Capítulo 26

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Dos rayas no significan el fin del mundo ¿cierto?
Digo, probablemente no sea el momento, pero está aquí.
Es parte de mí ahora, de mi mundo.
Es parte de James.
Pero estoy tan asustada que siento mi corazón en latiendo en la garganta. Y sola, ya que James sigue en Chicago mientras yo estoy lidiando con esto.
¿Cómo reaccionará él?
Todo es tan nuevo entre nosotros y tan frágil y por sobre todo, el aún no sabe quien soy yo en realidad.
¿Y si no lo quiere?
Dios, no puedo pensar en esa posibilidad, no puedo ser tan pesimista. Pero con James nunca se sabe, es voluble y todo esto es demasiado reciente. Lo mejor será que lo mantenga para mi durante un tiempo, solo hasta estar más segura y si James no está conmigo solo puedo hacer lo que siempre esperé, alejarme.
Pero soy positiva sobre esto, porque es como un sueño, se siente casi mágico que algo esté creciendo dentro de ti, algo que creaste con alguien que amas, es una de las mejores maravillas del mundo.

Aun frotándome el vientre camino fuera del baño. Es bastante entrada la madrugada, pero estoy más despierta que nunca. Me recuesto en la cama sobre mi espalda y miro al techo. Todo se complica aún más, siento que estoy en un vehiculo que va perdiendo la dirección. Tengo miedo y estoy asustada, asustada de no poder con lo que se avecina. Me siento increíblemente joven e inmadura y aun así tengo una pequeña vida creciendo dentro de mí, y no tengo la menor idea de si podré darle un lugar estable en el cual vivir una vez que llegue a la vida. Por un momento tengo ganas de saltar de la cama e ir en busca de mi mamá, necesito recostarme en su muslo y escuchar lo que sea que tenga que decirme que de alguna manera me hará sentir mejor. Pero no lo hago, esto depende de mí ahora y tengo que hacerme cargo de ello por mí cuenta. Me volteo en busca de mi teléfono para corroborar una vez más las fechas y no me sorprendo al descubrir que tengo más de dos semanas de retraso. Necesito ir con el médico mañana a primera hora y tener una idea clara de todo. Suspiro e intento cerrar los ojos y poder dormir, cuando lo consigo sueño con James sonriendo y besándome cuando le doy la noticia y solo ese pequeño fragmento hace que esté un poco más relajada.

Estoy sentada en la camilla de la Doctora Miller con una bata blanca sobre mí y las piernas y las manos cruzadas.

- Supongo que es una sorpresa- dice colocándose bien la montura de los lentes sobre la nariz- Pero ambas sabíamos que existía un riesgo eligiendo las pastillas- trago saliva y asiento, perfectamente consciente de que esta es su manera de regañarme- Y por lo que me has contado, olvidaste tomar más de una pastilla-vuelvo asentir mientras el rojo desciende desde mis mejillas hasta mi cuello- Me alegro de saber que no estás teniendo síntomas todavía, el primer trimestre puede ser muy difícil, pero no te confíes, pueden llegar en cualquier momento. Está bien Samantha, no te olvides de retirar esta lista de medicamentos de la farmacia y nos vemos de nuevo en cuatro semanas ¿Correcto?

- Perfecto- digo tragando saliva. La doctora Miller sale de la habitación para que pueda cambiarme y yo contengo las ganas de llorar mordiéndome el labio. Es real, pienso mientras una sonrisa se extiende en mis labios, hay una vida creciendo dentro de mí.

Cuando salgo de la consulta subo al coche y respiro profundo. James llega mañana y por un lado estoy aterrada de contarle y por otro solo quiero lanzarme a sus brazos y gritarlo. Pero decido esperar un poco más hasta decirle, y si nada sale como espero solo puedo... escapar.

Llego al restaurante y veo a Amber sentada en una de las mesas doblando las servilletas con mi mamá, me acerco hasta ellas y me siento junto a mi mamá. Las tres pasamos toda la mañana pegadas y honestamente es lo que más necesitaba después de toda la carga emocional que me fue arrojada en las últimas horas.

Llevo a Amber a la casa después de comer y ambas nos acostamos en el sillón con Lucky bajo nosotras mientras vemos Disney Channel. La noche llega y llevo a Amber a cenar fuera junto con Olivia, las tres caminamos por el centro de la ciudad, Amber con un helado en la mano y yo con un batido de frutas. Paseamos por el parque y nos sentamos en la orilla del lago viendo a las aves dormir y a las personas corriendo y paseando en bicicleta. Amber se sube a mi regazo, con su espalda contra mi pecho y la abrazo con fuerza.

Orgullo, Prejuicio y más [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora