La hermana de Vegeta | 1

Capítulo 22: Un Guerrero Fragmentado

―¿¡Crees que eso me importa!?.― el grito de Vegeta estaba acompañado por una gran alza en su ki. 

―¡Pues debería, Vegeta!¡Es tu deber como príncipe Saiyajin!.― gritó de vuelta. 

Ambos hermanos discutían fuertemente bajo la atenta mirada de Kakarotto. Este estaba en el piso en posición india mientras miraba atentamente todo lo que ocurría.

―¿Príncipe Saiyajin?.―bufa con burla.―¡No me vengas con patrañas tontas!¡Ese estúpido planeta ya desapareció hace años!¡Entiéndelo de un jodida vez!

―¡Cállate!¡Eso lo sé perfectamente!

―¡Pues demuéstralo! ¡Deja de decir estupideces como: «Es tu deber como príncipe.. compórtate como tal»! ¡Realmente ya me estás aburriendo Vegita!

―¡Cierra la boca!¡Tú eres el insecto que no entiende!.― lo señaló con el dedo índice fijamente al rostro.― ¡No tienes nada en la cabeza, pensé que serías un poco más inteligente pero parece que en este planeta de mierda te lavaron el cerebro!.― al mismo tiempo señalaba su cabeza.

―¡Genial!.― bufó con sarcasmo.― ¡Eso significa que no soy tu hermano!¡Así que no metas a la Tierra en esto que no tiene nada que ver!

Vegita bufó. ―¡tiene todo que ver, Vegeta porque si no hubieras llegado aquí..!

―¡si no hubiera llegado aquí hubiera sido un imbécil, débil, orgulloso y arrogante igual que tú!.― la interrumpió.― ¡Y es lo que menos quiero!¡Parecerme a ti!

Los ojos de Vegita se cristalizaron. En aquel momento sintió como su corazón se rompía. Un destello de un recuerdo apareció en su mente; El pequeño Vegeta interrumpiendo el entrenamiento de su hermana y su madre para gritar que quería ser igual de fuerte que ellas cuando grande. Vegita simplemente gruñó y se centró.

―¡Pues entonces ni te molestes en pensar en mi! Terminaste siendo el imbécil débil que me dijeron que serías, inútil. ― se dio la vuelta y salió volando.

• ▪ •

Trunks miraba fijamente a su "Tía" mientras le contaba aquella historia. Cuando guardo silencio por un tiempo suficiente, preguntó.― ¿es lo último que recuerdas, tía?

Vegita se quedó quieta unos segundos y luego asintió. Su cuerpo se estremecía al recordar los gritos de su hermano. 

Desde la última pelea con los androides y el reencuentro de Vegita con su familia habían pasado 3 meses. Vegita y Trunks habían desarrollado una especie de amistad. Ambos guerreros habían quedado solos. Eran los últimos peleadores de su equipo. 

Vegita perdió a Raditz y Nappa, mientras que Trunks perdió a Gohan, su maestro. Ambos simpatizaron inmediatamente, aunque por lo general eran muy callados, en pocos momentos lograron congeniar.

Bulma estaba sorprendida por cómo podían conversar sin parar y que, en realidad, se parecían mucho más de lo imaginaba. Como si se conocieran de ante mano. 

En ese momento, Vegita se había despertado durante la madrugada. Llorando y gritando. Por lo general despertaba asustada y luego se reincorporaba pero ese día los gritos y el llanto despertaron a Trunks. 

― ¿Estabas entrenando?.―  trató de cambiar el tema. Trunks se había sentado en la cama de Vegita y la veía secarse el rostro.

― Apenas iba a acostarme.―  admitió.

― eso está muy mal.―  regañó.― Tienes que dormir adecuadamente.

― Ya lo sé.―  se rio levemente y tomó las almohadas que habían caído al piso.― Es solo que sin Mamá en la casa, no me preocupo por no hacer ruido hasta tarde. Puedo entrenar más horas.

― Mocoso rebelde.―  Ambos rieron. ― ¿Cuándo dices que vuelve Bulma?

― Según me dijo ayer, por teléfono, la siguiente semana.― se encogió de hombros.― ¿Por qué?

― Quería saber en qué consistía aquel procedimiento para recuperar los recuerdos.― suspiró.―  Es algo que hacen los terrícolas. Ella lo propuso y al principio me negué pero creo que ahora sí es algo necesario.―  se rascó la frente, algo que hacía cuando estaba preocupada y se forzaba a recordar algo. 

― entiendo.―  asintió.―  podría llamarla mañana para..

―  no te preocupes.― le sonrió levemente.― Ese tema que está solucionando parecía ser serio..― frunció el ceño.

Vegita había dejado de lado el entrenamiento. No se sentía digna de pelear junto a su sobrino de esa manera; la manera de Gero. Se negaba a dejarse controlar y seguir sus órdenes.
No tenía recuerdos de sus técnicas ni su forma de pelear. No lograba concretar los movimientos ni hacer las técnicas que ella misma había desarrollado. Nada de lo que Nappa le había enseñado podía realizarlo realmente.
Gero había tomado decisiones por ella. Decisiones que cambiaron su cuerpo, sus recuerdos y un poco su mentalidad. Incluso su cabello había sido modificado por él. Ni siquiera era de la forma que solía ser. Se había vuelto liso y corto. Al ser una saiyajin de raza pura, su cabello no volvería a crecer jamás.

Se sentía estancada en ese cuerpo, sentía que no era el suyo. No pensaba ocuparlo para nada, apenas le daba instrucciones a Trunks de cómo proseguir con su entrenamiento y eso era todo. No se había atrevido a usar una armadura. A medida que recuperaba sus recuerdos, menos se sentía como ella.