—No seas tan cruel Yanira— baja su mirada y sus ojos los tiene llorosos, arranca el auto y se va para su hogar. Llegando a la casa Raúl lo ve muy preocupado, y hace una cara de enfado.
—¿Por qué no llegabas? ¿Si sabias qué por andar paseando sin licencia de conducir, te pueden poner una gran multa o no?— César saturado se toca su cara —ahorita no quiero hablar con alguien, quiero estar solo. ¿Se puede o no?— Raúl —¿qué te pasa?— César mira hacia abajo con una cara muy seria. Raúl —¿me vas a decir o no?— César —prefiero no decirtelo— vuelve a bajar su mirada y suspira con tristeza. Raúl —es que nunca te había visto así, anda si, decime qué te pasa— a César le comienza a salir unas lágrimas de los ojos y mira al suelo. Raúl alarmado —de verdad, no me gusta verte así, es que te vez raro... Y...— no puede decirle que se preocupa. César —no te preocupes, los errores ya están hechos, y no sirve de nada tratarlos de remediar— lo dice en un tono débil. Raúl —¿es por Yanira— hace una mirada incómoda. César con un nudo en la garganta —sí, ¿sabes? Yo podré haberle destruído su vida, pero el carma regresa de una forma peor, y a mí me tocará vivir el infierno— Raúl medio sonríe —ay care culo, no digas eso, vos sos un culicagado que vive como cualquier bicho— César respira con su boca y mira hacia arriba con unas lágrimas por encima —es la verdad, un bicho como yo no merece vivir— Raúl —déjate de ridiculeces, a ver, no es para tanto un error cometido. Te aseguro que vos podes estar diciendo que te queres morir, que sos un desgraciado, etc, etc, etc... Pero a la hora que llegue tu muerte no la vas a querer en verdad—
César se muerde sus labios con lágrimas, con la cara de angustía y tristeza, con sus labios caídos y sin poder hablar casi —sí, quisiera morirme. Así la vaya a pasar muy pocas veces bien. Yo sé que Yanira fue como un ángel, una persona que siempre se preocupó por mí, que fue y es aunque ella ya no quiera, como una persona a la que le tengo demasiada confíanza, más que a vos Raúl— Raúl —obvio, era tu novia, así como no—Queso llega y dice —¡Bueno mis amores! ¿Qué es está chilladera? Es bien escandalosa.
César se queda viendo hacia abajo, con sus labios apretados. Queso lo ve y hace una cara de sorprendido. —¡ay no! Mira, no es por ser metido o chute va, pero, ¿es verdad qué te enamoraste de Yanira?— César con ojos llorosos lo voltea a ver —sí, me enamoré— Queso —ay no, ¡qué oso! Es que disculpa, no es por ser grosero, pero... Vos si estás loco papito— César —no me siento bien Queso, te agradecería que no me comences a molestar— Queso —ahora ya no soy yo, "el sensible"— César —no empieces— Queso se cruza sus brazos —¡ay! Pero si es la verdad papasito. Vos sabes que a mí, me gusta ser muy sincero. Y la verdad que esa tal Yanira no te da tu personalidad, tu apariencia, tu todo. Es que tan sólo mirala, es totalmente rara, tan pasmada, hablo tanto físicamente como en su forma de pensar. Vos te mereces a alguien mejor, con sentido de normalidad, con malicia. ¿Si me entendes va?— César se molesta —no volvas hablar mal de Yanira— Queso —¡Ay! ¿Y qué pasa si lo hago? Con decirte así, que se mira más raro verte salir con ella, que conmigo— César grita —¡TE DIJE QUE NO VOLVIERAS HABLAR ASÍ DE ELLA!— Queso —¡Uy no pues! O sea, el bichito quiere estar tranquilo. Lo único que hice fue decir la verdad. Tenes que salir a respirar aire, no sé, algo que te haga calmar esas neuronas— Raúl detiene a César porque le iba a pegar a Queso. Raúl —por favor Queso, esto es enserio, el se siente muy mal. Entendelo— César le grita a Queso —¡ESTAS COSAS NO TE DEBEN DE IMPORTAR ESTÚPIDO CHISMOSO!— Queso —¡ay! Pero Raúl, mira como me habla pues— Raúl —Queso, por favor, andate, es recomendable. Es mejor evitar que él te destruya tu carita de Justin Bieber— Queso ofendido —¡Cállate! ¡No me ofendas!— se tapa sus oídos. —ya me voy, pinches putitos— César agarra una botella de cerveza que Raúl tenía en la mesa, y la avienta para que le caiga a Queso, por suerte, Queso la esquivo. Queso —¡Ya me voy cara de culo! Tranquilo, monstruo—César se va corriendo a su cuarto, llega y lo primero que hace es acostarse y llorar.
