IV

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Todoroki hacia todo lo posible por llevar la cucharada de cereal y leche a su boca. Enserio, trataba de centrarse en ella pero por alguna mágica razón terminaba "decorando" su prenda. Inconscientemente lleno nuevamente su plato de cereal ya por... quien sabe que vez... la verdad es que había perdido la cuenta.

Suspiro estresado al volver hacerlo sin prestar atención. Enserio, sentía que estaba perdiendo la cabeza. Primero su muy obvio comportamiento distraído y ahora esto... hasta Kirishima lo  había notado. No es que dudaba de sus capacidades o mucho menos... solo que aveces él pelirrojo era muy... él. Volvió a suspirar. ¿Cuantas veces llevaba ya haciéndolo de lo poco que llevaba ya de día? Se sentía un completo idiota ahora mismo.

-Si continuas así lo más probables es que nos quedemos sin leche y cereal. O peor, sin oxigeno.

Una dulce y burlona voz lo obligó a abandonar el mundo de sus pensamientos y a experimentar un terrible bochorno causado por la idea de que alguien más lo había visto haciendo el ridículo tan temprano en la mañana. Ladeo la cabeza para encontrarse a la muy sonriente Uraraka Ochako. 

-Buenos días Uraraka. -Hablo tratando de ser lo más natural posible, ignorando el rubor que pintaba de vergüenza sus mejillas. Uraraka contuvo una risita, el rostro de Todoroki era todo un poema, pero él no parecía percatarse de que mostraba estar nervioso y apenado. Era terriblemente adorable... pero no más que cierto bobo de mirada asesina y bulliciosos alaridos.-¿Qué te trae tan temprano a la cocina?

-Bueno, oí extraños cuchicheos desde mi habitación así que decidí venir a investigar. -Respondió ella con un dedo sobre su mentón sin borrar aquella alegre sonrisa. Al ver que su comentario sólo logro encender más el rostro de su contrario, sintiéndose entre muy extasiada y arrepentida. -¡S-solo bromeo Todoroki-kun!

Concluyo al cabo de unos segundos, al ambos ser testigos de un muy incomodo silencio. Los mofletes  de Ochako se terminaron pintando tambien de un dulce carmín. Shouto fue el primero en tratar de dar inicio a una nueva conversación, siendo víctima de una extraña timidez. 

-L-lo siento... -Le dijo con toda la cortesía que su voz podía ser. Ella sacudió rápidamente las manos frente a él.

-¡L-la única que se debe disculpar soy yo! -Expresó, avergonzada de su intento de broma. -Y la verdad es que me he acostumbrado a perder el sueño a estas horas. -Agregó mirando hacía otra dirección, confesando el que parecía ser el motivo por el cuál había madrugado. Yuei y su semilla... No noto cuando pero ella estaba sentada aún lado suyo.

-¿Y a ti...? -Él la miro sin entender, ella solo rió. -¿Qué te trae por aquí a estas horas? Ni se te ocurra decirme que es por la misma razón porque tu camisa sudada y cereal te delatan. -Señalo sus prendas, él volvió a sentirse un completo tonto. La voz de Uraraka acogió un tono tímido y dulzón. -Ese es el cereal favorito de Bakugou-kun, y no creo que lo pongo feliz el enterarse de que alguien se lo terminó antes que él... y de una forma muy rara. -Solto unas extrañas carcajadas incomodas, notó que le ruborizaba el hablar de Katsuki... aunque no dijo nada...

Más le importaba el hecho de que ahora estaba más que confirmado. Si que parecía un idiota total. Con el poco orgullo que le quedaba, levanto el plato y bebió directamente de el dejando a un lado la cuchara. La castaña lo analizó sin decir nada, aunque su tonta sonrisa en si era suficiente.

-Fue un gusto intercambiar palabras contigo, -Dijo al tiempo que terminaba de lavar sus traste. -pero debo irme.

Camino hacia la puerta dispuesto a cumplir su cometido, la voz de su compañera lo detuvo.

-Todoroki-kun.

La miro por encima del hombro, su expresión era serie mientras jugueteaba con una cuchara entre sus dedos.

-Hay veces en las que nuestros sentimientos parecen estar en nuestra contra o carecen de lógica -Su sonrisa reapareció junto a ese rosado tan particular en su cara, lo miro directamente. -, pero esto suele suceder cuando estamos a punto de experimentar sucesos inolvidables y probablemente fantásticos.

Por alguna razón sus palabras se le hicieron familiares, aunque no las entendía del todo. Tras unos segundos asintió no sin antes pronunciarle un muy educado Gracias acompañado de una reverencia, a lo que ella respondió con un gesto nervioso por su muy formal hablar. Luego, continuo su camino.

Al llegar a su habitación entro sin esperar demasiado. No quería que nadie más lo viera en su estado actual y una vez dentro reviso en su maletín. Ahora que lo pensaba, había pasado el fin de semana sin siquiera pensar en sus obligaciones como estudiante. Aunque no es como si tuviera demasiadas tareas, y aunque no fuera así el caso... las hubiera terminado en muy poco.

Se tomó su tiempo en hacerlas. Trataba de engañarse a sí mismo pensando que era para que  la espera hasta la hora idónea donde haría cumplir su promesa volviendo al hospital llegará, aunque ni siquiera se molesto en revisar la hora... La pura verdad es que estaba distraído; poseído por un extraño sentimiento que no le permitía actuar con naturalidad, por lo que el ahogarse entre libros era una vaga excusa para no tener que pensar mucho en eso. Ya que nada de lo que estaba sintiendo tenía el más mínimo sentido.

«Hay veces en las que nuestros sentimientos parecen estar en nuestra contra o carecen de lógica.»

La imagen de Haru ataco su mente. Negó varias veces ante esa idea. ¡Era una estupidez! ¡¿Cómo algo así podía crecer si apenas había pasado con ella menos de 20 minutos?! (Si sumamos todo el tiempo que la ha visto desde que la conoció).

«Pero esto suele suceder cuando estamos a punto de experimentar sucesos inolvidables y probablemente fantásticos.»

Repentinamente sintió como el calor se apoderaba de su cara y la sangre comenzaba a subirle a la cabeza. ¿Se sentía avergonzado? ¿Y qué con la urgente necesidad de ocultar su rostro tras sus brazos? Se estiró por sobre el escritorio alcanzando un pequeño espejo. Al mirar su reflejo, sintió que el aire le faltaba en los pulmones. Gran parte de su rostro estaba sonrojado. No lo quería admitir, ¡No lo iba admitir!

Pero ahora ya estaba claro.

Él... él se había enamorado ciegamente de alguien



Lovely girl | Finalizado [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora