Capítulo 25 "prefiere morirse"

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Camila y César pasan por la calle a caminar y a charlar un rato. César chollando sus pies con sus zapatos y Camila chancleteando le compra un sorbete a César —Camila no sé por qué haces esto. Igual no te esfuerces porque no me logro sentir bien —Camila -para mí es un gusto ayudarte, y seguiré haciéndolo hasta que te sientas bien— César —pff qué ánimos-

Mientras tanto, a Yanira la llaman para que le den su certificado y le preguntan —Yanira, ¿nos puede decir algunas palabras? — Yanira—gracias a todos los maestros— se queda callada. El director extrañado — ¿eso es todo?— Yanira —sí— El director — ¿y las personas a quiénes se los dedica? — Yanira —mi mamá y mi papá, son los únicos que me apoyaron— El director —ok... —Yanira baja seria del escenario y un bicho le hace — ¡buuu! ¡Buuuu!— — ¡Ni sabe dedicar!— otros se ríen. El director -va pues más respeto allá— Yanira se vuelve a sentar. Pero vuelve a levantarse y comienza a gritarle al bicho que le dijo — ¿¡sabe por qué no hice una buena dedicación!? Porque total, si se los hubiera dedicado a ustedes los que tanto me molestan, ahí las cosas estuvieran peor, y preferí hacer así mi dedicación, porque de lo contrario, me hubiera lamentado demasiado hacerles una buena dedicación en agradecimientos, cuando ustedes ni mi dedicación se merecen, por muy irritables que son— los demás se quedaron callados, y el bicho admirado. Yanira se vuelve a sentar. Vuelve a pasar otra alumna con su certificado.

Camila —¿te sentís mejor?— César —nada— ella lo toca de su pelo —César no quiero que sigas así— César desanimado —te agradezco mucho, por todo lo que has intentado, pero yo no me siento bien— Camila —sí, te entiendo. Recibir esa noticia hace poco, es muy feo— César —en todo caso gracias— Camila — ¿y a dónde vamos ahora? — César —a la casa de Yanira— Camila — ¿qué? No te entiendo. ¿Qué no decías qué te sentís mal por ella? — César —sí, pero quiero insistir y asegurarme de que me crea que yo la amo— Camila -mira, decime por qué no te quiere creer. Es que, ¿qué le hiciste? — César triste —al principio, yo la engañé diciéndole que me gusta mucho y todo por tener sexo con ella, pero ahora han cambiado las cosas, ahora la amo— Camila — ¿y ella sabe qué ahora la amas? — César —no me quiere creer y es porque sus amigas y Queso le dijeron que yo sólo para sexo la quiero- Camila — ¿qué? Pero como le va a creer más a ellos— César —igual yo lo acepte, le dije que sí la había engañado, y le dije todavía que la amo- Camila —entonces... Ya le dijiste, ¿para qué se lo vas a volver a decir? — César —porque quiero que le quede claro que la amo— Camila —ujum, pero debe de haber algo más que hace que ella no te crea— César —eso no lo sé, lo que sé es que la amo y que estoy muy destrozado con todo lo que le hice— Camila — ¡hay que distraernos! Vamos a siman a fregar— César —no gracias, aquí estoy bien— Camila agacha sus ojos —aja, entonces vámonos para otro lugar— César — ¡no quiero! Yo quiero ver a Yanira para que así le aclare las cosas— Camila —qué necio sos de verdad— César —qué te importa— Camila — ¡ush! Está bien, como quieras ok—

Yanira se toma fotos con su madre y su tía. —Yanira, no te veo sonreír en la foto. Es cierto que te sientes mal, pero trata de fingir aunque sea una sonrisa— Yanira —no puedo— Marcela — ¡Sí puedes! — Yanira — ¡qué no! — Marcela —bueno, ya se tomaron las fotos y saliste súper seria— Yanira —no me importa—

Pasa la tarde y las celebraciones. Ya es de noche y César con Marcela siguen hablando, César —Yo creo que es mejor que me vaya— Camila — ¡no te vayas! — César —muchas gracias por todo— se va corriendo para la casa de Yanira. Llega y ve que Yanira va llegando le grita — ¡Yanira! — lo ignora. — ¡Yanira por favor! — corre y le detiene la puerta. — ¡no me ignores! — Marcela —quítate de ahí— César — ¡Yanira! Yo estoy dispuesto a cambiar todo lo que quieras, pero no me dejes— Yanira —ya es tarde— Lupe —a ver César ¿qué no entendió? ¡Quítese! — lo empuja y lo bota. Entran rápido a la casa, y César sólo se le queda viendo a Yanira con mucha tristeza. —Yanira no me dejes, tú eres la única en quien confío— comienza a llorar mucho, se levanta y se aleja más de su casa, comienza a rajarse con una gillette una parte de la muñeca, sangra mucho y llega a una calle en donde pasan carros y se pone enfrente para que lo atropellen.

Si no pueden ver la imagen pongan boca abajo su celular o pongan más brillo xD

La Pasmada de Yanira Donde viven las historias. Descúbrelo ahora