Capitulo 28.

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"Es quebrarnos lo que nos permite volver a armarnos a nuestro antojo."


NEW YORK, USA.


LAUREN'S POV.


Es curioso, ¿no les parece? Que sólo atravesando las más terribles tormentas es que puedas hallar la calma. Que sólo sepamos apreciar los días soleados y el verano cuando vivimos en un eterno y gris invierno. Es curioso como la única forma de encontrar tu verdadero ser sea habiendo superado todos los obstáculos que la vida te pone. Como una serpiente, que muda su piel en el proceso más delicado y horroso, para convertirse en lo que debe ser. Qué curioso que sólo rompiéndote es que encuentres la mejor manera de reconstruirte.

Y aquí estaba. La cobarde más buscada de Miami, ocultándose en la Gran Manzana cual rata en alcantarilla. Como si no hubiese dejado un desastre colosal a su paso. Como los huracanes que llegan, destrozan todo sin piedad y se van. Como si en estos momentos no fuera la persona más egoísta del planeta. Pero pese a eso, se sentía bien. No del tipo de bien como para ir por las calles con una hermosa sonrisa y pretender que nada había pasado. Pero lo suficiente como para poder respirar tranquila por un momento. Miré fuera del ventanal del apartamento en el que me encontraba, desde donde estaba podía verse una gran vista de Central Park, ya que estaba prácticamente en frente. Suspiré viendo todas esas personas paseando a sus perros, parejas de ancianos caminando de la mano, niños saltando sobre las rocas. Sonreí con nostalgia, ya que todo eso se sentía como un hogar. Se sentía, pero no por eso era el mío.

– Está todo listo, señorita Jauregui. – Volteé al escuchar la voz de mi agente de Bienes Raíces, el señor Ben Stuart.

Miré a mi alrededor y si, todo estaba listo. Estaba por fin instalada en el apartamento que hace tiempo había comprado, pero nunca mandado a amueblar. Nunca me sentí lista para ese paso ya que no sabía cuando me mudaría. Y aquí estaba, a punto de comenzar una nueva vida. O tratar en lo posible de reunir todos los pedazos que aún me quedaban para hacerlo de la mejor manera posible.

– Muchas gracias por la ayuda Ben. Y disculpa por la premura. – Le dije acercándome al hombre que me miraba con una sonrisa.

– No hay de qué señorita Jauregui, sabe que siempre es un placer atenderla. Espero que disfrute su estadía en la Gran Manzana. – Me dijo cortésmente.

Volví mi mirada hacia el enorme apartamento al que ahora debía llamar hogar. Sonreí con nostalgia al saber que quizás mis padres nunca lograrían verlo. Que ahora estaba yo, por mi cuenta. Y que debía acostumbrarme a eso.

– Te pediré una cosa más Ben. – Le dije sintiendo su mirada de ojos negros serios sobre mí.

– Lo que sea señorita. –

– No le digas a nadie que estoy viviendo aquí. – Le dije muy seria a lo que él me miró confundido con una mueca en su rostro. – Si te preguntan, tu no sabes nada de Lauren Jauregui, ¿entendido? – Le pregunté con un tono de voz serio y demandante. A fin de cuentas, ser Lauren Jauregui me tenía que traer ciertos beneficios y no sólo estupidez compulsiva.

– Por supuesto señorita, ni una palabra saldrá de mi boca. – Me dijo él asintiendo varias veces con su cabeza.

Le di un corto asentimiento y me volteé hacia el enorme ventanal para fijar mi vista en Central Park de nuevo. Esa vista me relajaba, podría pasar horas viéndola sin problemas, y estaba segura de que eso haría de ahora en adelante. No era como que tenía mejores planes. De hecho, era la primera vez en mi vida que no tenía ningún tipo de plan estructurado. Y aunque en el pasado eso me hubiese dado miedo, a estas alturas creo que ya nada podría quebrarme más de lo que ya estaba ahora. 

Love Only; Camren.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora