Orgullo, Prejuicio y más [EDITANDO]

Capítulo 34

Poner este tipo de plan en marcha es mucho más complicado de lo que pensé.
Nunca fui el tipo de chica que hace esta clase de cosas y este intento descarado de seducción que estoy planeando me deja muy fuera de mi zona de confort.
Y emocionada hasta los huesos.
Creo que el punto clave en este juego que estoy creando es la sutileza, quiero hacer que James ni siquiera sepa qué fue lo que lo golpeó y para eso necesito algo, una armadura de encaje, preferiblemente de color negro.
Así que gasto una buena cantidad de dinero en algo que me hace sentir femenina y sensual y que creo podría hacer que un hombre se arrodille ante mí. Pero James no es cualquier hombre y sé que cualquier cosa que parezca demasiado planeada lo pondrá en alerta antes de tiempo, así que una de las mejores excusas que se me ocurrió fue aparecer de casualidad en su casa, sin las niñas, debo agregar, con la excusa de buscar un libro del estante detrás de su escritorio. Venir a su casa no es nada nuevo para mí, lo hago en ocasiones es común entre nosotros hacerlo, así que espero que no sospeche de mi pobre excusa.

Dejo deliberadamente mi coche en casa y camino hasta llegar a la de él que no queda demasiado lejos, quiero tener la excusa de poder irme si se hace demasiado tarde, aunque espero no tener que llegar hasta ese punto.

Cuando llego a su casa no pasan de las dos de la tarde y sé con certeza que él no estará en la casa por alrededor de otras dos horas. Amelia es la única dentro y me sonríe enormemente cuando le ve llegar con un pequeño bolso a la casa.

-¿Las niñas no vienen?- pregunta dejándome entrar.

-Están en casa de su abuela. Liz estaba prácticamente rogando por ellas-explico

Recorro la casa de James descaradamente.

Recuerdo que la primera vez que puse un pie en esta casa estaba impresionada por ella. Todo me parecía sacado de un cuento, poco después el ensueño de esa casa se convirtió en una pesadilla. Han pasado tantas cosas desde aquel primer día con James que pareciera que sucedió hace una vida, todas las cosas que pasamos, los buenos y malos momentos están grabados en cada una de las paredes de esta casa y por alguna razón, mientras paso mis dedos por las paredes, siento cierta clase de nostalgia. Cuando llego a su oficina camino hasta quedar detrás de su escritorio y tomar cualquiera de las ediciones y pasar el rato en el patio con ella, pero al ver el escritorio quedo distraída por él, solía venir a esta oficina mucho, secretamente robando algunos libros o simplemente sentándome detrás de ese enorme escritorio por unos cuantos minutos. James había entrado una de esas veces, luciendo como si fuera el dueño del mundo, las cosas estaban mal entre los dos, pero de igual manera lo hicimos, justo sobre el roble de este escritorio. James había colocado su boca sobre la mía con tanta fuerza que por un minuto estuve asustada de su poder, pero sus manos eran ágiles y suaves contra mi piel, recuerdo haber mirado sus ojos, viendo la pregunta en ellos, deduciendo si yo estaba dispuesta, y lo que fuera que vio allí hizo que me doblara sobre el escritorio y tuviéramos toda una tarde de sexo, las cosas se fueron suavizando entre nosotros después de eso.

Camino con el libro en mis manos hasta llegar al jardín de la parte de atrás, es la única parte de la casa que está cambiando constantemente, pero podría ser una de mis partes favoritas de la casa, cuando James me mostró el lugar por primera vez, recuerdo pensar que nunca había visto tantas especies de flores juntas en un mismo lugar, resulta hermoso de ver en casi cualquier época del año. Me siento en una de las tumbonas y empiezo a hojear el libro que ya he leído un montón de veces antes, pero al que siempre quiero volver, todavía faltan unas cuantas horas para que James vuelva a la casa y pareciera como si no pudiera poner mi mente en un solo lugar. Me siento nerviosa y ansiosa y la sensación solo aumenta a medida que las horas pasan, pero en algún momento entre los pensamientos incoherentes y el libro, me quedo dormida.