Capítulo 20

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El agua de la tina está a una temperatura ideal y el aroma que fluye de ella es fabuloso. Todo mi cuerpo se encuentra sumergido hasta el cuello,  llevo el cabello recogido en un moño alto mientras que con mis manos juego con la espuma a mi alrededor. The Blower's Daughter en la voz de Damien Rice se escucha en los auriculares que traigo en mis oídos y no puedo sentirme más reconfortada. Tomé otro sorbo de la copa de vino que dejé intencionalmente a mi alcance cuando una canción de Bruce Springsteen que hace mucho no escuchaba se reprodujo automáticamente. Cada una de las canciones parecían estar confabuladas para evocar un recuerdo de David. Yo lo echaba de menos, cada centímetro de mi piel reclamaba sus besos y el contacto de la suya acariciando la mía. Extrañaba verlo en la cena y la conversaciones antes de dormir, su risa y esos preciosos ojos tras unas pestañas pronunciadas que tenía la suerte de apreciar todas las mañanas al despertar junto a él. 

Siete días llevaba fuera del país y aunque suene tonto a mi parecer era como si no lo viera desde hace siglos. Ben y su esposa me hacen compañía pero nunca es lo mismo sin David, la casa se siente enorme y vacía sin él y ni hablar de la cama. Cuando Sex on Fire de King of Leon empezó a oírse no pude evitar sonreír. 

"Una de sus bandas favoritas" pensé enseguida. 

Volví a beber de la copa de vino preguntándome si me estaría extrañando como yo a él. Las seis horas de diferencia entre nosotros de cierta manera había diezmado nuestro contacto estos últimos días. Contaba los minutos para verlo llegar y disfrutar nuevamente de su compañía. Durante su ausencia también logré evaluar lo mucho que había cambiado con respecto a mis irremediables problemas de apego desde que conocí a David. No recordaba haber padecido alguna vez de ello con otra persona pero al tratarse de él era totalmente diferente, pareciera que se había convertido en un elemento tan vital para mí como lo es el oxigeno, el agua o el alimento. 

Aquella noche al salir de la tina me sentí más relajada pero no menos incomoda. Algo faltaba y era estúpido averiguar de que se trataba. Me dormí con la esperanza de soñar con él o en el mejor de los casos despertar con la noticia de que ese día regresaría a casa. Sin embargo, no me quise engañar con simples especulaciones. Lo mejor sería dormir y esperar a ver que me deparaba el amanecer. 


*********

Desde el momento que se firmó el contrato con One Planet One Future, todos en Essence estábamos trabajando arduamente para sacar el trabajo en el menor tiempo posible y cumplir con los plazos establecidos en las cláusulas. Mañana, tarde y noche empleé para que los previos de las fotografías estuvieran listo la mañana del miércoles antes del día de acción de gracia, primeramente porque luego de la jornada laboral de ese día, Essence Studio cerraría sus puertas durante el resto de la semana para permitir que el personal pudiera reunirse con sus familias sin ningún problema, en segundo lugar y no menos importante, no planeaba ocupar mi mente en otra cosa que no estuviese enfocada en mi familia. Antes de partir, David prometió que no se perdería la cena familiar en casa de su madre por nada del mundo y yo esperaba que él cumpliese su palabra. 

—Eileen, te esperan en la sala de juntas—anunció Emily la tarde del miércoles. 

Exhalé. Si conseguía la aprobación quedarían pocas cosas por hacer y ya no tendría que ver tan seguidamente a Irene Stevens o Alexander Doyle. Éste último había sido más tolerable, pero algo en él y no sabía qué, no me inspiraba confianza. Es como si su apariencia, amabilidad y modales dijesen algo muy distinto a lo que uno pudiese encontrar bajo su coraza de hombre educado. 

Ya sabía qué esperar de una señora de mediana edad como Irene pero no podía decir lo mismo respecto a Doyle, aunque se esmeraba por agradarme, algo en él no terminaba de convencerme. Tal vez eso último fue una de las cosas que más me motivó a trabajar hasta el cansancio para cumplir con mis obligaciones con esos dos y evitar futuros acercamientos. No lo había querido reconocer hasta ahora pero esa era toda la verdad.

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