- ¡Buenos días Nash!- Dijo en alto. Nash nos miró y forzó una sonrisa para después seguir andando, yo no sabía dónde mirar. Le di un golpe en el hombro a Alex y ella me miró sonriendo, me agarró de la mano y comenzó a tirar de mí hasta llegar cerca de Nash, entonces me soltó.- ¿Te han contado algo más del caso?
- No...- Se quedó en silencio, pulsó el botón del ascensor y cambió de ánimo rápidamente.- ¿Alex descubriste algo más en el cadáver?
- No, nada interesante para el caso.- Las puertas del ascensor se abrieron y entramos los tres. Alex y Nash hablaron hasta llegar arriba, yo mientras estaba más alejada revisando mis redes sociales.- Adiós Alex.- Se despidió Nash.
- Adiós Nash. Adiós _____.- Movió los labios sin emitir sonido, dijo: Suerte. Nash había cogido su móvil y no miraba. Subimos en un incomodísimo silencio, el más incómodo de mi vida. Sólo se oían nuestras respiraciones, el sonido de nuestros dedos sobre las pantallas de los móviles y la canción que sonaba en el ascensor. Llegamos a nuestra planta y salí notando como Nash me observaba detenidamente cada gesto y movimiento. Esa estrategia de observación nos la enseñaron los últimos días de prueba para poder acceder al organismo, consiste en observar detalladamente a la persona elegida y según sus patrones de comportamiento, que tuvimos que aprendernos, (sus respiraciones, gestos, movimientos, mirada...) podíamos deducir su estado de ánimo. (Tristeza, furia, ira, felicidad, nerviosismo, neutro...) Me relajé y cambié mi aptitud para que no notara el torbellino de emociones que sentía. Estaba enfadada con él porque no entendía por qué le gustaba verme celosa, triste porque me he dado cuenta de que me gusta de verdad y confusa porque gracias a mi estúpido orgullo no le dejé explicarse, aunque no creo que me fuera a dejar sin palabras con su alucinante argumento. Llegué a mi mesa y empecé a escribir e informe de lo sucedido anoche en el club de playa, y se lo envié al jefe.
- _____, ¿sabes que tienes que interrogar a la mujer de anoche?
- No lo sabía.- Le respondí a Jace levantándome.
- ¿Y no te llegó el correo?- Miré mi buzón de correos y no había nada.
- No.- Reí.- Ya voy, ¿en qué sala está?
- En la sala de interrogatorios número 3.- Asentí, apagué el ordenador y fui al cuarto de baño. Me arreglé la ropa frente al espejo y me volví a hacer la cola de caballo. Cuando entré a la sala la mujer estaba sentada en una silla de metal gris, una única luz en el techo iluminaba la pequeña sala y en la pared delante de ella un espejo, el típico espejo que se ve en series y películas. Detrás observándonos no sé quién estará. Me senté frente a ella.
- Mírame.- Le exigí. En los interrogatorios no era la misma, me volvía seria y dura, hoy gracias a Nash y a mi estúpido orgullo me enfadaré más rápido.
- Eres una niñata asquerosa, no voy a mirarte, y mucho menos hablarte.- ¿Cómo me puede hablar así? No va a ser su mejor día.
- Y yo no tengo por qué perder el tiempo diciendo que me mires.- Di un golpe en la mesa con la palma de mi mano y a la vez me levanté dejando mi peso apoyado sobre la mesa. Denise se sobresaltó y me miró.- ¿Dónde estabas la noche del ocho de julio?
- Estaba en una fiesta.
- ¿Dónde era esa supuesta fiesta?
- En una mansión, no puede ser menos. No iría a otro lugar.
- ¿A un club de playa no irías?- Se quedó callada.- La chica que estaba con el chico que "emborrachaste" era yo. No me vuelvas a mentir. No estabas en una fiesta glamurosa, estabas en casa de Charles Williams. ¿Tú lo mataste?
- ¡No! Nunca me ensuciaría las manos de sangre.- Dijo poniendo una cara de desagrado. Una fina capa de sudor cubría su frente. Me reí y ella me miró con una expresión de confusión en su rostro.
- Si no fuiste tú... ¿fue tu marido?
- ¡No por dios! ¿Cómo puedes insinuar eso?
- No lo insinúo lo...
// - Agente Scott el marido lo ha confesado todo, buen trabajo.//- Me interrumpió el subjefe por el altavoz. Los hombres suelen aguantar menos la presión de los interrogatorios.
- Te faltaba poco.- Le solté a Denise apuntándola con el dedo mientras que me dirigía a la puerta.
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[FBI] || Nash Grier y tú
Fanfiction_____ Scott de 19 años. Pelo castaño claro, ojos marrones miel y buen cuerpo. Nada del otro mundo. Es agente del FBI en Califonia gracias a un proyecto de éste. Un día normal llega a la comisaría y le dicen que tiene un nuevo compañero para el caso...