_____ Scott de 19 años. Pelo castaño claro, ojos marrones miel y buen cuerpo. Nada del otro mundo. Es agente del FBI en Califonia gracias a un proyecto de éste.
Un día normal llega a la comisaría y le dicen que tiene un nuevo compañero para el caso...
A la mañana siguiente me desperté porque algo acariciaba mi cara y no era Malibú.
- Buenos días, preciosa.- Su sonrisa con la luz de la mañana era perfecta. Sonreí y le di un corto beso. Estuvimos unos minutos mirándonos a los ojos, era perfecto... Me dio un beso en la frente.
- Nash, ahora sí me tengo que ir.- Le sonreí, la verdad yo no quería irme. Me observaba cada centímetro con una expresión tan tierna que hacía que quisiera besarle y no parar nunca.- No me mires así...- Solté una pequeña risa.
- ¿Cómo te estoy mirando?
- Como si no pudiera salir de la cama.- Sonrió. Me levanté y abrí tranquilamente su armario.- Ésta camisa me gusta.- Era una roja, con dos botones, de mangas cortas y larga.
- Póntela si quieres, te va a quedar bien, a mí me está larga así que a ti...- Rió.- Estarás sexy.- Cogí del suelo mi sujetador y mis bragas y me lo puse. Me puse la camisa y me desabroché los botones, me quedaba grande, pero estaba bien.- ¿Qué número de pie tienes?- Se levantó desnudo y se acercó a mí.
- Un treinta y nueve.- Le respondí confusa.- Tú tienes el pie mucho más grande que yo no me van a servir.- Reí.
- Pero los de mi madre sí.- Salió de la habitación corriendo y trajo unas Vans negras casi nuevas.- Se las regalé por navidad y no se las ha puesto todavía.- Reí.
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- Si te vistes me sentiría más cómoda.- Sonrió un poco rojo y se colocó sus bóxers. Él bajó y yo me quité todas las horquillas y me desenredé el cabello con un cepillo de Nash. Me hice una coleta rápida y bajé. Vi a Nash preparando el desayuno y me acerqué a él sin que me viera abrazándolo por detrás.- Que bien huele chef.- Se giró con una sonrisa y me besó. Desayunamos y se empeñó en llevarme a mi casa en coche aunque quedara cerca.
- ¿Cuándo le vas a decir a tus padres lo nuestro?
- Pronto.- Sonreí y le besé la nariz.
- Hey, yo no quiero el beso ahí.- Reí y le besé en los labios. Sonrió y me despedí.
Había pasado unos meses desde lo de la noche con Nash, ya estábamos cerca de Navidad y sí, me tomé la pastilla y no pasó nada. Llevaba todo este tiempo pensando en lo que me preguntó Nash ese día de cuándo se lo diría a mis padres y después de auto convencerme me decidí en que hoy se lo diría. Llegué a la cocina por la mañana, todos estaban allí, respiré profundo y me senté en la silla del comedor.
- Buenos días.- Saludé.
- Buenos días.- Me respondieron al unísono.
- Tengo que deciros algo...- Mi teléfono comenzó a sonar y tuve que cogerlo.- Esperar un momento.
- ¿Hola?
- ¿Estoy hablando con _____ Scott?
- Sí.
- Soy la secretaria del jefe del FBI, quiere que vuelva lo más rápido posible. Si puede ser dentro de dos días.
- ¿Dos días?
- Sí, el billete de avión y el taxi están pagados.
- Sí acudiré, pero... ¿El agente Grier también estará de vuelta?
- Sí, no quiere castigaros más a los dos. Demostrasteis gran cordialidad al otro al hacer esos actos.
- Muchas gracias.
- El vuelo sale el domingo a las once de la noche y el taxi os traerá directamente a la comisaría. El jefe quiere hablar con vosotros.
- Perfecto, gracias.- Colgué.
- Vuelvo a trabajar en el FBI.- Dije volviendo con una sonrisa de oreja a oreja. Lo extrañaba.
- Me alegro hija.- Me abrazó mi madre.
- Felicidades.- Dijo mi padre.
- ¿Te aburrías ya aquí no pequeña?- Se rió mi hermano.
- ¿Eso era lo que tenías que contarnos?- Preguntó mi madre. Los nervios se apoderaron de mí.
- No. Lo que tenía que deciros es que... ¿Sabéis quiénes son la familia Grier no? La familia de la niña que cuido.- Aclaré y todos asintieron. Nick ya sabía por dónde iba.- ¿Y sabéis quién es Nash? El hermano mediano de los tres sin contar a Skylynn.- Mi padre cambió la cara.- Pues...
- ¡Hay _____, qué bien que tengas novio hija!- Mi madre súper emocionada me abrazó.- Es un buen muchacho, y por lo menos tiene tu edad.- Me guiñó el ojo disimuladamente.
- ¿Es buen chico?
- Frank, pero si es el que entró con ella en el proyecto del FBI.- Se le relajó la expresión formado una sonrisa.
- Me alegro por ti ____.
- Sabes que como te haga algo me lo cargo.- Añadió mi hermano, a lo que yo reí nerviosa. Menos mal que no supo nada de lo que pasó meses atrás.
- ¿Me das el número de la madre para hacer hoy una cena?
Mi madre planeó todo con Elisabeth. Vendrían, Will, Hayes, Sky, Elisabeth y por supuesto Nash. Él ya hacía tiempo que se lo había contado a su familia así que no era novedad para ellos. Dentro de una hora vendrían así que me duché. Elegí un top negro, unos vaqueros sin romper claros, un chaleco negro y unos tacones cerrados en forma de bota también negros. Mis piercings los cambié a plateados y me puse dos anillos del mismo color, junto a un collar grande también plateado. Mis labios los pinté de morado permanente y mis ojos los sombreé con sombras cafés, un poco de iluminador debajo de la ceja y delineado de gato. El peinado fue una trenza de cascada rodeando mi cabeza y listo. Esto es broma... El período que tanto me gusta llegó. Por lo menos me dio tiempo a ponerme un tampón antes de que me manchara los pantalones, pero me tuve que cambiar la parte de debajo de mi ropa interior... Bajé a ayudar a mi madre a preparar las cosas.
- Mamá, ¿en qué te puedo ayudar?
- Prepara la mesa del jardín con tu hermano.
- ¡Nick!- Grité y bajó las escaleras ya preparado.
- ¿¡Qué querida hermanita!?- Dijo con sarcasmo.
- Ayúdame a sacar la mesa grande para ponerla en el jardín.-Entre los dos lo pusimos debajo de un pequeño techo del jardín, colocamos lassillas y todo lo demás.