- ¿Eso es lo que has estado haciendo mientras que estabas en Nueva York?- Dijo mi madre riéndose entrando por la puerta con las bolsas de haber comprado.
- Mamá, te tengo que decir dos cosas. La primera es que Elizabeth me ha dicho de empezar esta tarde a las cuatro.- Asintió.- Y la segunda... ¿cuánto le digo que me pague la hora?
- A ver... Si le dices dos dólares la hora, doce horas que te ha dicho que tienes que estar son... Veinticuatro dólares el día. Si vas cinco días a la semana, ¿no era así?- Asentí.- Son... doscientos cuarenta dólares semanales. Al mes son más o menos cinco mil cuarenta dólares. Le puedes decir que esta tarde no te pague, así se sentirá un poco mejor.- Mi cara de asombro no era falsa, ¿a dos dólares la hora puedo ganar tanto?- ¿Qué te pasa?- Me preguntó mi madre.
- ¿No te has equivocado multiplicando?
- Creo que no.- Rió.- Bueno, voy a dejar esto en la cocina, ¿me ayudas a hacer el almuerzo?
- Es que me da pereza...
- ¿He oído un sí mamá claro que te voy a ayudar?- Dijo imitando mi voz.
- Sí.- Le respondí fastidiada. Le ayudé a hacer la comida, comimos, subí a mi cuarto estuve un rato con el ordenador y, a las tres y media, me retoqué el maquillaje, me puse los zapatos y salí rumbo a la casa de Nash. Llegué a las cuatro menos diez y llamé a la puerta. Una mujer con el pelo recogido en una coleta, de color castaño oscuro, ojos marrones y musculosa me abrió la puerta.- Tú debes de ser _____, ¿no?
- Sí, y tú Elisabeth, ¿no?
- Sí, muchas gracias por venir. Es que me llamaron de Juice Plus, no sé si lo conoces.- Negué con la cabeza.- Es una distribuidora de bebidas energéticas y cosas así... Y me ha llamado para que empiece a trabajar hoy. Bueno, entra.- Rió.- Llegaré sobre las nueve hoy, pero mis hijos van a llegar sobre las ocho, así que te puedes ir antes. Y ah, ¿cuánto me vas a cobrar la hora?
- Un dólar.- Le respondí sonriendo. Sabiendo las cantidades del mes no me parecía justo. Porque Skylynn se ve una niña encantadora.
- ¿Un dólar? Creía que ibas a decir cinco.- Sonrió.- Muchas gracias.- Sacó una cartera e iba a sacar dinero de ella.
- ¡No! Hoy no le voy a cobrar.
- ¡Uy! Eso sí que no, toma.- Me dio diez dólares. Le sonreí.
- Gracias.- Me lo guardé en el bolsillo del pantalón.
- Bueno me voy. Pasarlo bien las dos juntas. ¡Skylynn! ¡Baja mi amor, que me voy!- Skylynn bajó las escaleras de madera corriendo y saltó para que su madre la cogiera. Se despidieron y nos quedamos solas las dos. Skylynn se quedó observándome.
- ¿Yo te he visto antes no?
- Sí, ¿te acuerdas en el Burguer King de Nueva York?- Asintió.- Yo iba con una amiga y tú con tu hermano Nash, y comimos juntos.
- ¡Ah! Sí.- Rió.- Te llamabas...
- Me llamo...
- Shh- Me colocó su pequeño dedo sobre mis labios ya que yo me había agachado para estar a su altura. Después de que pensara unos minutos, finalmente dijo.- No me acuerdo.- Soltó una pequeña risita.
- Me llamo _____.- Reí.
- Es verdad.- Rió.- Que mi hermano te quería.- Dijo y se tapó la boca sorprendida.- No se lo digas, que te lo he dicho, ¿vale?
- Vale.
- ¿Me lo prometes?
- Te lo prometo.- Le saqué el dedo meñique y lo entrelazó con el mío.- Bueno, ¿qué quieres hacer?
- Me gusta tu pelo.- Dijo embobada tocándomelo. Reí.
- Skylynn.- Llamé su atención y me miró, dejando su mano en mi pelo.- ¿Qué quieres hacer?
- Enmm... ¡Quiero jugar a los caballitos contigo! ¡Ven!- Me agarró de la mano y me llevó a su habitación. Por el camino me dijo.- Tengo muchos.
- ¿A sí?
- Sí.- Contestó orgullosa.- Mi hermano Nash también juega conmigo a los caballitos.- Reí con un poco de tristeza. Trabajando aquí creo que va a ser imposible olvidarme de él. Hay fotos de familia por casi todos lados, el cuarto de Skylynn está al lado del de Nash y jugando al pillar hemos entrado, aparte de todo lo que me cuenta Sky de él... El resto de la tarde jugamos a varias cosas, me ayudó a hacer la merienda y después volvimos a jugar. Estábamos tumbadas en el suelo del salón coloreando.
- Wow, ¿quién eres tú?- Preguntó un chaval, más pequeño que yo, con pelo negro y ojos azules desde la entrada del salón.
- Es la niñera que dijo mamá idiota.- Dijo uno más mayor que yo, alto, musculoso, de pelo negro también y con ojos marrones, dándole un golpe flojo en la cabeza.
- Pues yo me la imaginaba vieja, con arrugas y gorda.- Reímos todos, hasta Sky. Me puse de pie y me presenté.
- Pues soy todo lo contrario. Me llamo ______.- Los dos sonrieron.
- Sí y es mi amiga.- Dijo Skylynn sacándoles la lengua en forma de burla.
- También va a ser nuestra amiga.- Le contestó el chico de menor edad de la misma forma.
- Yo me llamo Will.- Se presentó cordialmente dándome la mano.
- Y yo Hayes.- Siguió el otro tirado ya en el suelo jugando con Sky. Se nota que se llevan muy bien.
- Mi madre me dijo que cuando llegáramos nosotros te podías ir.- Asentí.
- Me voy a ir Skylynn.- Me despedí de ella con la mano.
- ¡_____ espera!- Vino corriendo hacia mí y me abrazó. Mientras que me abrazaba me susurró.- No le digas a nadie lo de mi hermano.
- No se lo diré a nadie.- Le respondí igual. Will vino a la entrada, Hayes... No sé qué estaba haciendo.- Will...
- ¿Sí?- Dijo acercándose más. Me ponía un poco nerviosa que hiciera eso.
- Toma, esto me lo dio tu madre por hoy. Pero le dije que no y aun así me lo dio.- Le puse el dinero en la mano. Que mano tan grande tiene.
- Pero si te lo ha dado...
- No digas nada, que no quiero cogerlo.- Reí interrumpiéndole.
- Vale, pero te tengo que invitar a algo.- Me respondió sonriendo. Joder, es igual que Nash.
- Vale, sólo porque no me vas a dejar en paz con el dinero.- Le di con mi dedo índice en su pecho. Reímos.
- ¿Esta noche estás libre?
- Sí.- Sonreí.
- ¿Dónde vives?- Le expliqué mi dirección y quedamos dentro de dos horas, a las diez. Mientras que iba caminando mi móvil vibró y miré el mensaje. Me paré para leerlo tranquila, no podía creerlo.
ESTÁS LEYENDO
[FBI] || Nash Grier y tú
Fanfic_____ Scott de 19 años. Pelo castaño claro, ojos marrones miel y buen cuerpo. Nada del otro mundo. Es agente del FBI en Califonia gracias a un proyecto de éste. Un día normal llega a la comisaría y le dicen que tiene un nuevo compañero para el caso...