Capítulo 14

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James
Furia bulle en mí.
Ni siquiera sé lo que sucedió.
Un minuto estaba observando la reacción de Rose frente a mi madre y al siguiente ella se lanza a los brazos de mi cuñado. ¿Qué mierda?
Ella es la primera en soltarse, descolgando sus manos de su cuello. Estoy apretando mis dientes tan fuerte que creo que estoy a punto de romperlos.
- No te veo como hace cuatro años- dice el tomando la cara de Rose entre sus manos.
- En realidad, hace cinco años- dice ella. Sube sus manos hasta los brazos de el.
- Solo espera hasta que Annie te vea- dice el emocionado
- ¿Annie?- dice ella subiendo sus manos hasta su boca, en sorpresa- Siguen juntos- dice emocionada
- Estamos casados- dice el, feliz- ya tenemos un hijos. Se llama Alex.
- Dios mío- dice ella. Y en un gesto que parece tan natural para ellos se toman de las manos y las entrelazan. Simplemente veo rojo. Cuando estoy moviéndome para ir por ella, mi hermana entra a la casa con mi sobrino de dos años en brazos.
Annie produce el sonido más estridente cuando ve a Carter y a Rose tomados de la mano. Se acerca corriendo a ella y la envuelve en un enorme abrazo.
- Eres tu- dice mi hermana abrazándola cada vez más fuerte- Estoy tan feliz de verte.
Rose está llorando ahora sosteniendo la mano de ambos y veo como mi hermana y mi cuñado parecen adorarla con la mirada.
Decido que es el momento de acercarme y Rose parece completamente aturdida cuando la tomo del brazo y la atraigo hacia mí.
Carter parece absolutamente sorprendido por esto y mi hermana lo está aún más.
- No- dice mi hermana y una enorme sonrisa se abre paso en su rostro- ¿Ella es tu prometida? Hermano te ganaste la lotería- dice.
- Vamos Sam- dice Carter- No mereces a este loco.
Rose se larga a reír y el sonido me sorprende tanto que me quedo mirándola como un tonto. Nunca la había escuchado reír así. Por alguna razón, que mi cuñado sea el que la hace sentir esto hace que mi sangre hierva.
- Es obvio que se conocen- digo tratando de mantener el humor en mi voz- ¿Pero, de dónde?
- Sam y yo fuimos amigos en la secundaria- dice Carter- fuimos juntos a la universidad y ahí conoció a Annie.
- Debes contarlo todo cariño- dice Annie volviéndose a colocar cerca de Rose.
- Tenía un enamoramiento terrible por Carter, pero el estaba todo el día pegado a esta hermosa chica.
Rose agacha la cabeza ante el cumplido. La historia me parece inverosímil. ¿Cómo encaja esta mujer que ellos describen con la que yo conozco?
- El caso es que yo también estaba bastante loco por Annie, pero era demasiado tímido para hablar con ella. Y luego ella empezó a salir con este chico, un odioso cantante de banda.
- No era odioso- protesta Annie
- Perdón, quise decir oloroso- dice el riendo- El caso es que yo estaba destrozado y Sam no tuvo la mejor idea que engañarnos a mí y a Annie para encerrarnos juntos. Y el resto es básicamente historia.
- Fuimos muy buenos amigos- agrega mi hermana sonriéndole a Rose.
- Luego ella desapareció- dice Carter mirando fijamente a Rose.
- Lo siento- dice ella. Pero no le doy mucho más tiempo para explicarse. La tomo de la mano y entrelazo mis dedos con los de ella, pidiéndole que me acompañe a la cocina. Cuando veo que el área está asegurada pego su cuerpo contra la pared, atrapándola entre la pared y yo.
Clava los ojos en los míos, nunca acobardándose ante mí. Y no sé por qué eso me enciende.
Tiene los ojos un poco rojos, por las lágrimas de hace rato, y las pestañas pegadas y cubiertas de humedad.
- Cuéntame la verdad ahora, Rose- digo muy cerca de ella. Sin apartar los ojos de mí, se relame los labios, humedeciéndolos. Sin tener la menor idea de lo que eso me hace a mí.
- ¿Te acostabas con mi cuñado?- pregunto con sorna y mi voz cargada de odio- ¿Te revolcabas con él como con mi padre?- pregunto.
Ira. Pura y cruda se refleja en su rostro y levanta una mano, dispuesta a doblarme la cara de una cachetada. Pero no sé por qué demonios no lo ha hecho. Dios, hasta lo estaba esperando. Su rostro cambia completamente y una mueca engreída la remplaza.
- ¿Estás celoso, James?- pregunta con voz seductora. Y me desarma completamente.
Levanta la misma mano con la que iba abofetearme y hace un recorrido por mi barbilla hasta mis labios.
- Deberías- dice, mientras traza el contorno de mi boca- Deberías por nunca sabrás las cosas que hice con ellos. Como nos divertimos.
- No me provoques, Rose- digo poniendo mis manos en su cintura y apretándola más contra mi cuerpo.
- Nunca me acosté con Carter, pero sí con muchos antes de ti- dice.
Juro que es la ira la que provoca mi siguiente reacción.
La beso. Con todo lo que tengo. Abro sus labios con mi lengua y fuerzo una respuesta en ella. Pero nada.
Nada llega.
La suelto mirándola furioso. Y ella levanta el dedo índice. Limpiándose los labios y haciendo una mueca.
- No tienes lo que se necesita para encenderme, James- me dice.
-¿Vas a decirme por qué te llaman Sam?- pregunto. El sonríe.
- Es solo un apodo- dice. Bajo los brazos, liberándola de mi agarre y veo como se aleja, regresando a la cocina.

