Capitulo 25.

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"Estaba dispuesta a amarla en secreto, lo que nunca pensó fue que las miradas eran pésimas confidentes."


LUCY'S POV.


¿Nunca se han sentido como si les hubiesen arrancado el corazón del pecho de un tirón? ¿O tan eufóricos como si los hubiesen golpeado con un bate múltiples veces en la cabeza hasta el punto en el que sienten su cuerpo estar en un lugar y su mente en otro completamente diferente?  Pues, desde mi beso con Lauren, yo siento ambas.

Si investigamos un poco, la definición de "corazón roto" nos dice que es un síntoma que se asemeja a tener un ataque cardiaco, con dolor en el pecho y dificultad para respirar, claro que normalmente, no deja secuelas como uno de verdad.

Por otro lado, se dice que el enamoramiento es un estado emocional, en el que los síntomas frecuentes son nerviosismo excesivo, aceleración cardiaca, y sudoración extrema.

A simple vista ambos parecen ser lo mismo. La única diferencia es que uno te mata de dolor y el otro no te deja cabida en la enorme alegría. Irónico.

Si alguien alguna vez me hubiese dicho que me enamoraría perdidamente de mi mejor amiga, probablemente le hubiese creído. Si existe alguien en este asqueroso mundo a la que vale la pena amar, esa es Lauren Jauregui. Lo que ella no merecía era ser amada por alguien como yo. Y sin embargo, lo hago. Loca y perdidamente. Lastimosamente, mi amor nunca fue suficiente.

Ayer Lauren se fue.

Se fue sin decir absolutamente nada a nadie salvo a sus padres. Nadie salvo ellos sabe a dónde. O el por qué de su huida. Intenté de todas las maneras posibles que me dijeran a dónde se había ido, pero lo cierto es que ninguno dijo ni una sola palabra. Y eso me estaba matando.

No pude hacer más que perderme por la noche y ahogarme en miseria y alcohol. ¿Cómo vives tranquila cuando la persona que amas se va sin motivo alguno y tu ni siquiera sabes a dónde? Desde nuestro beso y la muerte de su abuelo, no nos volvimos a ver más. Lo entendía, entendía que quería su espacio y estuve dispuesta a dárselo. Y cuando por fin creí que era la hora de verla y que aclararamos nuestra situación, ella se fue. Cuando creí que la tenía, la volví a perder.

Abrí la puerta de mi departamento y sentí como un pequeño cuerpo chocaba contra mis piernas. Bajé la mirada al suelo y ahí estaba el pequeño Pedro, mi leal pug. Lo cargué con una mano al tiempo que éste me babeaba toda la cara. Inevitablemente sonreí porque no importaba lo mierda que fuera, él parecía ser el único que me quería pese a mis defectos, que no eran pocos.

Lo dejé en el suelo y noté que había un sobre blanco que podía jurar no estaba allí la última vez que salí. Lo recogí del piso asumiendo que era algún tipo de cobro de luz o agua. Quizás el teléfono. Aunque era extraño porque yo siempre tenía al día todos mis pagos. Me sorprendió ver que era un sobre sin remitente ni ningún tipo de identificación. Miré a Pedro que me estaba viendo con la cabeza ladeada desde el suelo y la lengua afuera.

– ¿Sabes quién dejó esto, colega? – Le pregunté mientras éste lanzaba simples ladridos que poco o nada me servían.

Se notaba que quien fuera que lo había dejado allí lo pasó por debajo de la puerta y se fue. Me rasqué la frente pensativa y sin más decidí abrirlo. Apenas abrí el sobre pude ver una carta dentro y un inconfundible olor brotó de ella haciendo que abriera los ojos como platos y la sacara de allí rápidamente sin romperla en el proceso. Abrí la carta y pude reconocer de inmediato esa caligrafía, demasiados años viéndola como para pasarla por alto. Me senté con cuidado en el suelo con la espalda recargada de la puerta al tiempo que Pedro se sentaba en mis piernas. Suspiré y sin más preámbulos, me dispuse a leer.

Love Only; Camren.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora