Sábado. Todoroki había pasado la noche en el hospital. Tsubasa le había conseguido ropa limpia y prestado un futón para que durmiera en la habitación donde se resguardaba su madre. Agradecía profundamente la bondad de la de piel morena, a pesar de que inicialmente no le agradaba del todo por su muy extrovertida personalidad... ella había sido clave para dar inicio a varias conversaciones con su progenitora y hacer de esos silencios incomodos entre los dos cuando la conversación parecía morir en un estallido de risas gracias a sus ocurrencias y comentarios. Ahora, ambos podían charlar por horas sin la intervención de la morena.
Rei continuaba dormida, llevaba así desde la noche anterior. Tsubasa le había indicado que esto se debía por un nuevo y menos pesado horario de medicinas. Él había despertado exactamente a las cincos (debido a la costumbre que había dejado sembrada Yuuei en sus alumnos), por lo que doblo su futón y espero pacientemente a su madre sentado en la silla aún lado de la camilla. Calculaba que ahora eran más de las siete.
-¡Buenos días! -Tsubasa entró a la habitación con una enorme sonrisa, muy animada desde la mañana, llevando el desayuno de ambos sobre un pequeño carrito de metal.
-Buenos días. -Respondió Shouto con su tono sereno de siempre con las comisuras de los labios ligeramente elevadas. Su pequeña expresión de paz y calma fue efímera, su rostro cambio mostrando una mueca entre frustrada y curiosa; como si tratara de buscar las palabras correctas para lo que iba a decir a continuación.
-Haru-chan esta bien. -Le sonrió la morena leyendo con facilidad la cara del más joven. Todoroki la miro desconcertado. -Haru, ese es el nombre de la muchacha con la que llegaste ayer.
Disimulo su alivio. ¿Tan claro estaba lo que iba a preguntar?
-¿Cómo es que sabes su nombre? -Se atrevió a cuestionar al cabo de un segundos.
-Bueno -Comenzó diciendo, mientras dejaba los alimento en la mesita de noche junto a una caja de pastillas, con una media sonrisa nostálgica y triste. -, digamos que su historial médico es muy ajetreado. No es la primera vez que viene al hospital en una situación similar a la de ayer, aunque sin duda esta fue la más grave. -Se giro hacia él con los ojos cristalizados por una extraña melancolía que Shouto no supo interpretar. -Su salud es muy frágil, pero pese a esto no deja de arriesgarse y salvar a alguien. Puedo preguntarte, ¿Qué sucedió esta vez?
Le narro con detalle lo sucedido, algo nervioso al ver como Tsubasa fruncía los labios y contenía el aire cada que hablaba. Cuando concluyó, ella se mostró afligida, conmovida y hasta aliviada.
-Vaya.. esta niña, debería ser más prudente.
-No es como si realmente fuera de mi incumbencia pero -Soltó el de la cicatriz tras unos segundos de reflexivo silencio, con un tono tanto curioso como vacilante. -, ¿Cómo es que sabes tanto de ella?
Tsubasa le dedico otra sonrisa llena de esa extraña tristeza que no hacía más que incrementar su deseo de indagar más y descubrir más de esa persona, luego centro su mirada a la única ventana de habitación. Él la siguió con los ojos, encontrandose con el viejo y frondoso roble que modelaba sus ahora ramas carente de hojas a través del cristal del segundo piso.
-Para ella, soy lo más cercano a una madre. -Comunicó con una contagiosa aflicción, como si el solo pronunciar aquellas palabras revieran algo muy profundo y dolorosa en su memoria. Se arrepintió de preguntar. -Sus padre murieron en un accidente donde milagrosamente ella sobrevivió. -Una sonrisa llena de nostalgia se dibujo en su rostro, genuinamente alegre por recordar que al menos una de las tres vidas lucho hasta el final por sobrevivir. -Fui la encargada de su habitación por unos meses hasta que tanto física como psicológicamente fue capaz de sanar. Si no mal recuerdo, vive actualmente con su tío. Y suele venir a visitarme muy frecuentemente. Esa niña... creí que nunca se recuperaría, pero verla sonreír como siempre lo hace me hace dar cuenta que es mucha más fuerte de lo que creía. -Suspiro, con orgullo. Luego, rió tontamente. -Lo siento, lo siento. Creo que hable más de la cuenta.
-Ya veo. -Logró articular pasando un rato, con una nueva sensación besándole el pecho además del extraño hormigueo debajo del estomago.-Shouto-kun, -Él nombrado la miro, confrontando la infantil mueca curiosa en el rostro de Tsubasa. -¿Por qué muestras tanto interés en ella?
Todoroki no respondió, solo se mostró pensativo. Lo primero que llego a su mente fueron sus ojos. Esos orbes de apacible pigmentación pero de un fiero y valiente brillo que llamaron tanto su atención... y ahora esto. Para ser sincero, ni el entendía del todo el porque, tenía la vaga idea de que quizás sería algún tipo de admiración por su rápida forma de sobrellevar el problema.
-¿Interrumpo algo? -Rei había despertado, pronunciando con sueño y suavidad esas palabras. Ambos miraron a la albina, saliendo del extraño ambiente que se había creado solo por hablar de Haru.
-Madre...
-Oh, Rei-chan. Buenos días, tu desayuno está sobre la mesita. También hay para Shouto-kun. -Tsubasa camino hacia la puerta. -No olvide beber sus medicinas y... Shouto-kun, si te interesa, ella esta en la habitación 412. -Mencionó esto último con un tono juguetón y un extraño baile cejas, desapareciendo detrás de la puerta.
-¿Desayuno, habitación...? ¿Cómo es que estas aquí tan temprano? ¿Me perdí de algo?
Él río levemente ante la desorientación marcada en el adorable rostro de Rei.
-No, nada importante.
Ella sonrió.
-Bueno, cuéntame. ¿Cómo van las cosas en Yuuei ahora que vives ahí?
Y así comenzó una extensa y cómoda conversación. Ambos disfrutaban de esto, podían recuperar el tiempo perdido y crear ese fraternal ambiente que estuvo ausente durante mucho tiempo en su vida. Hubieron risas sinceras, cálidos abrazos y un beso en la frente como despedida. Había perdido la noción del tiempo, lo más probable es que se metiera en problemas con Aizawa-sensei por llegar después del almuerzo y no haber regresado la noche anterior.
Se despidió de su madre, y prometió volver mañana por la tarde si es que no se le presentaba ningún acontecimiento. Al salir de la habitación y quedar sumido en el silencio del pasillo con el olor a medicina, café, bacterias y a un ligero ambiental que trataba de ocultar las esencias anteriormente nombradas su mente le recordó aquel encuentro con los ojos violeta de Haru como por milésima vez, y no sólo eso, también las palabras de Tsubasa y el número de la habitación.
La 412 estaba situada en el mismo pasillo que la de su madre. Ladeo la cabeza hacía la izquierda para tener un campo de visión más extenso al fondo del pasillo. Justo ahí, una puerta de madera blanca con una placa escrita "412". y a su costado dos pasillos más.
Giro hacia la derecha y camino hasta el elevador. No había razón alguna como para ir allí. Él no tenia nada que ver con ella, y viceversa. Ni siquiera se conocían, o ella sabía de su existencia. Ademas no podía perder más tiempo.
Pero aún sabiendo esto, ¿Por qué?
¿Por qué tenía tanta curiosidad?, ¿Por qué estaba tan interesado?, ¿Por qué quería conocer más acerca de la chica que se arriesga por otros, sabiendo que su vida es como una copa de cristal?
Se detuvo justo antes de presionar el botón del elevador.
Maldijo por lo bajo y giro con brusquedad. Camino, aceleró el paso y luego corrió. Ya había llegado. ¿Y ahora qué? Se aclaró la garganta y tocó. Nadie respondió. Estiró la mano hasta la manija y la sujeto, por un momento dudo. Pero se lleno de valor y la abrió. El aura cambio completamente. La combinación de olores desapareció por completo dejando por descubierto la fragancia a aire puro.
Ella estaba ahí. Tendida sobre la camilla, vestida con una de las batas del hospital y conectada a máquinas que mostraban el estado de sus signos vitales. Tenia la frente vendada, parte de esas mismas vendas ocultaban uno de sus ojos. Los cuales estaban cerrados. Su respiración era tranquila y, pese a eso, era lo único que se podía escuchar a través de la mascarilla de oxígeno en la silenciosa habitación. Camino hasta el borde de la cama y la contemplo. Ahora notaba muchos más detalles en ella. Lo que le sorprendió, es que su cuerpo estaba lleno de pequeñas y coloridas flores. ¿Qué clase de quirk era ese...?
Lo único claro en ese momento era que no podía dejar de mirarla. Algo en su interior le decía que debía irse, que no era de su incumbencia estar ahí. Pero otra parte quería que ella despertase y pudiera conocerla. Tragó duro, sin saber a cual de las dos voces en su cabeza escuchar.
Todo era tan extraño.
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Lovely girl | Finalizado [✔]
Fanfiction✿Libro I de mi serie de libros de Boku no hero academia✿ [Todoroki x Oc] ⚠Este contenido puede tener spoilers del manga Boku no hero academia, leer bajo su gestión ⚠ Aviso: Ni el anime, ni los personajes me pertenecen son propiedad del creador Kohe...