Lovely girl | Finalizado [✔]

VIII

Al mirar su reflejo en el espejo, los únicos sentimientos que pudo sentir fueron vergüenza, bochorno, pena y todos los que tenían que ver con que era un tonto. El haberle confesado a Aisawa-sensei sobre su condición sentimental había sido algo que nunca creyó que haría, es decir; fue incapaz de comentárselo a su madre y sin embargo lo hizo con su maestro.

Además de eso, se sentía como un idiota. Tres días habían pasado desde que entablar una conversación con Haru, y las palabras y ambiente de esta habían sido perfectos, bueno casi perfectas. Y estaba seguro de que si no fuera porque se congeló al ver Tsubasa y no le quedo más opción que huir a causa de la vergüenza de ser "descubierto con las manos en la masa", no se sentiría tan mal. Lo más probable es que Haru se sintiera enojada o resentida por la cobarde decisión que había tomado y no iba a culparla, después de todo era cierto.

Abrió el grifo del lava manos tras un par de minutos de lanzarle miles de insultos mentales a su reflejo . Lavo sus manos y mojo su rostro buscando deshacer todos esos pensamientos que no hacían más que enviarlo a la luna. Tenía suerte de que el recreo estaba por concluir y el baño de hombres quedaba desierto en ese momento del día. No soportaría la idea de ser visto fulminándose frente al espejo por casi diez minutos luego de haber sido regañado (e incluso exiliado) de algunas clases a lo largo del día. 

El timbre hizo su aparición al transcurrir de unos minutos. Escucho murmullos y pasos provenientes del pasillo. Suspiro, debía darse prisa si quería por lo menos intentar no hacerse quedar aún más mal de lo que ya había hecho sin ni siquiera darse cuenta. 

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Todoroki mordió su labio ansioso. Nada más oír la tan esperada melodía que anunciaba el final del día por los altavoces se apresuro en guardar todas sus pertenencias ignorando el orden en las que solía meterlas o las miradas de confusión que se estaba ganando del resto de la clase. Lo había decidió. Necesitaba disculparse con Haru, y a la vez mejorar su relación para transformar su "capricho" en algo verdadero. Y corrió fuera del salón, por las escaleras, esquivando a los demás estudiantes y profesores hasta que finalmente salió de la institución.  Hubiera usado el hielo de su quirk para aumentar su velocidad como la ultima vez, pero lo mejor sería no arriesgarse si quería continuar viendo a Haru o a su madre.

Cuando llegó a la entrada del hospital tuvo que tomarse unos segundos para recuperar el aliento. Fue una muy mala idea haber corrido todo el día, después de todo no es como si de un momento a otro Haru iba a desaparecer mágicamente de su habitación, ¿no? 

Su sudor se tornó frío al analizar un poco más este último pensamiento. Inhalo y exhalo con fuerza buscando calmar su respiración y secar sudación fría. El sol aún se mostraba brillante e imponente en el cielo,  pero las corrientes de aire acorde a la temporada eran muy frías. O quizás ese era frío ocasionado por el temor a ser odiado o ignorado por la dulce y tierna Haru. Sacudió el rostro, ¡Deja el drama y entra de una vez idiota!

Al hacerlo no se encontró con Tsubasa en la resección, cosa que lo alivió. No quería tener dar explicaciones de lo que había pasado la ultima vez que estuvo ahí. Además, primeramente iba a pasar a saludar a su madre y luego se concentraría en pasar algo de tiempo de calidad con la de ojos violetas, siempre y cuando esta decida aceptar verlo, por supuesto. Luego de anotarse con la enferma de la resección fue a los elevadores hasta llegar frente a la puerta que daba a la habitación de su madre. Le dio una mirada rápida a 412, luego toco varías veces. No hubo respuesta. Susurro un muy suave Con permiso... entrando a la pequeña pero espaciosa habitación con la esperanza que su madre estuviera dormida. Pero no fue así, el interior estaba vacío.