Camila lo llama, y él no contesta. —rayos, ¿por qué no contesta? ¿Estará con esa su tal novia?— le sigue llamando. —mejor llamaré a Raúl— Raúl está hablando con chicas. Recibe la llamada —mmm ¿y ese milagrito qué me llamas Camila?— Camila — no es por vos, es por César— Raúl retuerce los ojos. —me lo imaginé. ¿Y qué queres saber de él?— Camila —saber como está, qué está haciendo— Raúl aburrido —mira, me imagino que César está como que loquito, llorando en su cuarto por su novia o ex, ya ni sé que son— Camila feliz —¿habrán terminado?— Raúl con cara de pervertido —puede ser... En todo caso, si queres venir a cuidarlo, podes— Camila —¡tan lindo! Por eso y mucho más me agradas— Raúl —vos más princesa, te estaré esperando, digo, para que cuides a César. Pobresillo— Camila —no te preocupes, para mí César es como la mejor persona que he conocido— Raúl —bueno, te cuidas preciosa— Camila —chau— cuelgan. Raúl voltea a ver a las chicas, y ellas les dice —¡ay Raúl! ¿Con quién hablabas?— Raúl —con nadie tranquilas, sólo con ustedes me siento contento—
Camila llega al parque acuático, y ve a Raúl con muchas chicas. En su mente —qué zorro— se acerca a Raúl —Raúl, ¿en dónde está César?— Raúl —no sé... En su cuarto, tal vez— Camila —¿y en dónde queda eso?— Raúl —te acompaño con mucho gusto— las chicas —¡no! Quedate con nosotras— Camila —sólo decime en dónde queda— Raúl le dice y ella va hacia donde él.
Toca la puerta toc, toc. —¡César! ¡Soy yo Camila!— César con la voz muy débil, le grita —ahorita no quiero hablar con alguien, ¿qué no te lo dijo Raúl?—Camila inquieta —¡Por favor César! Yo si quiero, me preocupas demasiado, por favor— César —no creo que te guste hablar con un frío destruído— Camila —¡no me importa! Quiero hablar contigo— Camila sonrojada —que atrevida soné— César se levanta de su cama y le abre a Camila. Camila le da un abrazo —lamento si te sentís así— César —no me tengas lástima, a la que le tendrías que tener lástima es a mi... novia o ex... Ya no sé ni que somos. Destruí mi vida— César le quita el abrazo. Camila —¿por qué decís eso?— César —han pasado muchas cosas feas, entre ella y yo, la he lastimado mucho, son cosas que no me las podré perdonar— Camila —tranquilo, para cualquier cosa conta conmigo, ¿qué cosas le has hecho?— César —algo que es un terror, una pesadilla, que estoy seguro que si lo sabes, estarás de acuerdo que soy un monstruo— Camila —César, no hables así— César —es la verdad— Camila —mira, vamos a pasear, para calmarte— César —no quiero Camila, no lo intentes. No pierdas tu tiempo en mí, ahora sólo quiero pasar mi vida lamentándome— Camila —César, te conviene. Pasar aquí solo en tu cuarto, te hará sufrir más— César —por favor no lo intentes, yo quiero seguir en mi cuarto— Camila —por favor... Por favor.... Por favor.... Te lo suplico, es por tu bien— César triste —está bien, aunque yo sé que no me sentiré mejor, yo lo sé—
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La Pasmada de Yanira
RomanceLa pasmada de Yanira, son escritos sin sentido y que me la pasé de risa, se ve algo la cultura salvadoreña. A la larga no está ni finalizada, porque para qué. En parte realizarla me ayudó a mejorar mis dibujos en digital.