Me despierto temprano.
Incluso antes de que el sol salga completamente. Tengo la cabeza despejada, tanto que disfruto la pasividad de quedarme sentada en el porche de mi casa, con Lucky mirando como devoro un pedazo de brownie que encontré en el armario. He decidido como actuar en las pocas horas que tuve de sueño.
Si no fuera por el dolor en mi corazón todo se sentiría frío. Cuando el sol ya está dando sus primero indicios decido vestirme para ir a la casa de James, aunque es temprano estoy segura que ya estará despierto.
Le dejo a Lucky un plato de comida y agua, desenvuelvo uno de esos juguetes que hacen ruido para entretenerlo y parece estar jugando feliz con él cuando salgo de la casa.
Como siempre mi Bobby me hace sufrir unos minutos antes de encender y cuando lo hace juro que quiero darle algunos mimos por resistir y no dejarme varada.
Sigo el camino hasta la gran casa de James Walker y juro que el corazón está por salírseme del pecho. Nunca había sentido esto, nunca había tenido tanto sentimientos encontrados, y ahora estos sentimientos están colapsando en mi interior, rugiendo por salir fuera de mi pecho. ¿Es posible amar y odiar al mismo tiempo?
Creo que sí, porque la mezcla de ambos es justo lo que siento por él ahora mismo. Quiero saltar a sus brazos y hacerlo sufrir al mismo tiempo.
Dejo el coche estacionado frente a la casa y enseguida otro coche se estaciona detrás de mí.
Un hombre, que conozco como el chofer de James desciende del vehículo, y le abre la puerta a una pequeña niña. Al instante, una corriente de frío arremete contra mí, y el constante dolor en mi pecho se intensifica.
Cuando el hombre me ve se tensa, pero del igual manera se dirige hacia mí, tomando la mano de la niña. Ella es hermosa, con el pelo rubio cayéndole por la cintura y unos increíbles ojos rodeados de largas y tupidas pestañas.
- Señorita Rose- dice el hombre a modo de saludo, yo asiento sin apartar la vista de la pequeña. Ella, al darse de cuenta de mí, sonríe, y lo juro, parece un pequeño ángel al hacerlo.
- Vengo a ver a James- digo. Y la garganta se me cierra un poco al pronunciar su nombre.
- Es mi papá- dice la pequeña.
No puedo creer que me haya ocultado a su hija ¿por cuánto tiempo planeaba hacerlo?
- Eres muy bonita- le digo poniéndome a su altura. Ella sonríe encantada y se suelta de la mano del chofer para acercarse un paso más a mí.
- Tu también- dice
- ¿Cómo te llamas?- le pregunto
- Amber- contesta rápidamente.- ¿Y tú?
No sé que decirle, pero probablemente lo mejor sería seguir con lo de Rose.
- Rose
- ¿Eres amiga de mi papá?- me pregunta
- Sí- ella sonríe un poco más ampliamente, mostrando unos pequeños dientes de leche.
- ¿Eres su novia?- pregunta como si fuera un secreto.
- Vamos- digo tendiéndole la mano- Veamos si tu papá ya está despierto.
Ella toma mi mano encantada y agradezco mentalmente que no haya vuelto a preguntarme si soy o no la novia de su papá.
El chofer abre la puerta, y rápidamente soy yo la que estoy siendo arrastrada al interior de la casa.
- Papá- dice Amber en voz alta. Lo suficientemente estridente que es imposible que James no la haya escuchado.
El baja las escaleras rápidamente pero al segundo que me ve casi trastabilla al suelo. Su mirada se torna fría cuando posa sus ojos en mí y no puedo evitar regodearme un poco con la situación. Estoy dolida y mi corazón parece estar creando una grieta enorme en el centro con cada segundo que estoy frente a el.
- Rose- dice. Y su voz suena dura y fría.
- He conocido a tu hija- digo.
Si es posible su mirada se endurece aún más y se acerca otro paso hacia nosotras. Yo sigo sosteniendo la mano de Amber y cuando su papá está lo suficientemente cerca se lanza a sus brazos.
- ¿Lo pasaste bien?- le pregunta James a su hija. Y el corazón se rompe un poco más, si no estuviera pasando todo esto, me enamoraría un poco más de el solo viendo como carga a su hija. De pronto siento el indicio de mis lágrimas formarse y si no me controlo voy a empezar llorar frente a él.
- Sip- contesta ella haciendo hincapié en la p. James la baja al suelo y luego se pone a su altura.
- Sube a tu habitación nena, voy hablar con la señorita ¿está bien?- ella asiente varias veces, pero en lugar de alejarse avanza un paso hacia mí. Yo le tiendo la mano y ella sonríe complacida.
- Fue un gusto conocerte- le digo y ella balancea nuestras manos antes de voltearse y subir corriendo las escaleras.
En el preciso instante en el que ella desaparece James me toma bruscamente del brazo y nos alejamos al cocina. Apenas unos segundos después, me suelto.
- No me gusta que vengas a mi casa si avisar- dice con la voz endurecida. Adiós al hombre que hace menos de un minuto estaba siendo dulce con su hija pequeña.
- ¿Esperabas que nunca descubriera tu secretito?- pregunto con sorna
- De hecho, sí. Ojalá nunca hubieras conocido a mi hija- se acerca un paso más y cuando veo sus ojos, están como hirviendo. Como si la fiera estuviera a punto de estallar- ¿No es como si tu no tuvieras ningún muerto en el armario, cierto Rose?
Lo fulmino con la mirada, esperando ser capaz de trasmitir todo el odio que siento hacia él ahora mismo.
- ¿A qué has venido?- pregunta
- A decirte que acepto- digo. Y necesito apartar la vista de el para lo siguiente que planeo decirle- Voy a casarme contigo.
El ríe. Despreciativo y odioso.
- Por supuesto que lo harás- dice rodeando la mesa y alejándose de mí- Te conviene.
- Pero tengo condiciones- agrego. Se detiene en seco y clava sus ojos en los míos.
- ¿Qué condiciones, pequeña Rose?
- Quiero que todo sea legal. Que les devuelvas el restaurante a mis padres y el dinero que invertirás, presentándolo todo por escrito.
El asiente con la cabeza, conforme.
- ¿Qué más?- dice brusco.
- Quiero que mis padres piensen que es real- digo con la voz cortada- Quiero que piensen que estamos... enamorados.
- ¿Por qué?- pregunta burlón.
Dudo en contestar eso, pero si voy hacer esto. Si voy a fingir este papel, necesito que James deje de importarme.
- No quiero que sepan lo que hice- miento.
Parece como una eternidad cuando el aparta la mirada de la mía y asiente.
- Hecho- no sé si decirle gracias o no. Así que solo empiezo alejarme pero su voz me interrumpe.
- También tengo condiciones, Rose- dice apoyando su cuerpo en la isla de la cocina- Mantente alejada de mi hija. Por una vez en tu vida compórtate como una dama decente, y nunca trates de alejarte de mí.
Sus requerimientos me dejan la piel helada, y con dificultada logro asentir.
- Hecho- digo.
- Invita a tus padres a cenar aquí esta noche, también yo lo haré con mi familia- se yergue sobre sí- Vamos a darle la gran noticia. Y empieza a pensar qué hacer con tus cosas, quiero que vengas a vivir aquí.
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Orgullo, Prejuicio y más [EDITANDO]
RomanceJames quiere venganza. ¿Y Samantha? Samantha solo quiere paz. Pero, ¿qué pasa cuando tienes que pagar pecados que no cometiste? ¿Qué pasa cuando juzgas demasiado rápido?