Necesito unos minutos para calmarme y cuando regreso a la cocina mi familia ya está perfectamente acomodada con la de Rose. Puedo ver a mi hermano pequeño encandilado por ella, y sonrío un poco ante el adolescente. Esta mujer va comerse tus entrañas y a escupirlas en tu cara niño.
Coloco mis manos en la cintura de Rose y me siento junto a ella, complaciéndome cuando ella no puede alejarse de mí, ya que todos están viéndonos. En especial mi madre.
Está sonriendo y mirando a Rose de manera soñadora mientras ella sigue hablando con mi hermana y su esposo.
- De verdad eres muy hermosa- dice mi madre y apuesto a que no planeaba decirlo en voz alta. Rose se sonroja profusamente.
- Gracias- dice
Mi hermana acerca sus manos hasta las mejillas de Rose. Apretándolas.
- Sam siempre ha sido muy tímida mamá.- dice mi hermana riendo.
Mi mamá asiente como si comprendiera. Pero ella no lo hace. No sabe quien es Rose en realidad. Ninguna de estas personas lo hace.
La charla se vuelve trivial después de eso. Ambas familias llegando a conocerse mejor. Lo que me sorprende es como Amber parece negarse a estar lejos de Rose y ella parece estar perfectamente con esto. Un momento después Amber levanta ambos brazos pidiéndole a Rose cargarla y ella lo hace colocando una especie de juego en su teléfono y entregándoselo.
La niñera de Amber, Ivonne, necesita volver de sus vacaciones lo antes posible para que esta mujer pase la menor cantidad de tiempo con mi hija.
A la hora de la cena todos nos acomodamos en la mesa y Rose, su mamá y la mía están ayudando a Eva a servir la comida. Aprovecho el momento para tener algunas palabras con mi su padre, y el parece un hombre agradable. Lo que no entiendo es como ella se llegó a convertir en esto, cuando sus padres no son nada más que maravillosos.
Cuando terminamos de comer estoy tan abrumado por todo lo que estoy viviendo que vuelvo a uno de mis antiguos hábitos. Fumar.
Me escabullo al balcón del segundo piso, el que da al patio y por el cual puedo ver el jardín que una vez le enseñé a Rose. Saco uno de los cigarrillos y haciendo una especie de cueva con mi mano lo enciendo. Aspirando el humo y conteniéndolo dentro de mí para luego soltarlo.  
Lo hago un par de veces más cuando siento la mano de Rose tomarlo de mis manos. Me mira con enojo, como si no pudiese creer lo que estoy haciendo. Arroja el cigarrillo al suelo para luego apagarlo con la punta de sus zapatos negros.
- Necesito preguntarte algo- dice. No le presto atención. Sigo con la mirada fija en el cigarrillo aplastado bajo sus pies.
- Lo que has hecho es increíblemente descortés- le digo furioso
- Y ese es un hábito horrible- dice ella sin prestarme atención- ¿Dónde está la madre de Amber?
Me tenso.
- Tu no necesitas saber eso- le digo con la voz fría.
- No, no necesito. Pero mis padres van a preguntarme. Necesito saber qué les diré.
- Diles que ella está malditamente muerta- digo. - Al menos lo está para mí.
Ella frunce los labios, poniendo en su rostro una vez más esa mueca engreída.
- Aww- dice tomando las solapas de mi camisa entre sus manos- ¿Otra mujer a la que no pudiste complacer, Walker?
Yo río.  Con sorna. La ira quemando en mis manos cuando tomo su rostro entre ellas.
- Voy a enseñarte a no jugar con fuego, Rose- digo cerca de sus labios.
Esta vez no me rindo. Persuado su boca hasta que abre. Acaricio su lengua entre la mía. Chupando su labio y mordiendo todo a mi paso.
Cuando la dejo sola en el balcón. Está respirando agitadamente. Con los labios hinchados y avergonzada de haberme correspondido.

Orgullo, Prejuicio y más [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora