Siempre quise una oportunidad para demostrar que puedo hacerlo bien, siempre he sabido que tengo potencial, confío en mi... Ademas... ya es hora de conocer a mi hermano....
Aunque jamás pensé que esta búsqueda me llevaría a enamorarme...
Creo que no podría haber existido mejor boda que la mía... Izzi lo hizo mejor que bien, fue espectacular... La noche de bodas fue a nuestro cargo, y Alexander no defraudo en lo más mínimo al igual que yo a el, aunque reconozco que me hizo reír en el momento que decía que sentía pánico por el bebe... A la mañana siguiente... - Me va a odiar, mi hijo me va a odiar después de esta noche pasada... - movía la cabeza a los lados mientras yo no paraba de reír - Alec, ¿De verdad crees que todas las mujeres embarazadas no se acuestan con nadie hasta que paren? - Seguía riendo, mas bien no podía parar - Deja de reírte de mi amor... Llegamos a la casa Ligthwood donde todos nos aguardaban dentro, nosotros habíamos dormido en la mansión Herondele a las afueras de Idris, mientras mi abuela se quedaba en la casa de dentro de la ciudad. - ¿Pero como ha ocurrido? En la batalla dijo que el no estaba... - entramos en el salón y Marysse hablaba con mi abuela y unos cuantos adultos mas. - Hola chicos, sois mayores de edad, así que debéis de saberlo, siento que vuestra luna de miel no sea ahora... - ¿que ocurre madre? - Alec siempre le hablaba a su madre con sumo respeto. - Sebastian... o mas bien, Jonathan Morgestern... ha vuelto a las suyas... ha atacado el instituto de Rio y se ha llevado cuerpos de nefilim, muertos o solo secuestrados, aunque esto último no tiene mucho sentido... - Todos los presentes tenían cara de preocupación, la verdad es que yo me preocupe al instante, no quería traer a mi pequeño a un mundo inestable... - ¿Y no se sabe nada mas? ¿Algún testigo? ¿Alguna pista? - Nada hijo... Estuvimos reunidos prácticamente toda la mañana, calculando posibilidades y buscando una razón para las desapariciones. Después, se decidió que volveríamos a Nueva York, no podíamos tener el instituto sin ninguna protección durante más tiempo. Los Nefilim que todavía estaban allí, no eran suficientes para defenderlo. Magnus, que había venido para la boda como acompañante de mi amigo Colin, fue quien nos abrió el portal de vuelta a casa. Tengo que decir, que me alegraba ver a mi amigo brujo tan feliz, y nada mas y nada menos que con el gran brujo de brooklyn, la verdad es que estaban hechos el uno para el otro. Los dos eran extravagantes, alocados y muy llamativos por su forma de ser y por su forma de vestir, uno era el único que podía entender al otro.
Llegamos al atardecer y mi ya suegra me dijo que recogiera todas mis cosas y me trasladara a la habitación de Alec, ya que mi ya marido, no quería abandonar su antigua habitación y yo no había tenido tiempo de cogerle cariño a la mía, ademas, la de Alec era grandiosa y con las vistas mucho mejores. - Princesa, puedes modificarla como quieras - Me gusta tal y como esta... eso si... el armario si que tendrá que ser mas grande... Se acercó lentamente y me besó posando su mano en mi vientre. De la nada, el armario creció, cerca de la cama apareció una cuna azul oscuro con la runa angelical protegiéndola y un cambiador en el mismo color, debajo de dicho mueble, había un armarito pequeño con las puertas abiertas, donde se podía ver mucha ropa de bebe, incluida una ropa de combate nefilim igualita a la de Alec. - Este es mi primer regalo... - Entró mi amigo Colin por la puerta que estaba abierta - Aunque lo del traje ha sido idea del Padrino de la criatura... - ¡Ese soy yo! - Detrás venía Jace, junto con Clary, Izzi y Simon, que tenía a la morena agarrada de la mano... Alec los miró y por un momento pareció que iba a arrancarle la cabeza al vampiro... Suspiro, me besó... - ¿Así que ya tengo cuñado...? - Aunque nadie de los presentes estaba convencido, parecía que lo decía con ánimo y tal vez un poco de orgullo... Al fin y al cabo, Simon siempre nos había ayudado y en mas de una ocasión salvado la vida a mas de uno de nosotros... - Bueno... dejémoslo en muy amigo por ahora hermano... - Izzi sonreía, pero no dejo la mano del vampiro mientras hablaba... Las chicas me ayudaron a colocar la ropa en el armario mientras los chicos movían el resto de muebles para que la habitación fuera más cómoda y estuviera preparada para la llegada del bebe, aunque yo no parada de decirles que era demasiado pronto. La verdad es que parecía un sueño hecho realidad.
Pasaron siete meses desde el último ataque de Sebastian, yo ya estaba bien regordeta y el bebe no paraba de moverse, siempre hacíamos la broma de que se parecía demasiado a Jace, por que no paraba quieto...
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Me encontraba sola en la habitación conyugal descansando, ya me pesaba bastante la panza, estaba rozando el octavo mes de embarazo. Tocaron a la puerta... - Hermana, ¿podemos hablar? - Jace asomaba la cabeza por una mini rendija que había dejado al abrir... - Claro, pasa... - Tenía el rostro preocupado... - ¿Que pasa Jace? - Es... es... por Clary... parece como si quisiera hacerle daño... - Sonreí ante su frase - Tranquilo, a veces yo también le haría daño a Alec, pero es lo que tienen las parejas hermanito, hay momentos buenos y momentos malos... - No, no es eso Angy... sueño con ella, que le hago daño, o incluso que llego a... a... a matarla... y parece real... tengo miedo... Me quedé estupefacta ante su confesión, estaba con la cabeza agachada, mirando a un punto fijo en el suelo... parecía a punto de llorar - ¿Desde cuando tienes estos sueños Jace? - Me acerque a el y lo lleve hasta el borde de la cama para sentarnos juntos, mientras le acariciaba la espalda para tranquilizarlo, en ese momento, solo quería quitarle el dolor que veía reflejado en sus ojos. - Desde la batalla en el lago... cuando volví... cuando Clary me hizo volver con el poder de Raziel... - Seguía sin alzar la vista del suelo... - Pero eso no es lo peor Angy, le he hecho daño... a venido a mi cuarto, la cosa se ha puesto... ardiente, y cuando la he tumbado en la cama la he oido quejarse, cuando la he mirado, tenía sangre en su brazo... y yo una daga en la mano... - ¿Ella esta bien? ¿Le has contado lo de los sueños? - Me preocupe por Clary, por supuesto, pero no podía soportar ver a Jace de este modo... - Si, ella esta bien, ha sido superficial y con un iratze ha bastado. Se lo he contado todo, y ella lo ha entendido, no se ha enfadado conmigo por herirla, al contrario, quiere ayudarme a saber que me pasa... - Vi una lágrima caer por su mejilla, mi rubio estaba llorando y no sabia que hacer para consolarlo... Tarde unos minutos en reaccionar, lo abracé con fuerza. - No te preocupes hermano, somos Herondele, y podemos con esto y con todo lo que nos pongan. - Me aparte y lo obligue a mirarme directamente a los ojos. - Vamos - Me levanté de la cama y caminé hacia la puerta, me apoye en el marco - Los hermanos silenciosos seguro que saben que esta pasando, llama a Clary, yo voy por Alec, los cuatro arreglaremos esto, juntos...
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