Capítulo 7

9.8K 582 22
                                    

Sentía la necesidad de correr e interponerme entre ellos dos. Pero de lo único que fui capaz, fue de quedarme en silencio, casi congelada, a la espera de algún desastre.

- Hola Eileen, me complace verte.

Es obvio que no opino lo mismo. Me crucé de brazos en silencio y él notó mi fastidio ante su comentario impregnado de segundas intenciones.

- Ojalá pudiéramos decir lo mismo. Ahora bien, explicame que haces en mi casa cuando nadie te ha invitado. ¿O sólo has venido ha cortejar a mi esposa?.

- ¿Cortejar?. - replicó Dorian.

- Si desconoces el significado, otro día te haré llegar el Diccionario de la Real Academia. Será como una contribución para abolir el analfabetismo, que aún corroe a la sociedad.

La mirada del aludido se encendió. Dejó el vaso de wisky a medio tomar sobre la pequeña mesa a escasos metros de él. Y volvió a dirigirse a mí.

- ¿Es así todo el tiempo? ¿frío y petulante?. ¿De qué novela victoriana lo sacaste?.

Eso fue suficiente para hacer explotar la ira de David, quién había estado conteniéndose todo este tiempo. Sin pensar en nada más, dejó salir la bestia que moría por romperle la cara a Dorian, hasta dejarlo irreconocible.

La pequeña mesa de vidrio se hizo añicos bajo la espalda del hombre que antes había dejado el vaso de licor sobre ella. La furia de David se reflejó en cada golpe que propinaba en la humanidad de Dorian, éste último luchaba por defenderse y en varias ocasiones también sus golpes le ocasionaban daño a David. Ambos continuaron tumbados en el piso mientras la disputa parecía extenderse, al tiempo que se intensificaba. Cada golpe y gruñido me hacía helar la sangre. Grité, ordenándoles que se detuvieran, pero ninguno me escuchó, volví a gritar, pero esta vez para pedir ayuda y obligarlos a separarse, antes que ocurriera una desgracias, pero mi voz pareció no llegar a ningún oído humano.

Me encuentro petrificada al ver lo que se desarrolla en la sala de mi casa. No estoy acostumbra a presenciar este tipo de escenas, para ser sincera no sé cómo actuar, simplemente me paralizo ante tal violencia.

Cada golpe impregnado de violencia e ira, cada vidrio roto y cada palabra despectiva que sale de sus bocas; todo ello actúa cómo pequeñas descargas eléctricas en mi cerebro, que me trasladan de vuelta a los fatídicos días que estuve a merced de Viktor. Las horas con más violencia que me ha tocado vivir y que sin duda, dejaron huella en mí.

- ¡BASTA! ¡DAVID, DETENTE!. - grité con todas mis fuerzas por milésima vez.

Finalmente mis súplicas fueron oídas. Aaron, Cárter, Ryan y su hermano entraron y separaron a los dos hombres. De Dorian, nada me sorprendía, podía asegurar que algo así era lo que había anhelado ya que provocar y ocasionar disputas, era como su pasatiempo. Sin embargo, esta actitud de David, esta faceta suya, era muy nueva para mí, jamás lo había visto tan cegado por la rabia.

Noté la sangre en la ropa de David, pero él a penas tenía un fuerte golpe en su ceja izquierda. Cuando evalué a su contrincante supe de quién provenía la sangre. La nariz rota de Dorian, es algo desagradable a la vista. Aquello me provocó náuseas, y debo reconocer que en el fondo también sentía un poco de satisfacción.

- ¡SÁQUENLO DE MI PROPIEDAD!. - espetó David.

- Vas a pagar caro todo esto, maldito riquillo.

David quiso investir nuevamente a Dorian, pero por suerte, Aaron y Cárter, lograron impedirlo esta vez. Mientras tanto Dorian fue sujetado por Ryan y Seth, quienes frenaron su ataque.

ESPEJISMOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora