La Pasmada de Yanira

Capítulo 46 "Raúl se hace viral"

Yanira, Marcela y Abraham terminan de comer.
Abraham se muerde los labios al ver a Yanira y le dice.
—Mira, no es por nada, pero me pareces...—
Yanira
—Sí, ya sé, rara—
Abraham se exalta
— ¡Nooo! Por el contrario, diría que eres la chica más linda que he podido conocer, ¿rara? Yo diría que no es común conocer a chicas hermosas como tú. Perdón, es que me exalte un poquito—
Marcela sarcástica
—aww ¡qué boñito amour! Me parece que alguien ya tiene novio
—
Abraham le agarra sus manos y se las acaricia.
—No dejes de sonreír, te hace ver más hermosa—
Yanira por un momento recordó a César. Abraham angustiado le dice
— ¿Qué le sucede? —
Yanira, con la mirada hacia abajo, le dice.
—Es que, no, no es nada—
Abraham
—Well, espero que no te hayas sentido incómoda por mi sinceridad—

César llega donde la policía, y se pone a pensar:
— ¿El qué error cometí? —
—Todas mis pesadillas comenzaron a formarse desde que comencé amarte, Yanira—

Camila
—Me gusta que poco a poco vayas olvidando a Yanira—
César
— ¿De qué tipo de semen naciste? ¿O naciste del excremento del culo de tu mamá? ¿Qué no te das cuenta de la mierda en la que me has metido? —
Camila
—Mira César, no te pongas mal, yo siempre he tratado de que nuestro amor siga vivo. Que tras nuestros problemas, esos problemas no opaquen nuestras estrellas—
César
— ¿De qué pijas me estás hablando? —
Camila haciéndose la razonable.
—Sé que nuestra relación amorosa no ha ido muy bien por unos problemillas, pero, tenemos que superarlos corazón—
César le grita muy fuerte
— ¡COME "M" PERRA! ¡ME TENES HARTISIMO, PERO CON HARTISIMO ME REFIERO A TODA LA GUIYADA QUE EXISTA! —
Los policías lo escuchan y lo voltean a ver y le dicen
— ¡Hey pues! ¡Respétala! —
—Llevémoslo ya a la cárcel, si ya con eso nos demostró mucho, y el maje ni abogado tiene—
César
—Puta, ustedes sólo se ponen a pensar en esa mujer, pero, ¿no piensan en qué lo que ella dice es mentiras? Yo no la maltrato, hasta ahora que me encachimba cómo es—
Camila se ríe con sarcasmo.
—Sí, mínimo eso faltaba, que el perro éste comience a meterme la culpa—
Los policías se quedan callados.
Camila
—Y me deje sola criando a mi hijo que le voy a poner Diego, y el pobre Dieguito sea depresivo por no tener a un padre—
Los policías
—Ahuevo, tiene razón—
—Yo sufrí eso—
—Llevémoslo—
César
— ¡Quiero ver la maldita prueba de embarazo! —
Camila triste les dice a los policías
— ¿Hace falta mostrársela? —
Ellos
— ¡Sí! —
Camila
—Entonces lo haré cuando me vaya para mi casa, ahorita llevénselo a la cárcel, de todas maneras siempre me maltrató—
Ellos
—Entendido—
César preocupado grita
— ¡NOOO! ¡PUTOS! —

Pasaron semanas de tristezas y alegrías... La navidad  fue muy buena para algunos, pero para otros no.

(César narra)

Desde ese entonces, mi vida fue un infierno, en dónde no podía salir para volver a ver a mis amigos, en dónde no tenía esperanza en volver a ver a la persona de mi vida, pasé días lamentándome haberle hecho tanto daño a Yanira, lamentándome haber conocido a Camila. Mi vida se ha convertido en un llanto enfrascado en una botella sin tapón, en dónde poco a poco se va secando, hasta quedarse vacía. Sí, así he pasado en ésta cárcel asquerosa, solo, sin nadie con quién hablar. ¿Retroceder el tiempo? Me pregunté a mí mismo, el tiempo camina sin detenerse, y me traiciona al pensar que iba a tener un buen futuro en mi vida y con la persona a la que más amo. Solamente me toca esperar, ojalá alguien me pueda sacar de aquí lo más antes posible. Aquí me dan de comer como a un perro—