Cap. 13

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- Lo has hecho muy bien _____.- Me felicitó Jace acercándose a mí.

- Gracias.- Le sonreí.- ¿Quién ha interrogado al marido? Voy a ir a felicitarle.

- Ha sido Nash.

- Pues ya no voy a ir a felicitarle.- Reímos.

- Agente Scott buen trabajo de nuevo. Vamos a ir a arrestar a los hermanos O'Connor. Puedes venir o tomarte el día libre me lo ha dicho el jefe. Ah, también me ha dicho que el informe ha estado muy bien redactado. Ahora se encuentra en una reunión pero tiene que estar a punto de regresar.

- Creo que voy a coger el día libre.- Dije sonriendo.

- De acuerdo.- Contestó y se fue.

- Puedo llevarte a casa, tengo un rato libre para comer. Si quieres claro.- Me dijo esto último rascándose la cabeza.

- No pasa nada, cogeré un taxi. Sólo tienes una hora para comer.

- Tu casa está a quince minutos de aquí, tengo otros cuarenta y cinco para comer.

- Bueno vale.- Le sonreí y me devolvió la sonrisa. En ese momento mi móvil comenzó a vibrar en el bolsillo de mi pantalón. Lo saqué y era... ¿el jefe? Será para felicitarme.

- Agente Scott, su día libre queda anulado. Vaya inmediatamente a mi despacho, yo llegaré lo antes posible.- Terminó la frase y colgó.

- Jace, el jefe me ha dicho que lo espere en su despacho, vete a comer.

- ¿Qué ha pasado?

- No lo sé.- Mentí, creo que es por lo sucedido en el club de playa.- Ve a comer.

- Vale, pero luego me cuentas.- Asentí y le di un beso en la mejilla como solía hacer. Llegué al despacho, me senté en uno de los sillones y esperé. Mi móvil volvió a vibrar solo que esta vez menos tiempo, un mensaje.

// Nos hemos metido en un buen lío.// 13:47

El mensaje era de Nash, no le contesté. Ahora sí, era lo del club. En unos diez minutos la puerta del despacho se abrió, me volví para ver quién era, el jefe estaba entrando y detrás venía Nash.

- Siéntese agente Grier.- Le ordenó el jefe.- ¿Qué hacíais los dos juntos en el club anoche?- Nos quedamos en silencio mirándole.- No hace falta que me respondáis, El "guardia de seguridad"- Hizo comillas con los dedos.- Era un agente en cubierto que estaba siguiéndole el rastro a la pareja y me ha contado que llegasteis de la mano. Creo que expliqué las normas claramente el primer día a todos. Estáis despedidos. No, mejor uno de los dos nada más. No quiero perder a dos buenos agentes en un día. Vosotros elegís quien se va y quien se queda. - Fui yo la culpable de besarle y decirle a Alex que sí iba al club... Me levanté del sillón.

- Ha sido un honor haber podido trabajar para el gobierno, aquí tiene.- Dejé encima de la mesa mi placa y mi pistola. Nash me observaba sin decir palabra alguna. Asentí para despedirme y me fui del despacho.

- ¡_____, espera!- Oí a Nash cuando estaba llegando a mi mesa para recoger todo.- No tienes por qué hacerlo, fue mi culpa.- Me explicaba mientras que yo recogía y los demás observaban la escena.- Para de recoger.- Exigió cogiendo mi mano.

- ¿Podéis seguir con vuestras cosas? Gracias.- Dije en un tono bastante alto y sonreí falsamente.- Nash, ya está hecho, vuelve al trabajo y yo me iré a mi casa.- Dije con un nudo en la garganta. Nunca se me había hecho tan difícil hablar con un chico.

- _____...- Terminé de recoger todo. Me di la vuelta y caminé hacia el ascensor. Pulsé el botón que daba a la calle y mientras que las puertas se cerraban vi como Nash estaba viniendo hacia el ascensor mirándome con tanta dulzura y tristeza a la vez, que mi corazón se encogió y unas ganas de llorar me invadieron completamente. Pero supe controlarme. Pedí un taxi, llegué a mi apartamento. Limpié, ordené y comí. Luego me tumbé en el sofá a ver la televisión, cosa que no hacía desde hace mucho. Me despertó el sonido del teléfono de casa sonar. Era de noche. Llegué al teléfono y miré la pantalla: Mamá.

- ¿Mamá?

- ¡No tu tía! ¡Pues claro que soy yo!- Mi madre es así, es como mi amiga. No he contado nada de mi familia porque no me gusta pensar en ella, me pongo melancólica y lo odio. Tengo un hermano mayor, Nick, tiene veintidós años y es militar, lleva dos años en alta mar y lo extraño demasiado. Mi madre vive con mi padre y mi perrito Malibú, es un Husky siberiano y no me dejaron traérmelo a Nueva York porque no tendría tiempo para el grandullón. Mis padres se llaman Rose y Frank Scott.

- ¿Qué pasa para que me llames?

- Es tu hermano.

- ¡No puede ser! ¿Va a venir?

- ¡Sí!

- ¿Cuándo?

- Dentro de una semana.

- Voy a ir para Carolina del Norte ya mismo.

- Aquí estaremos.- Reímos.

- Mamá, te tengo que decir una cosa...

- ¿Qué sucede?

- Me han despedido del trabajo. Bueno, más bien me he ido yo...

- ¿Cómo ha pasado?

- Ya te lo contaré cuando vaya, es una historia muy larga.

- Vale, espero que haya sido por tu bien.

- Sí. Hasta pronto.

- Adiós hija.

[FBI] || Nash Grier y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora