Love Only; Camren.

Capitulo 44.

LAUREN'S POV.

No sabría decir cuántas horas llevaba parada frente a aquella puerta pero lo más seguro es que debían ser muchas. Suspiré pasándome una mano por el cabello frustrada. Me sentía tan estúpida, ¿por qué tenía miedo de entrar? Aparentemente no importaba cuánto tiempo había pasado o todo lo que había hecho, me seguían asustando todos esos fantasmas que me aguardaban allí dentro. Con un último suspiro saqué la llave de mi bolsillo y sin darle más vueltas abrí la puerta de mi viejo departamento. El frío que me recibió fue bastante lúgubre. Miré a todos lados al tiempo que caminaba lentamente en el interior dándome cuenta que todo seguía exactamente igual a como lo había dejado, como si nadie hubiese entrado aquí desde entonces, y quizás así fuese.

Solté mi bolso encima del mueble y repasé el espacio con mis ojos viendo cómo todo estaba lleno de polvo haciendo que me picara la nariz inmediatamente. Vagamente pude darme cuenta de las fotos que seguían allí enmarcadas que ahora eran difíciles de distinguir debido a la suciedad. Tomé una en la que salía con mis padres el día de mi graduación y pasé la mano por encima para quitarle el polvo y sonreí medianamente al verla. Mi madre tenía la cara roja por haber estado llorando toda la ceremonia y mi padre tenía los ojos brillosos pero aún así sonreía inmensamente. Esa postal me encogió el corazón y no pudo evitar que recordara su reacción cuando por fin Chris me llevó a casa a verlos después de nuestro almuerzo.

– FLASHBACK –

Chris buscaba las llaves de la casa de mis padres en su chaqueta mientras yo sentía mis piernas temblar incontrolablemente a la espera. Mi hermano había tardado horas convenciéndome de venir a verlos y aunque sabía que su reacción no se iba a igualar a la de Chris, temía mucho al no saber cómo iban a tomar el hecho de que ahora yo trabajaba con Alejandro. Chris abrió la puerta finalmente y entró sosteniendo la puerta para nosotras pero por alguna razón mis pies se anclaron en el piso impidiéndome avanzar mientras el pánico comenzaba a embargarme. Sentí la mano de Camila entrelazarse con la mía y rápidamente volteé a mi derecha encontrándome con su mirada. Mi novia me sonreía tiernamente mirándome con esos ojos tan llenos de amor y ternura que inevitablemente me hicieron suspirar. A pesar de mis miedos, sabía que sin importar qué, Camila siempre estaría a mi lado, así que con esa reflexión en mente, tomé una respiración profunda y entré de su mano mientras Chris nos sonreía enormemente.

– ¡Mamá, papá! Adivinen quién vino de visita. – Gritó mientras pasábamos por la sala y escuchábamos ruido proveniente de la cocina. Tragué saliva instintivamente y apreté más la mano de Camila a mi lado provocando que ésta besara mi mejilla.

– Chris cielo por qué no avisaste que vendri.... – Escuché de mi madre al tiempo que ésta salía de la cocina secándose las manos con un trapo amarillo que rápidamente terminó en el suelo al verme.

Comencé a temblar en el momento en que su mirada y la mía se encontraron, y puedo decir que sentí mis piernas fallar al mirar cómo en sus ojos se formaban lagrimas. Llevó su mano a su boca sin moverse ni un sólo centímetro de su lugar como si se hubiese quedado congelada mientras yo me quedaba en el mismo lugar sin saber qué hacer o qué decir.

– Cariño, ¿qué pasa...? – Dijo mi padre saliendo de la cocina y poniendo una mano en su cintura con mirada preocupada, que rápidamente se cayó al ver el motivo por el cual mi madre estaba de esa forma.

– ¿Lau... Lauren? – Preguntó mi padre con voz temblorosa mientras mi madre sólo me veía a su lado en la misma posición a lo que simplemente asentí porque no me salía la voz.

– Hola mamá, hola papá. – Vocalicé luego de unos minutos con voz quebrada y lo siguiente que pasó fue algo que no esperaba. Ambos se abalanzaron sobre mi y me estrecharon en sus brazos haciendo que todas las lagrimas que había estado conteniendo se derramaran sin control por mi rostro. Mi madre temblaba a mi lado sin soltarme mientras mi padre lloraba silenciosamente abrazándonos a las dos y juro que nunca me había sentido tan en paz y tan segura como en esos brazos. Sentí como un cuerpo se unía al abrazo y giré mi cabeza un poco encontrándome con Chris que nos rodeaba a los tres con lagrimas en sus ojos pero una enorme sonrisa en el rostro y como pude lo apreté contra nosotros sintiéndome eufórica.