso desmaquillado!. Continuó eufórico Gabriel. - ¡¡¡ Era ella, se lo juro Padre.!!!!

Gabriel dejo pasar unos segundos para madurar su respuesta.

- ¡No Fabrice, no, seamos realistas! estas son las tetricas bromas del maligno. Nos confunde., nos debilita para el exorcismo. Pero le aseguro Fabrice, que no hemos de permitírselo.......

Al menos hoy

Nadie me ha engañado tanto como mi sinceridad.

............. Pero esto, fué tan solo su reflexión,  Gabriel la pensó y no desnudó su pensamiento dándole voz.

Era su verdad.

Y siguió con su argumento.

- A usted con la dama del lago y a mi con mi querida y pequeña hermana.

- Cada uno vimos en ese rostro, que apenas se dejaba ver, la persona anhelada.

¡Pero se ha equivocado, el mal en esta ocasión ¡¡se ha equivocado!!
Fabrice, le puedo asegurar que nos ha dado más fuerzas.

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