Capítulo 21

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César llega a la casa de Yanira. Toca suave, pero no lo escuchan, toca más duro. La mamá va a ver quién es, cuando abre la puerta -¡lárguese sucio!- César afligido -¡espere! Vengo hablar con su hija- Lupe -¿qué no escuchaste? ¡Andate de aquí!- César -mire... Si yo sé que para usted es feo enterarse que soy el novio de Yanira pero yo-
Lupe enojada -¡pero nada hijo de puta! ¡Largate! ¡ya no sos nada de mi hija! ¡Destruyó su vida! ¿Qué más queres?-
César -¡yo amo a su hija! ¡Y quiero hablar con ella!- Lupe le sampa una cachetada -¡no seas atrevido pendejo!-
César -mire, yo siento que Ques... digo Kenneth, le dijo a su hija acerca de que yo la engañé, pero déjeme explicarle-
Lupe -¡pero nada de explicaciones! ¡Deja a mi hija desde ya te lo digo! No queres que te agarre a patadas- César grita muy fuerte -¡YANIRA TE AMO!- Lupe -¡por favor no grite! Mi hija está muy destrozada como para oírlo-
Yanira escuchó el grito que hizo César y le dijo a Marcela -no quiero que este llegando a mi casa- asustada.
César -¡por favor déjeme hablar con su hija! ¡Quiero aclarar las cosas!-
Lupe -¡es qué aquí no hay nada que aclarar! Sos el típico niño calenturiento ¿qué? ¿Le vas a pedir perdón por otra noche de sexo?- César -mire, yo sé que es lógico que su hija piense eso, después de lo que le dijeron, y si le confieso que fue verdad, yo la engañé al inicio de nuestra relación, pero yo me enamoré con el paso del tiempo-
Lupe -¡ya no lo aguanto escuchar decir eso!- le cierra la puerta.
Dentro de la casa le grita -¡no seas puerco! ¡Buscate a otra qué si quiera lo qué buscas! ¡Pendejo!-
César con sus manos comienza a jalarse los pelos y grita -¡NOOO!- comienza a respirar mucho y toca la puerta de nuevo y grita -¡Yanira! ¡Yanira veni!- Lupe -puta que jode el cerote-
César toca más fuerte la puerta -¡Yanira yo te amo! ¡Creemelo! ¡Te amo demasiado!- Marcela va hacia donde César y abre la puerta -¡mire! ¡Déjenos en paz! ¡Haga su vida ya!- César le detiene la puerta -fijese que yo quiero hablar con Yanira, yo no sé que sea usted de ella, pero quiero que sepa que a pesar de todo la amo-
Marcela -¡cállese! Mire, ella se ha puesto muy pálida por usted, se siente demasiado mal, ¿por qué no le deja de hacer su vida en un martirio? Mire si quiere le doy dinero para putas, pero a mi sobrina no le vea esa cara ¡no señor! ¡Así qué déjenos de molestar!-
César -es que yo la amo de verdad. Yo sé que suena una total falsedad, que un hombre que sólo busca sexo en una mujer es mentiras que se va a enamorar... Pero mire, yo sí me enamoré, me envolvió con su ternura, yo no sé cómo, pero lo hizo-
Marcela -ponga atención... Yo no me sé la historia completa de ustedes, pero algo si sé, y es que a una mujer ¡jamás! Pero ¡jamás! Se le hace sufrir de esa forma a causa de un hombre- Marcela le cierra la puerta con mucha fuerza y dice -hay si por si acaso sigue gritando, dejenlo, ya después va a parar de hacerlo-
César -pero yo no voy a dejar de amar a Yanira- se sienta a la par de su casa. Preocupado comienza a llorar y dice -te amo Yanira, te amo-
Yanira -mami, yo lo amo, siento la necesidad de irlo a ver-
Lupe -¡pero vos no podes irlo a ver!-
Marcela -sí, eso sería malo para vos-

César sentado -pues aquí me quedo, hasta que pueda hablar con ella-
Llega un bichito de seis años y con un globo, le dice -¿sos un bolito?- César -no. ¿Por qué?- el bichito grita -¡mami mira un bolito sentado en la casa de don Brayan!- La muchacha con cara de extrañada -ese no es un bolito, aunque parece así, pero no es un bolito... Ese es el novio de Yanira supongo. Vámonos- chiñea al bichito y se lo lleva.
César -¡ash! Por eso me caen mal los mocosos. Care chimba ese bicho. Aunque pensándolo bien, en un futuro si me gustaría tener uno con Yanira. No puedo soñar nada ahorita, si ella no me quiere escuchar-

Raúl -¡por la gran puta! ¡Aquí necesito más ayudantes! ¡Y la única opción qué tengo es la de César! ¿Pero adivinen qué? Ese cara de culo no ha llegado-
Queso afligido -¿ni siquiera te contesta?-
Raúl -ni un poco-
Queso -¿ni un poquitin?-
Raúl -nadita-
Queso -¡auch! ¿Y qué le pasa?-
Raúl -lo tiene loco esa Yanira-
Queso -¿cómo así? O sea, dejame y te explico, yo si sabía que loco de remate lo tiene, porque le habla a una total rara y quiere sexo con ella, pero ¿tanto así ha cambiado?-
Raúl -sí, disque "la ama"-
Queso -uy, yo me voy a dar un tiro con alguna pistola. Ay no pues, que oso. Eso no es cierto de aseguro-
Raúl -pues yo no lo sé Quesita, pero aveces lo noto muy convencido-
Queso -no, pero a lo mejor le paso algo malo y por eso no contesta-
Raúl -¿a lo mejor?-
Queso -digo, a lo peor. Como sea, tengo deseos de contar más chambres-
Raúl -no creo que sea conveniente que digas los de él, se va a enojar demasiado. Te lo advierto-
Queso -¡tranquilo bebe! Todo en paz, que nada de eso va a suceder. Por cierto, ¿por qué tenes esa barriga? (Lo toca del estómago)-
Raúl lo aleja -¡a no! ¡A mí no me andes con culeradas!-
Queso -¡uy no! Yo nunca me voy a fijar en vos, sólo te estaba haciendo una crítica constructiva, aunque dudo que sea constructiva porque quizás no tenga remedio tu barriga, bueno quizás sí, pero para lucir como un cerdito negrito wij wij-
Raúl -no sabes cuanto te estoy odiando en estos momentos-
Queso -gracias mi niño. Jajajaja-

Comienza a llover y César todavía sigue esperando a Yanira para que salga. -ya comenzó a llover, pero no me importa, aquí me quedo. Les guste o no-

La Pasmada de Yanira Donde viven las historias. Descúbrelo ahora