Lovely girl | Finalizado [✔]

III

El sudor que resbalaba con lentitud por su cuello y espalda. Estaba frío, al igual que sus puños y pies desnudos. Pero eso no iba a detenerlo. Todoroki golpeaba con fuerza y firmeza el saco de boxeo, mientras Kirishima lo observaba sin dejar de bostezar.

-Viejo, -Susurro con un tono adormecido. - entiendo que quieras mejorar y todo pero... te recuerdo que son las cuatro de la madrugada.

-En realidad faltan menos de dos minutos para que sean las cinco. -Corrigió, sin dejar de realizar su tarea.

Kirishima suspiro y miró a su amigo golpear nuevamente sin compasión el saco. No se veía tan concentrado como de costumbre; al contrario, su mente parecía volar por la nebulosa y pese a eso sus golpes aún parecían letales.

Una sonrisa gatuna se formó en sus labios.

-¿No será acaso...? -Dio varías vueltas alrededor de Todoroki. Tratando de leer su expresión sin siquiera disimular su descarada acción.

-¿Pasa algo? -Detuvo sus golpes y se concentró en el pelirrojo. Cuando esté dio por concluida su acción, le mostró una enorme sonrisa presentando le cada uno de sus afilados dientes. El de la cicatriz estaba desconcertado.

-Es por una chica, -Dedujo, con un tono entre curioso y juguetón. -¿cierto?

-¿Eh? -Se giro completamente hacia él, Kirishima lo miro con una expresión sería al examinar su rostro ante su conclusión, luego volvió a dedicarle la misma sonrisa.

-Vaya, vaya. -Suspiro con aires de madre orgullosa. -Al parecer ya eres todo un hombre, Todoroki-kun. -Añadió el honorífico "kun" de una forma jocosa que fue muy fácil de identificar. El de heterocromía ignoro su intento de hacerlo lucir como un niño y preguntó:

-¿Es tan obvio? -Pese a volver a mostrar una expresión neutra, su tono y leve rosa pálido en los pómulos delataba su inquietud. Sabía desde ese punto que no iba servir de nada ocultarlo, y peor a alguien tan insistente y perspicaz como lo era el pelirrojo. Él se encogió de hombros, sin borrar esa expresión de orgullo y ternura por pillar a su amigo con la guardia baja. Nada típico de Todoroki.

-Bueno, -Confesó abiertamente. - si hubiera conocido a una chica que realmente llamó mi atención lo más probable es que trataría de no pensar mucho en ella distrayéndome un poco, como tú lo estas haciendo. -Reflexionó un poco, con un dedo bajo el mentón. -Aunque terminaría rindiéndome e iría hablar con ella directamente. -Concluyó orgulloso con los ojos brillantes. Todoroki asintió muy concentrado y atento, tomando nota mental de cada palabra del de cabello puntiagudo. 

-Ya veo...

Kirishima soltó una carcajada se le hacía muy cómico ver como su amigo se tomaba tan enserio lo que decía... nada parecido a como lo había visto jamás. Se limpio una lagrima debido a la risa para apresurarse a lanzar una interrogante que surcó en su mente desde que lo dejo entrar en su habitación.

-Y dime, -Su tono cambio a el de un niño pequeño emocionado al recibir un nuevo juguete con los ojos brillantes, sacudiendo los puños de arriba a abajo. -¿Cómo es ella?, ¿Cuál es su nombre? ¿Dónde la conociste?, ¿Qué edad tiene?, ¿Es bonita? ¿Ella sabe s--

-Lo siento Kirishima -Le sonrió divertido dejándolo con las palabras en la boca. -, si te contará tendría que matarte.

-¡¿Eh?! -Este hizo una mueca, sin esperarse para nada esa respuesta. Luego, sus labios formaron un adorable puchero. -¡No es justo! -Protesto con aniñades. 

-¡MÁS VALE QUÉ SE CALLEN O IRÉ ALLÁ A PATEARLES EL TRASERO, PAR DE IDIOTAS!

Un fuerte golpe directo a la pared, proveniente de la habitación junto a la de Kirishima los azotó con la realidad e hizo que ambos perdieran el equilibrio y abandonaran el tema de la vida amorosa de Shouto. Eran las cinco de la mañana y fin de semana por lo que nadie podía culpar a Bakugou por su actitud, aunque siempre había otra forma. Kirishima rió, rascando su nuca algo nervioso. Ese día en particular había molestado con mucha intensidad al explosivo con algo, o más bien alguien, en particular. Sabía de sobra que ese alarido de fastidio tenía más de un sentido.

-Había olvidado quien vive junto a mi. -Todoroki lo miro con una sonrisa entre compasiva y jovial por tener a alguien tan Bakugou prácticamente a un lado. Se incorporo de repente volviendo al semblante tranquilo que lo caracterizaba, Kirishima lo miro curioso.

-Bueno, creo que iré a prepararme el desayuno. -Tomo la única toalla que había traído con él específicamente para esa circunstancia  para luego secar las gruesas gotas de que descendían con suavidad por su frente y cuello. El cabello se le pego un poco a la piel, por lo que lo peino hacía atrás con una mano. El liquido mantuvo su cabello en esa posición. Tras eso, camino hacia la puerta y una vez abierta miro de reojo a su compañero que permanecía expectante de piernas cruzadas sobre la cama. Soltó una risita al ver su expresión. -Gracias Kirishima.

Y sin darle tiempo de reaccionar, cerro la puerta al estar situado al otro lado de esta. Él pelirrojo ahora estaba solo. Llevo su mano tras su nuca y la rasco, por segunda vez. 

-Ese chico... -Musito con un suspiro. - tan misterioso como siempre. -Luego sonrió tontamente. -¡Me pregunto si esa chica moldeara a nuestro querido Todoroki~!

-¡KIRISHIMA, BASTARDO! -Otro golpe hizo temblar cual gelatina su pared. Se sobresalto tanto que en consecuencia de esto sus brazos flaquearon y la cómoda posición con la que estaba sentado fue reemplazada por un impacto seco, de cara al piso. Aún con el rostro clavado en el suelo dejo salir una rasposa risa maliciosa, casi se sentía masoquista al pesar que no se arrepentía de nada de lo que había hecho esa tarde relacionado con el trato entre el de filosos ojos rubí y la de adorables mejillas rosadas. Sabía perfectamente que...

Bakugou iba a matarlo.