- ¿Qué vamos a hacer aquí?- Pregunté acercándome coqueta. Necesitaba la droga de sus labios, esos jugosos labios que me hacían delirar.
- Ya verás, creo que te va a gustar.- Sonrió y se mordió el labio.
- ¿Seguro?- Rodeé su cuello con mis manos.
- Seguro.- Posó sus manos en mi cadera y se apoyó en el maletero del coche. La luz de la luna alumbraba sus ojos celestes igual que el día de la playa, sólo que esta vez el brillo era más intenso, más verdadero... Ésta vez sabía quién era Nash Grier, el verdadero Nash Grier. Poco a poco la distancia entre nosotros fue menor, nuestros labios se rozaban y sonreí, me encantaba estar así, él hizo lo mismo. No pude resistirme más y uní nuestros labios en un beso inocente, y lleno de amor. Nuestros labios se movían a un ritmo lento y placentero. Nash se sepraó y me besó la frente. Yo le abracé, respiré su aroma y dejé mis manos en su pecho mientras él las seguía teniendo en mi cintura.
- Ya me está empezando a gustar.- Dije.
- Normal, estás con el gran Nash.- Añadió airoso.
- No te lo creas tanto.- Le empujé riendo. Abrió el maletero y sacó una cesta de picnic, una manta grande para poner en el suelo y otra de pelos para taparnos. Extendió la manta debajo de un roble, nos sentamos y comimos hablando y conociendo lo que nunca nos habíamos dicho. Había preparado ensalada, lasaña y vino. No sé cómo sabe que es lo que siempre he soñado para la primera cita. Hasta que caí, Will. Se lo dije alguno de estos días.
- Tengo un regalo para ti.- Sacó una piruleta. Reí.- No te rías, es muy bonita, con forma de corazón, única.
- Nash, casi todas las piruletas que me he comido han sido esas.- Dije riendo y él se unió a mí. La cogí, le di un beso corto en los labios y empecé a comerme la piruleta. Noté como Nash me observaba mientras me la comía y miraba el bonito paisaje. Intenté ignorarlo, pero nunca me ha gustado que me miren tanto tiempo sin yo estar haciendo lo mismo.- ¿Qué tengo en la cara?- Me giré hacia él, se acercó a mi oído.
- Eres muy sexy cuando te comes una piruleta.- Me dijo en un susurro haciendo que sonriera.
- Y tú eres muy sexy cuando me susurras.- Intenté decir sensualmente. Reí.- No sé hacer que suene sensual.- Tapé mi cara aún riendo y él también rió.
- Pues a mí me lo pareces.- Me volvió a susurrar y me mordió mi lóbulo, yo me estremecí y sonreí. Terminé de comerme la piruleta. Nash se volvió a acercar más y comenzó a dejarme besos en mi clavícula hasta llegar a mis labios. El beso era lento, pero poco a poco fuimos aumentando la intensidad y nuestras ansias de no separarnos. Cuando nos separamos Nash se relamió los labios para terminar de saborearlo.
- ¿Te gusta el sabor de mi pintalabios?- Pregunté y solté una pequeña risa.
- No, me gustas todo tú.- Me besó cortamente los labios y entrelazó nuestros dedos.- _____, sé que empezamos con mal pie... Pero no quiero que te vayas nunca de mi vida, yo te quiero demasiado, me he vuelto drogadicto a ti... No quiero separarme de tu lado ni un momento, y cuando lo hago estoy deseando volver a verte... No sé si es el momento ni el lugar pero...- Me miró intensamente a los ojos.- ¿Quieres ser mi novia?- Me quedé sin saber qué hacer, yo le amaba, pero... No podía dejarle escapar. Me acerqué y le besé, este beso fue único, lleno de pasión y deseo. Le mordí su labio inferior y me separé mirándole fijamente.- ¿Entonces?
- ¿Tú qué crees?- Reí.- Sí gilipollas.
- Echaba de menos que me llamaras así.- Reímos.- Ahora eres mía.- Sonrió.
- ¿Posesivo? ¿Tú?- Reí y besé cortamente sus labios. Ahora el engreído Nash Grier era mi novio, suena extraño. Pero es la verdad, nuestra historia es extraña, nosotros somos extraños...
- Te quiero ____ Scott.- Juntó nuestras frentes.
- Y yo Grier.- Sonreí y él me robó un beso mientras sonreía.
- Vamos a andar por el campo.- Se levantó.
- ¿Y todo esto?- Pregunté quitándome los tacones.
- Déjalo ahí, nadie nos lo va a robar. Además es de Cameron.- Rió.
- ¿Cameron?
- Ah, claro no le conoces.- Se rascó la nuca.- Es mi mejor amigo desde que éramos pequeños.- Asentí y me levanté.- Y... ¿Te vas a ir sin tacones?
- ¿Qué quieres que me mate por ahí? ¿Sabes lo difícil que es andar por el campo con estos edificios?- Rió. Si quieres pruébalo tú.
- No, no. Bastante tengo con verte a ti.- Rió a carcajadas.
- ¡Hey!- Empecé a correr detrás de él lo más rápido que podía descalza y con la falda. Se tropezó con una raíz que salía de la tierra, se cayó y se dio la vuelta. Pasé cada una de mis piernas por sus costados y agarré sus manos por encima de su cabeza sobre la tierra.
- Si no hubiera estado tan oscuro no me hubiera caído y no me hubieras cogido.
- Sí, sí, sí...- Reí.- Yo tengo falda y voy descalza si llego a estar como tú vestida te hubiera cogido antes.
- Dame un beso.- Cerró los ojos y puso morritos.
- No.
- Vamos, venga.
- Bueno vale...- Cogí una hoja que quedaba cerca de mí y la presioné en su boca. Él empezó a mover sus labios hasta que se dio cuenta y la solté, me empecé a reír a carcajadas, era demasiado tonto.- Eres tonto.- Dije riéndome todavía.
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[FBI] || Nash Grier y tú
Fanfiction_____ Scott de 19 años. Pelo castaño claro, ojos marrones miel y buen cuerpo. Nada del otro mundo. Es agente del FBI en Califonia gracias a un proyecto de éste. Un día normal llega a la comisaría y le dicen que tiene un nuevo compañero para el caso...