Capítulo 16

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La vida está golpeándome con todo lo que tiene. Ahora mismo me siento como un saco de boxeo y la vida es un tipo enorme, sudoroso y enojado golpeándome con ira.
El problema es que no sé cuánto tiempo más voy a durar.
Es como si cada golpe estuviera debilitándome un poco más cada vez.
Esta mañana por ejemplo, se suponía que debía estar en el restaurante a las siete y treinta, pero Bobby ha decido dejarme esta mañana y supongo que le hecho más daño tratando de encenderlo porque ha hecho un ruido horrible, creo que me ha dejado por siempre. Por suerte mi padre ya estaba ahí y el se ha encargado de el pedido pero supongo que debo tomar un bus para llegar.
De hecho estaba por hacerlo cuando ella entró a la casa.

¿Conoces la sensación de ver a alguien y enseguida notar que será un problema?
Eso fue lo que me pasó cuando la vi.
James estaba recostado en la isla de la cocina y me pareció extraño que estuviera en la casa más tarde de lo habitual. Pero por supuesto no tenía ganas de iniciar una conversación con él al respecto. Las interacciones entre nosotros siempre terminan mal. Así que mientras el permanecía ahí sin siquiera ser consciente de mi presencia yo me servía una taza de café. Palidecí visiblemente cuando Amelia abandonó la habitación y me quedé sola con él. En especial cuando en un movimiento rápido arrastró mi cintura con su brazo hasta pegarme a él, cualquiera que nos viera en esta posición pensaría que no es más que una charla de pareja.
- ¿Por qué estás despierta tan temprano?- pregunta moviendo mi cabello a un lado, sobre mi hombro. 
Me encogí de hombros tratando de hacerle entender que no era de su incumbencia. Pero al parecer el gesto lo enfureció porque su agarre se apretó y su ceño quedó fruncido.
- ¿Sabes que voy a descubrir si me engañas, verdad?-dice con voz fría- No voy a dejar que lo hagas, Rose así que ni siquiera lo intentes- traté de librarme de él tras su ataque, pero sus brazos son como rocas a mi alrededor.
- No lo voy hacer- digo clavando su mirada en la mía.
¿Por qué tiene que gustarme tanto?
Incluso en estos momentos cuando siento su furia bullir fuera de el, lo quiero. Si tan solo este James fuera igual al que yo conocí, este matrimonio sería un sueño para mí. Porque estoy segura que nadie ama como yo a este hombre.
Pero la vida es una perra cruel que me ha escupido mi amor en la cara.
- El caso es que no te creo- dice. Las amenazas de James nunca contrastan con sus palabras. Siempre me habla con odio pero al mismo tiempo pasa sus manos con una suavidad exquisita sobre mi piel. En estos días he llegado a la conclusión de que a pesar de todo el odio que siente por mí, todavía me desea y por alguna razón eso hace que me odie aún más.
Volteo mi cuerpo hasta que estoy frente a frente con él. En otro momento el gesto sorprendido en su cara me hubiese hecho sonreír.
Sin darle tiempo de pensarlo levanto mi mano derecha y la ubico sobre su rostro. James siempre parece tener un poco de barba, ligera y áspera.
- ¿No confías en tus dotes de hombre para retenerme, James?- pregunto con lo que intento que sea mi voz seductora.
Su mirada pasa de mis ojos a mis labios y luego de nuevo a mis ojos.
La fiera muestra sus colmillos afilados, listo para saltar a su presa.
- No juegues conmigo, Rose. Siempre saldrás perdiendo.
Yo me encojo de hombros de nuevo mientras James parece estar lidiando con una batalla interna.
-¿Estás engañándome sí o no?- vuelve a preguntar
Tomo su rostro con ambas manos y lo sostengo firmemente.
- Por un vez cree en mí, James. No lo hago y no pienso hacerlo. Ahora déjame salir, tengo que ir al restaurante- intento moverme de nuevo pero el me lo impide. Impetuosamente me besa, dejándome sin aire, haciéndome pensar que respirar está sobrevalorado. Mi corazón está latiendo en mi pecho con tanta velocidad que tengo ganas de llorar, todo el amor que siento por este hombre atravesándome.
Pero me suelta.
Ninguno de los dos habla después de haber roto el beso. Ambos nos estamos mirando con una especie de confusión.
- Me voy- digo respirando agitadamente.
El asiente y cuando estoy saliendo de la habitación vuelve a hablarme.
- Tus llaves están aquí, Rose- dice
- Voy a tomar el bus hoy. Mi coche ha decidido abandonarme.
El me mira confundido como si no supiera si creerme o no.
- Entonces voy a llevarte yo- dice determinado.
- De verdad no tienes que hacerlo- contesto.
- Tengo. Solo estoy esperando a alguien y podremos irnos.
No tengo ganas de pelear con el así que acepto. Me tomo el café que sigue esperando por mí en la encimera y espero.
Amelia entra a la cocina y veo en sus ojos una extraña mirada cuando nos ve a mí y a James juntos. Yo niego con la cabeza y ella parece entenderlo.
- Señor- dice Amelia y James levanta la vista del periódico- Ivonne está en la sala esperándolo.
James asiente con la cabeza y dobla en dos el periódico dejándolo sobre la encimera.
- Vamos- dice tendiéndome la mano. Yo acepto confundida y ambos caminamos hasta la sala.
Es cuando la veo.
Señora problemas.
- Señor James- dice ella levantándose del sofá con una delicadeza sorprendente. Es morena, con el pelo largo, ojos negros, definitivamente es bonita.
Definitivamente no parece una niñera.
- Ivonne.- dice James asintiendo.- Me alegro que estés de vuelta.
- Yo también. Los extrañaba a todos- dice. Y lo hace de una manera en la que me hace pensar que solo lo extrañaba a él.
Me tenso y presiento que James lo nota.
- Quiero presentarte a mi esposa- dice señalándome- Rose.
Yo sonrío y le tiendo la mano a Ivonne que en un segundo ha pasado de agradable a... zorra.
- Un placer- digo sonriendo amablemente. Ella parece perpleja con la idea de ambos estando casados y mira entre ambos antes de estrechar mi mano.
- Igualmente- dice sonriendo aunque no llega a sus ojos.
- Bueno. Amber todavía está durmiendo, estará feliz de verte Ivonne.
- Gracias señor- dice ella.
James vuelve a tomarme de la mano y no puedo ver el gesto contrariado que cruza la cara de Ivonne al ver nuestras manos unidas.
¿quién es esta mujer?
James me suelta cuando llegamos a su coche y ambos subimos. Me coloco el cinturón y el le da al botón de encendido y salimos de la casa a paso rápido.
Estoy intrigada por esa mujer. No siento una buena vibra con respecto a ella. Pero también puede ser por su reacción con respecto a James, aunque ahora que lo recuerdo Amber me ha dicho que su niñera no le agrada.
¿Por qué?
- ¿Cómo empezó Ivonne a trabajar en la casa?- pregunto sin poder contenerme
- ¿Por qué?- pregunta el confundido sin apartar la vista del camino.
- Curiosidad- digo simplemente
- Sus tíos trabajan en casa de mis padres. La recomendaron y como los aprecio mucho acepté, ha cuidado de Amber desde siempre. - se toma un momento para mirarme- Ahora tendrás que pensar incluso menos tiempo con Amber, deberías estar feliz.
Desvío la mirada porque eso no me hace feliz en absoluto.
James aparca el coche en la entrada del restaurante.
Intento abrir la puerta y esta está bloqueada. Levanto la vista para lanzarle una mirada interrogatoria a James pero el está mirando fijamente a Jake que está con los brazos cruzados sobre su pecho.
- Me dijiste que trabajaba de noche, Rose- me cuestiona James
- Lo hace- contesto- Está cubriendo el turno de alguien más.
El me mira como si no creyera una sola palabra de lo que digo.
- Ven- dice
Lo miro interrogante. El arrastra una mano hasta mi cuello y me besa.
- No quiero que hables con el- dice después
- James- pido
- Lo digo en serio Rose. No confío en ti pero mucho menos en él, te mira como si quisiera hincarte el diente y tu eres mía- dice frustrado.
- No señor- digo negando con la cabeza- No soy tuya ni mucho menos, no soy una propiedad para me hables así. Te he pedido hasta el cansancio que confíes en mí, pero es tu problema si no lo haces- digo intentando abrir la puerta de nuevo.
El suspira frustrado.
- Rose- dice agarrando mi mano y apretando más de lo necesario- No juegues conmigo, solo te pido lealtad. Yo te doy lo mismo, pero si alguna vez me entero que me has engañado, prepárate.
¿puedo confiar en ti?- pregunta
Yo asiento con la cabeza.
El hace lo mismo y baja la mirada enfocándose en mis labios.
Sin poder contenerme ahora soy yo quien lo besa a el. Suave y lleno de dolor.
- ¿Por qué no puedes amarme?-digo sin poder contenerme.
El me mira confundido por mis palabras y debo decir que algo se quiebra en mí al ver su incapacidad para corresponderme.
- Si no hubieras hecho todo lo que hiciste yo podría hacerlo, Rose. Te hubiese amado hasta el final. Pero eres una perra fría y no confío en ti en absoluto.

Orgullo, Prejuicio y más [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora